Análisis de Street Fighter Alpha 3 Max (PSP)
Durante no pocos años hablar de Street Fighter era sinónimo de hablar de lucha. Era la época de las recreativas, de las conversiones a las consolas de 16 bits del momento, Super Nintendo y Megadrive, y de las sucesivas variaciones del clásico indiscutible Street Fighter II. Es innegable que argumentos no faltaban para que éste fuese el referente del género, y prueba de ello es su influencia en los títulos que le han sucedido. Antes de la llegada de la que fue, oficialmente, la tercera entrega, Street Fighter III, con una conversión a DreamCast impresionante, y una versión hace dos años para PlayStation 2 que jamás llegó a Europa, los usuarios pudimos disfrutar de la subsaga Alpha (llamada en Japón "Zero"), situada cronológicamente entre los hechos de la primera y casi desconocida entrega de la serie y la segunda. Múltiples entregas y versiones llegaron a los salones recreativos y también a las consolas, y ahora, la versión Max (también conocida como Double Upper) de la tercera entrega de la serie Alpha llega a PlayStation Portable para mostrar que el juego de lucha de Capcom sigue siendo hoy en día sinónimo de lucha.
Una de las primeras cosas que nos llamará la atención es la fidelidad con respecto a la versión original de recreativa alcanzada en PSP. La calidad de la pantalla de la consola portátil permite plasmar un acabado gráfico equiparable por completo al del clásico de los salones, con un nivel de colorido altísimo, las animaciones tan suaves que lo caracterizaron y la opción de permitirnos escoger si preferimos disfrutarlo en formato original de pantalla (es decir, con las proporciones 4:3 de un televisor "cuadrado" estándar o bien llenar toda la pantalla de la PSP, de estilo panorámico). Esto ya nos lo ofrecieron los chicos de Capcom en DarkStalkers Chronicle, pero en esta entrega se diría que la sensación de ver a los personajes algo achaparrados es sustancialmente menor. Quedará al gusto del jugador escoger si prefiere dejar unas bandas negras en los laterales de la consola y verlo en formato original, o bien llenar por completo la siempre generosa pantalla de su consola portátil.
El principal problema al que se puede enfrentar un juego de este tipo es que quien haya querido disfrutarlo, posiblemente ya lo haya hecho. No es un juego nuevo, y además pertenece al cada vez más reducido grupo de juegos de lucha en dos dimensiones (frente a los nuevos clásicos, tipo Tekken o Virtua Fighter), pero quizá por ello el resultado final haya sido tan agradecido, pues los programadores han incluido un gran surtido de modos de juego diferentes, con lo que las horas de diversión estarán más que garantizadas, y ofrece, además, un buen incentivo para los seguidores de este género que, con todo, pudiesen mostrarse reticentes a probar esta edición de Street Fighter Alpha 3 Max.
Pero primero deberíamos repasar las principales cualidades de este juego. Lo que más llamará la atención es el notabilísimo plantel de luchadores con el que cuenta, sumando hasta cuarenta rostros diferentes, entre los que están todos y cada uno de los jugadores de Super Street Fighter II, lo que incluye, por descontado, a Akuma. A esa ya de por sí ingente plantilla se debe sumar casi todo el montante de luchadores que aparecieron en el primer Street Fighter, y un buen puñado de personajes completamente nuevos, que habían ido apareciendo a lo largo de la serie Alpha, algunos de ellos extraídos de otros juegos (o inspirados en ellos).
Si a esto le añadimos las incorporaciones de Eagle y Yun (recién llegados de otros juegos de la casa), obtendremos la suma total de luchadores: amplia, variada y letal. Para los fans y apasionados de las listas, os ofrecemos los nombres de todos los personajes: Ryu, Ken, Chun-Li, Guile, Dhalsim, Zangief, Blanka, E. Honda, Balrog, Sagat, Vega, M. Bison, Cammy, Fei-Long, Dee Jay, T. Hawk, Akuma, Evil Ryu, Gen, Dan, Adon, Sakura, Nash, Guy, Cody, Sodom, Birdie, Rolento, Rose, R. Mika, Karina, Juli, Juni, Maki, Ingrid, Eagle y Yun. A esta lista deben sumarse las variantes secretas de tres personajes (que puedes consultar en la sección de trucos de este juego, si así lo deseas).
A toda la suerte de golpes y movimientos especiales con los que cuenta cada personaje, se añaden los ISM, diferentes modos de realizar ataques demoledores y espectaculares que pueden darle la vuelta por completo a un combate. X-ism es el más sencillo, el que nació en las entregas finales de Street Fighter II, y con el que podremos realizar un único Súper Combo, siendo el modo más recomendable para novatos, ya que es muy accesible; A-ism nació en las primeras entregas de la serie Alpha, y nos permite realizar varios Súper Combos en función del movimiento que realicemos, por lo que es recomendable a jugadores ya familiarizados con el estilo de los combates; y, finalmente, el V-ism, en el que podremos crear nuestros propios Súper Combos, completamente originales, desarrollando numerosísimas combinaciones distintas. Este último es el más complejo y profundo, destinado sólo a jugadores expertos, pero también el que mejores resultados y mayores satisfacciones nos dará cuando lo dominemos.
