Análisis de Power Stone Collection (PSP)
Lanzados originalmente para máquina recreativa y posteriormente convertidos para la consola de Sega, DreamCast, los dos Power Stone ofrecieron una combinación de acción rápida y adictiva en 1999 y 2000. Eran juegos de lucha poco convencionales en los que el dramatismo característico del género quedaba de lado para dar paso a un sentido del humor y estilo desenfadado que se convirtieron en uno de los rasgos más característicos de esta pequeña saga que, ahora, llega a la portátil de Sony.
Así, los dos juegos están disponibles ya en un único disco para PSP, representando la primera aparición de estos juegos allende los circuitos de la consola de Sega, adaptándose muy bien a la de Sony. Y es que Power Stone Collection da nueva vida a esta breve saga.
Ambas entregas mostrarán su auténtico potencial en el modo multijugador, algo que siempre es un poco más difícil de conseguir en una consola portátil que en una doméstica, pero resulta igualmente atractivo. Al fin y al cabo, la jugabilidad es, como decíamos, muy ágil y dinámica conservando todo el espíritu arcade original combinado con su estilo visual lleno de colorido.
El diseño de los personajes bebe de múltiples fuentes con un estilo artístico de toque oriental en el que se combinan pilotos de aviación clásica como Falcon, o Wang Tang, el aprendiz de kung-fu, por poner unos ejemplos. El conjunto de personajes recoge, por tanto, algunos estereotipos inconexos entre sí lo que refuerza el sentido del humor del juego, y es que, al fin y al cabo, ver cómo un samurái y una momia se enfrentan es algo bastante poco común, sin duda alguna.
Las dos entregas incluidas en la compilación presentan una clara división entre su modalidad para un jugador y el multijugador, resultando el modo para solitarios un tanto soso, quizás como consecuencia de ser un título originario de los salones recreativos, donde el juego en compañía es mucho más importante y destacable. En los combates, nos enfrentaremos a nuestro rival usando todo tipo de ataques, incluyendo golpes cercanos, técnicas de agarre y, también, la interactuación con diferentes elementos del entorno para golpear contra ellos al enemigo o, directamente, lanzárselos a distancia. Además, los combates cuentan con la aparición aleatoria de objetos, tanto en forma de armas como de mejoras, que pueden inclinar la balanza hacia un lado u otro en tan sólo un momento. El arsenal es bastante variado, incluyendo armas de fuego, como metralletas, o algún que otro bazuca de dimensiones descomunales, espadas, bates de béisbol, etc.
Las mejoras provienen de la aparición de las piedras que dan nombre al juego, las power stones, de las que tendremos una al empezar. Según atacamos de manera satisfactoria al enemigo, conseguiremos que la suya se le caiga, y al conseguir tres de esos objetos, empezará una transformación que cambiará radicalmente el aspecto de nuestro personaje consiguiendo, también, poderes inusitados. Estos cambios son tan radicales que harán que, por ejemplo, Wang Tang se convierta en un guerrero capaz de lanzar ataques de energía, o Falcon en una suerte de robot lanzamisiles.
Aunque el título incluye las dos partes, lo cierto es que lo más probable es que dediquemos la mayor parte de nuestro tiempo a Power Stone 2, ya que aporta todos los elementos de la primera más una serie de refinamientos jugables y de contenidos muy destacables, sobre todo el de permitir que sean cuatro los personajes que se enfrenten, y no sólo dos. Consecuentemente, se incluyen más personajes, como un cocinero mostachudo que se transforma en dinosaurio, y el armamento incluido es, también, mayor y más alocado. Además, los combates se desarrollan en entornos más abiertos, de manera que podemos cambiar de escenario mientras se desarrolla el combate.
El apartado técnico del título es el mismo que se ofreció en DreamCast, aunque se ha modificado, claro está, la resolución y el tipo de pantalla para dar soporte al formato panorámico de PSP, si bien se ha conservado la opción de jugarlo con el formato de pantalla 4:3 original. No es espectacular en sus gráficos, pero desde luego luce bien, y cumple con su cometido, al igual que en el apartado musical. Le pesa, quizás, un poco ser una conversión de la consola de Sega, ya que PSP ha demostrado en otros títulos que su techo tecnológico está sustancialmente alejado de lo que podemos ver en Power Stone Collection, aunque preservar los gráficos originales parece la opción más sensata, puesto que tampoco han pasado tantos años como para justificar un lavado de cara. Pese a todo, sus tiempos de carga son quizás algo largo para el nivel técnico mostrado.
A nivel jugable, se echa de menos que un título tan orientado a la experiencia multijugador no incluye soporte para juego en red de acuerdo a los estándares más actuales, sobre todo porque, aunque la máquina puede representar un reto digno en ocasiones, la dificultad es tirando a baja y, definitivamente, es más entretenido jugar contra rivales humanos. Una pequeña dificultad añadida es la no inclusión de la posibilidad de compartir el juego (aunque sí podemos enviar una demo a otra persona, una cualidad futil como ella sola), por lo que cada persona necesitará su consola y su copia de Power Stone Collection, dificultando un poco más la accesibilidad a este modo de juego.