Análisis de Assassin's Creed III: Liberation (PSVITA)
Desde que se anunció, Assassin’s Creed III: Liberation se ha convertido en una de las grandes esperanzas de la nueva portátil de Sony para relanzar sus ventas. Si hay algo que no le falta a este título es ambición, ya que su objetivo de trasladar la experiencia de Assassin’s Creed a un sistema portátil es algo que hace unos años podríamos haber considerado utópico. Pero el tiempo de promesas acabó y el juego ya está en las tiendas, por lo que toca responder a la gran pregunta: ¿está a la altura de las expectativas?
Aveline de Grandpré: dama, esclava y asesina
Esta entrega nos sitúa en Luisiana del Siglo XVIII y nos llevará a seguir los pasos de Aveline de Grandpré, primera protagonista femenina de la saga. A vista de todos es una dama noble de alta cuna, pero en las sombras y sin que nadie lo sepa resulta ser una peligrosa Assassin que lucha por proteger a su pueblo de la esclavitud y que hace frente a los templarios. Al igual que la entrega de sobremesa, el argumento nos llevará a recorrer varios años de su vida.
Muchos os preguntaréis si es necesario haber jugado Assassin’s Creed III o a algún otro juego de la serie para disfrutarlo: la respuesta es no, ya que las relaciones con el resto de juegos son más bien anecdóticas y solo hay un momento donde la conexión con la entrega de sobremesa es algo más patente, pero nada realmente relevante.
No sabemos si se debe a su carácter de juego portátil, pero la verdad es que argumentalmente nos encontramos con un título flojo, con muchas lagunas y con una narrativa poco cuidada. Hay detalles que de haberse explicado nos habrían ayudado a conectar mucho mejor tanto con el juego como con Aveline. Además, la trama tarda mucho en arrancar y hasta aproximadamente la secuencia 4 no empezaremos a interesarnos por ella, lo que es casi medio juego teniendo en cuenta que son 10 secuencias en total.
Entrando ya en lo que es su jugabilidad encontraremos prácticamente todas las mecánicas básicas de la saga. Por tanto, tendremos un mundo abierto por el que hacer parkour, con muchos objetivos secundarios y objetos coleccionables que encontrar y donde poner a prueba nuestras habilidades como asesinos. Los controles se adaptan estupendamente al sistema y si habéis jugado alguna entrega de la serie no tardaréis mucho en haceros con ellos. Los combates siguen la tónica vista en Assassin’s Creed III, pero están más simplificados y tenemos menos herramientas y tipos de armas a nuestra disposición, a lo que hay que sumarle una Inteligencia Artificial prácticamente nula que acabará por hacerlos algo repetitivos. Básicamente consiste en atacar, hacer contras, desarmar y desbaratar defensas, pudiendo realizar cadenas de asesinatos con las que matar a varios enemigos seguidos con un solo golpe.
La gran novedad de Liberation la encontramos en el sistema de identidades de Aveline. Nuestra heroína dispone de tres distintas (podremos cambiar de una a otra en los vestidores que podremos comprar por la ciudad) que no solo representarán un cambio estético, ya que cada una de ellas nos ofrece un tipo de jugabilidad distinta. Como dama apenas podremos correr, no se nos permitirá hacer parkour y solo tendremos disponibles las hojas ocultas y un paraguas que lanza dardos venenosos como herramientas de asesinato. Eso sí, podremos usar nuestras "armas de mujer" para engatusar a los guardias para que nos sigan y defiendan de los rateros y ladrones de los barrios bajos, ya que intentarán robarnos. Para hacer esto bastará con que busquemos a un soldado con un corazón sobre su cabeza y pulsar círculo.
Por otro lado, cuando nos disfracemos de esclava podremos hacer parkour y pasaremos fácilmente desapercibidos fundiéndonos con la multitud, aunque si nos chocamos contra algún noble este puede enfadarse y llamar a los guardias por nuestra torpeza. Podremos usar algunas armas simples con esta identidad, aunque combatiendo seremos algo débiles y apenas tendremos defensa.
Finalmente, nuestra identidad de Assassin es la más completa, permitiéndonos realizar todo tipo de acciones, usar prácticamente todas las armas del juego y combatir como auténticos expertos. La única pega es que siempre tendrá un mínimo de notoriedad, lo que provocará que nos detecten más fácilmente.
Este sistema que a priori puede resultar novedoso, al final acaba convirtiéndose en una idea muy desaprovechada. Hay muchas veces en las que se nos obligará a usar una de las tres identidades aunque no queramos (tener que recorrernos media Nueva Orleans al paso de tortuga al que va la identidad de dama cuando quizás lo que queremos es correr por los tejados de los edificios como Assassin puede hacerse algo pesado) y cuando se nos brindan varias posibilidades ocurre que nunca terminamos de sentir que realmente se nos motive a jugar cambiando de una a otra para crear nuestras propias estrategias.
También tenemos que tener en cuenta que cada una de las identidades tendrá su propio nivel de notoriedad según lo que hagamos. Para bajarlos tendremos que recurrir a distintos métodos. Para reducir el de la esclava tendremos que arrancar carteles, para el de la dama matar testigos y para la de la Assassin sobornar jueces. Si tenemos demasiada notoriedad con una de ellas podremos cambiar a otra que no tenga demasiada en un vestidor y hacer lo pertinente para bajar la de nuestra identidad más buscada.