La jugabilidad de esta entrega sigue los cánones establecidos por sus antecesores, aunque añade elementos que mejoran la balanza, como la barra que limita nuestra defensa, los movimientos de recuperación para evitar recibir parte del daño, y el uso de dos botones para realizar los agarres, entre otros pequeños detalles. Incorporaciones sutiles en su mayoría que, sin embargo, hacen que no haya luchadores descompensados. Sí, es cierto que al jugar contra la máquina los enemigos finales dan un buen estirón (como es deseable, todo sea dicho), pero al enfrentarnos contra otros jugadores, el rango de movimientos, habilidades y características de los personajes logra que no haya claras ventajas de unos frente a otros, sino que se trata, sobre todo, de encontrar al personaje que mejor se adapta a nuestro estilo de lucha, a nuestros hábitos en el juego.
En PSP se ha añadido, además, la posiblidad de asignar combinaciones de botones a uno de los botones de la consola, lo que puede facilitar las primeras horas de juego a los menos experimentados, ya que hay bastantes movimientos que pueden requerir que pulsemos simultáneamente varios botones de puñetazo, por ejemplo. Eso sí, hay que tener en cuenta que al tener tres tipos de puñetazo y otros tantos de patada (lo habitual en la saga, al fin y al cabo) el juego emplea los seis botones de la consola, por lo que si optamos por asignar alguna combinación a un botón, tendremos que lidiar con la pérdida de algún tipo de golpe. Es, al fin y al cabo, una decisión que queda en manos del jugador.
Con todo, el control del juego es bueno, y responde de manera bastante acertada, siempre y cuando los botones y la cruceta de nuestra PSP estén en buen estado. En Japón y Estados Unidos Capcom distribuyó algunas unidades del juego con una cruceta digital para pegar sobre la estándar de PSP, un añadido curioso que, eso sí, no ha llegado a Europa. Nosotros no hemos experimentado problemas con el control, ni a nivel de botones ni con la cruceta (siempre es posible optar por usar el stick analógico), pero, como hemos dicho, esto varía en función del estado, principalmente, de nuestra cruceta, pues es conocido que hay unidades de la consola en las que la cruceta digital no responde, por cuestiones técnicas, con la precisión y facilidad que sería deseable para este título. En todo caso, no sería éste un problema del juego.
Ya os decíamos antes que una de las grandes ventajas de esta edición del juego reside en sus modos de juego, y es que ahora este arcade de lucha nos ofrece un amplio surtido de maneras diferentes de repartir mamporros a diestro y siniestro. El tradicional Arcade (es decir, el modo de juego original), Survival Mode (en el que tendremos que superar tantos combates como nos sea posible), Dramatic Battle (para desiguales batallas de dos contra uno), Variable Battle (donde controlamos un equipo de dos personajes, pudiendo alternar entre ellos en la lucha), Training Mode (para practicar nuestra habilidades), Reverse Dramatic Battle (nosotros solos contra dos), Free Battle (a su vez con cinco modalides, en torno a combates sueltos), VS 100 Kumite (una serie de cien combates), Final Battle (para enfrentarse al jefe final, pudiendo ver así el final del personaje escogido sin dilaciones), y World Tour, en el que iremos luchando para entrenar a nuestro personaje y mejorar sus características.
El modo World Tour es uno de los más elaborados, con muchísimos combates, y toda una senda que nos llevará por todo el mundo (empezando desde Asia) para ir ganando experiencia, lo que nos permitirá progresar para perfeccionar a nuestro luchador, personalizándolo. En esta modalidad nos encontraremos muchos niveles, la mayoría con condiciones especiales de combate, que nos obligarán a adaptar nuestra táctica en combate. Relacionados con este modo, están el modo Edit (en el que creamos un personajo a medida para usarlo en los otros modos de juego) y el modo Entry (que nos permite jugar en otros modos de juego con el personaje de nuestro World Tour, o creado a partir del modo Edit).
Finalmente, tenemos el modo Network, que no es sino el multijugador (requiere, por tanto, tantas consolas y juegos como jugadores), con sus variables. El clásico Versus, para enfrentarnos cara a cara con otro jugador; Team Battle, en el que cada equipo escoge hasta tres personajes; Variable Battle, donde pueden intervenir personajes controlados por la máquina, y Dramatic Battle. Si conformamos una liga o torneo (tanto a través de Versus como de Team Battle), podrán participar hasta ocho jugadores, siendo al menos dos jugadores humanos. Por desgracia, estos modos de juego son sólo para red local, es decir, el título no cuenta con opciones multijugador a través de Internet, lo que hubiese significado un incremento notable en las horas de diversión que puede ofrecernos.