Análisis de Ys: Memories of Celceta (PSVITA, PC, PS4)
La saga Ys es conocida, es innegable, pero quizá no lo sea tanto como la calidad que atesoran sus entregas. Desde 1987 lleva Nihon Falcom deleitándonos con títulos que si bien no tienen los valores de producción de otras sagas de rol japonesas, sí que tienen unos sellos de identidad que han mantenido durante todos estos años, la diversión, la dificultad y una música que ya quisieran las grandes superproducciones.
Como siempre, tomamos el papel de Adol Christin, ese chico pelirrojo que de un modo u otro acaba envuelto en una aventura de proporciones épicas. La historia comienza cuando Adol despierta en Casnan incapaz de recordar nada, con la única pista de haber sido visto en el bosque de Celceta. Nos embarcaremos en la tarea de explorar y hacer un mapa del bosque de Celceta a la vez que recuperamos nuestros recuerdos y averiguamos quién somos. El argumento de este Ys sigue la tendencia de las demás entregas de la saga, y nos presenta una historia correcta con unos giros argumentales no demasiado sorprendentes. Sin embargo la historia y diálogos cumplen perfectamente con su cometido, que no es otro que el de hacer al jugador empatizar con los personajes y de algún modo enlazar las diferentes fases del juego.
También sirven de excusa para presentarnos a los personajes que formarán nuestro grupo y que podremos ir alternando a medida que avancemos en el desarrollo. Lo más importante es que pese a que la historia no sea muy elaborada, no entorpece ni provoca parones graves en las transiciones que crea entre los momentos de acción pura. Hay además del argumento lineal de la historia ciertos recuerdos que podremos recoger para conocer el pasado de Adol y que nos proporcionarán una subida permanente de alguna característica concreta. Como en el resto de juegos de la saga, Adol no habla directamente y esto implica que sea el típico personaje de RPG sin carácter definido, dicen para que el jugador empatice con él, aunque esto es discutible. El caso es que el argumento no estorba nada y está ahí como un elemento más integrado en el conjunto del juego, sin que parezca una mera excusa.
Ys: Memories of Celceta es un action RPG frenético y muy arcade en su planteamiento, aunque más asequible para el jugador que por ejemplo Ys: Seven. La entrega a la que más se parece en su sistema de combate es a esta última, pero con cambios significativos y evoluciones en su concepto. Contamos con botones de ataque, bloqueo, esquive, cambio de personaje, además tenemos R para hacer combinaciones con estos botones y ejecutar habilidades especiales y un ataque especial que se hace con L. Con Seven comparte las mayoría de funciones, pero mientras que por ejemplo en Ys: Seven no podemos bloquear permanentemente, aquí sí que podemos hacerlo. El botón de bloqueo en Celceta funciona dejándolo pulsado y no nos obliga a coordinar el ataque enemigo con la parada, aunque lo premia otorgando un bonus posterior.
El esquive en el momento preciso también es premiado, al igual que matar con un golpe especial. El caso es que estos bonus son fundamentales para potenciar los siguientes ataques y acabar más fácilmente con los enemigos, además de ganar más objetos y experiencia. En Ys no hay que preocuparse de explorar ramas de habilidades complejas, aquí las aprenderemos luchando y divirtiéndonos, porque si algo tiene Ys es que es tremendamente divertido de jugar. Las luchas son frenéticas pero también requieren de estrategia y reflejos a la hora de plantear los combates. El hecho de poder cambiar de personaje en cualquier momento pulsando sólo un botón nos da también cierto toque estratégico para encarar debilidades de enemigos, aunque en general la IA de los compañeros se comporta bastante bien. Quizá sea el Ys menos difícil de todos por una serie de cambios que se han adoptado respecto a otras entregas. Aunque hay enemigos que son menos vulnerables a nuestros ataques, dependiendo del tipo de arma que usemos, siempre haremos daño y esto por ejemplo en Ys: Seven era mucho más complicado de lograr.
Además si nos quedamos parados en un sitio recuperamos vida hasta tenerla completa y como hemos comentado antes es más fácil bloquear los ataques enemigos. Sin embargo tenemos la sensación de que hay cierto desequilibrio entre la dificultad de los enemigos de campo y los jefes, como si los jefes fuesen más sencillos de lo que deberían con respecto a los enemigos de campo. Hay niveles de dificultad a elegir al principio de la partida y pese a que el normal ya supone un reto aceptable, recomendamos a los que quieran tener exigencias desde el inicio que empiecen en nivel que dificultad HARD que siempre tendrán oportunidad de bajarlo en el transcurso de la partida. Digamos que el nivel HARD de Celceta podría ser como el normal de Felghana. Que no os lleve a pensar que se ha casualizado la saga, para nada, sólo que es más permisiva con el jugador y más asequible en el nivel normal que otras entregas recientes.