En cuanto al desarrollo de las misiones, se nota la clara orientación al juego portátil de esta entrega, ya que son algo cortas, simples y rápidas de realizar, aunque muy entretenidas y con la suficiente variedad como para mantenernos jugando sin caer en el aburrimiento. Al menos en lo que respecta en las misiones principales, ya que las secundarias tienen un diseño algo más pobre.
Al igual que en la entrega de sobremesa, en todas las misiones tendremos objetivos secundarios que podremos intentar cumplir para conseguir el 100% de sincronización. Estos pueden ir desde matar a alguien de una forma concreta hasta otras cosas como que no nos detecten o superar la misión en un tiempo concreto, lo que le da algo más variedad a su desarrollo. Eso sí, algunas de ellas no están del todo bien implementados, ya que por ejemplo hemos llegado a encontrarnos un objetivo opcional que nos pedía superar una misión usando las tres identidades de Aveline. El objetivo lo cumplimos simplemente acercándonos a un vestidor una y otra vez sin hacer nada con ninguna de ellas y cambiando de identidad para que nos lo dieran por válido.
Un detalle que no nos ha gustado nada ha sido la implementación de las funciones de PS Vita en el juego. El uso de la pantalla táctil, del panel trasero, de la cámara y del sensor de movimientos nos ha parecido muy forzado, como si se hubieran metido casi por obligación para intentar enseñar lo que se puede hacer con la máquina. Por suerte, la gran mayoría de ellas pueden realizarse con los botones, aunque otras como robar no corren la misma suerte. No es que el juego nos vaya a obligar a usar estas funciones constantemente, pero cuando lo hace consigue rompernos el ritmo.
Respecto a su duración, nos encontramos con un título que nos ofrece entre diez y doce horas de juego solo de historia principal y sin detenernos a otras tareas, ya que si lo que buscamos es obtener el 100% esta cifra se puede duplicar fácilmente. Para intentar alargar un poco más la vida útil de Liberation, Ubisoft ha implementado un modo multijugador totalmente anecdótico en el que tendremos que escoger un bando (Assassins o Templarios) y enviar a nuestros reclutas en misiones por todo el globo para conquistar puntos estratégicos. No pasa de la curiosidad y dudamos que le dediquéis mucho más de 20 minutos tras probarlo por primera vez. Encima está sufriendo bastantes errores, como uno muy molesto que nos impide salir al menú principal. Viendo el resultado, quizás habría sido preferible invertir los recursos del multijugador en algo más para la campaña o en pulir otros detalles.
Exprimiendo la potencia de PlayStation Vita a costa de un buen rendimiento
Antes de que nadie se lleve una decepción, os recordamos que la nueva portátil de Sony no cuenta con la potencia de una PS3 o una Xbox 360, por lo que no esperéis encontraros con un apartado gráfico siquiera a la altura del primer juego de la saga. Aclarado esto podemos decir que Assassin's Creed III: Liberation es uno de los juegos que mejor explotan las posibilidades de la consola, mostrándonos unos escenarios grandes, con multitud de detalles y con muchos personajes moviéndose a la vez en pantalla. Todo esto es algo que sorprende ver en una portátil, aunque no es oro todo lo que reluce.
La aparición repentina de elementos a medida que nos acercamos es una constante, los dientes de sierra están siempre presentes y afean el conjunto, hay texturas que son realmente malas (fijaros en los pelos de los personajes), las animaciones faciales brillan por su ausencia y para colmo existen una gran cantidad de bugs que pueden llegar incluso a obligarnos a repetir misiones.
Pero sin duda su mayor defecto lo encontramos en el pobre rendimiento del juego en general. No hablamos de que el juego sufra pequeñas caídas en la tasa de imágenes por segundo (que haberlas las hay) sino que directamente todo se mueve lento y se nota que a la consola le cuesta moverlo, algo que notaremos especialmente cuando estemos en una misión de persecución, donde la sensación de velocidad es prácticamente inexistente. Al menos a su favor podemos decir que esto no repercute en su jugabilidad, ya que los controles responden muy bien y de forma precisa a nuestras órdenes.
El sonido por su parte mantiene un buen nivel, con una banda sonora de calidad y un doblaje al español convincente y con voces muy conocidas del cine y la televisión. Eso sí, a veces nos hemos encontrado con que los ciudadanos comienzan a repetir una frase en bucle una y otra vez que se puede hacer algo pesado y la banda sonora no termina de estar bien usada, ya que hay momentos en los que echamos de menos su presencia y otros en los que el tema que suena no va muy acorde con lo que estamos jugando.
Conclusiones
Assassin's Creed III: Liberation es un buen juego que sin embargo carece de la brillantez de la que goza la saga en sobremesa. La posibilidad de jugar un Assassin's Creed en todas partes siempre es un atractivo a tener en cuenta y como entrega complementaria a la aventura de Connor cumple notablemente, por lo que sabrá satisfacer a los fans. Por desgracia su historia y narrativa no están al nivel esperado, el sistema de identidades no termina de convencer, la implementación de las posibilidades de PS Vita están muy forzadas, sus bugs resultan muy molestos y la baja tasa de imágenes por segundo con la que cuenta nos hace preguntarnos si no hubiese sido mejor apostar por algo menos de espectáculo visual en favor de una mayor fluidez. Una buena aventura con la que sacarle partido a nuestra consola, pero lejos de ser un gran Assassin's Creed.