Aunque los combates son la salsa de Ys, no lo son todo y hay ciertos extras con los que no contaban las anteriores entregas. Ahora la mejora de equipo ha sufrido ciertos cambios y hay que recolectar objetos para ello. Ya por ejemplo en Oath in Felghana había que recoger material para mejorar de una forma sumamente simple, pero ahora hay muchísimos más objetos, refinamiento de los mismos y bastante más de profundidad que se nos antoja algo innecesaria para los que nos tiene acostumbrados la saga. No queremos decir que no esté bien hecha, pero de la saga Ys siempre esperas algo más directo y ahora hay muchas posibilidades de mejora de equipo, de materiales y además hay que hacer mercadeo con esos materiales para acceder a otros.
Esto confiere un toque más rolero al juego en lo que a gestión del equipo se refiere y si quieres ciertos objetos y mejoras interesantes tendrás que dedicar un rato a estas gestiones. Luego hay misiones secundarias que hacer que alargan unas cuantas horas el juego y que siendo del todo opcionales, muchas estarán en nuestro camino natural de la aventura y las haremos casi sin querer. Además a lo largo de la aventura se nos plantearán una serie de puzles que resolver, que si bien nos han gustado porque añaden un poco de variedad al desarrollo, entendemos que pueda haber detractores que vean una caída del ritmo debido a los mismos.
A nivel del diseño hablamos de un juego sencillamente genial. El mapeado es generoso con el jugador hasta decir basta, las mazmorras también son geniales, especialmente en el tramo final. Las zonas se van uniendo a medida que avanzamos dándonos la posibilidad de viajar entre ellas por medio de piedras que hacen las veces de transportadores. Es curioso que pese al desarrollo del juego, todo está tan bien diseñado que las 30 horas aproximadamente que nos puede durar la aventura se nos harán hasta cortas. Si nos vamos a búsquedas secundarias y a conseguir trofeos extra contad con 50 horas fácilmente. Es el juego de la saga más largo y aunque ciertos aspectos sean opinables, nos atrevemos a decir que es el más completo y el camino a seguir para futuras entregas.
El control del personaje es perfecto así como el diseño de la interfaz. Se han combinado controles tradicionales con opciones táctiles para la el manejo de opciones así como para el acceso a cierta información. Podemos pulsar sobre los enemigos para obtener sus características o cambiar la táctica de defensa a ataque mediante el panel trasero. Controles nada forzados que agilizan el acceso a las funciones son los que esperamos de este tipo de juegos. En Memories of Celceta han dado en el clavo ofreciendo posibilidades táctiles integradas en el juego y nada forzadas.
Apartado técnico
Las entregas de Ys nunca han destacado por su apartado gráfico y esta entrega no es una excepción. Memories of Celceta es un juego que cumple bien y de forma correcta con su cometido, no son las texturas lo que destaca en el juego si no el diseño y apartado artístico. La saga Ys siempre ha mantenido es aspecto de juego tradicional de épocas pasadas y que tanto añoramos algunos. En esta entrega se ha dato un toque más anime y aunque siempre lo ha tenido se ha potenciado, desapareciendo, por ejemplo, del diseño del personaje la armadura de peto y hombreras que siempre ha tenido Adol.
Valorar el apartado sonoro de Ys es valorar una saga que nos tiene acostumbrada a grandes bandas sonoras. Sería injusto decir que Ys no tiene grandes temas sólo porque queda por debajo de otras entregas de la serie. La OST de Celceta es muy buena pero quizá no tanto como debería siendo un Ys. Como decimos, Memories of Celceta cuenta con temas realmente buenos como Gust of Wind o Ancient Land pero le falta la contundencia de otras entregas cuya banda sonora no cuenta con un solo tema que no sea maravilloso. Tanto voces como textos están en inglés, con poco diálogo doblado, eso sí. No vamos a quejarnos de la no traducción del título, aunque preferiríamos que hubiese llegado traducido, además el inglés que tiene es de un nivel bajo-medio y no es un juego que haga uso intensivo de textos ni requiere explicaciones extensas para comprender su mecánica.
Conclusión
Ys: Memories of Celceta es un gran juego, de esos que necesita PSVita y cualquier consola en general. Quizá no sea el AAA que está esperando el usuario medio, pero sí que es un juego que vale cada euro que cuesta. Un juego con un sistema de combate que engancha como pocos, que invita a progresar, a seguir adelante y que no podamos dejar de jugar. Hay cierto aire retro en la saga Ys, siempre lo ha habido y lo sigue habiendo. Es un juego muy arcade, y por arcade tenemos que entender directo, rápido y frenético pese a ciertas decisiones que lo hacen más accesible a nuevos jugadores. El regreso a Celceta ha sido muy grato para nosotros y por eso no podemos dejar de recomendar Ys: Memories of Celceta, no sólo como uno de los mejores juegos de PSVita, si no como uno de los juegos más divertidos y disfrutables que podéis encontrar en cualquier catálogo.