Análisis MotoGP 23, el simulador de motociclismo más accesible (PS5, PC, Xbox Series X/S, Switch, Xbox One, PS4)
Contábamos en nuestras impresiones de MotoGP 23 que uno de los objetivos de Milestone con la entrega de este año es dar facilidades a los novatos y eliminar la gran barrera que normalmente ha rodeado al motociclismo en los videojuegos. MotoGP 23 es un simulador, por lo menos tanto como sus predecesores, pero esta vez se ha abierto la mano para que la curva de aprendizaje sea mucho más cómoda y no pases más tiempo rodando por el suelo que sobre la moto. Es la principal novedad, pero no la única.
Nueva temporada, clima variable y más
MotoGP 23 viene arropado por un puñado de novedades y algunas son drásticas para lo que solemos ver en un juego deportivo anual -esta vez el desarrollo ha llevado 14 meses-. Por una parte tenemos las funciones y características estándar que podíamos esperar de un título con licencia oficial, es decir, la plantilla de pilotos y circuitos de la temporada de MotoGP, Moto2, Moto3 y MotoE, que exprimiremos en profundidad con sus modos para un jugador o multijugador –online con juego cruzado entre PlayStation y Xbox, y pantalla partida-, preferiblemente tras pasar por la Academia MotoGP, el lugar idóneo en el que pulir nuestra habilidad sobre las dos ruedas.
Uno de los modos estrella es Trayectoria, una opción en la que iremos cumpliendo objetivos para ganar a rivales, con una pequeña mecánica de redes sociales con la que establecer relaciones con pilotos, escuderías y fabricantes. Nuestro comportamiento con la parrilla afecta al comportamiento de la inteligencia artificial, lo que da un poco más de estrategia a esta fase del juego. También se han añadido momentos cruciales o desafíos que permiten progresar más rápido durante las clases de MotoGP, siempre y cuando demuestres que has nacido para convertirte en una leyenda. Es un modo interesante que también se beneficia de otras novedades en el gameplay.
Por ejemplo, algunas de estos cambios de MotoGP 23 más promocionados son el clima dinámico y las carreras flag to flag –entrar en el pit lane a cambiar de moto-. No hace falta decir que un asfalto seco da mucha más seguridad que una carrera bajo tormenta; hasta ahora sabías las condiciones climáticas de antemano y podías decidir los neumáticos según esta información, mientras que ahora el clima puede variar durante la carrera y por tanto tu plan. Este impacto depende mucho del grado de simulación que escojamos, pero no cabe duda de que supone una de las novedades más interesantes de la edición y no se queda en la habitual palabrería de mejoras en física o animaciones que, siendo sinceros, a veces hay que mirar con lupa.
Todas estas características hacen de MotoGP 23 una entrega superior a su predecesor salvo por la pérdida de un modo como NINE Season 2009 –una serie de desafíos que homenajeaba una temporada llena de emoción-. El gameplay, las normas introducidas y que se mantienen otras opciones como el editor gráfico –un poco más limitado que lo visto en ciertos juegos de coches, aunque suficiente para dar rienda suelta a la creatividad- son el salto que podíamos esperar respecto a MotoGP 22, no enorme pero sí lo justo para que el fan encuentre una ilusión. No obstante, todavía hay otro gran apartado que se renueva y que para los novatos puede ser decisivo.
El MotoGP más accesible
Ya os contamos que MotoGP 23 aporta una nueva "experiencia de juego" con ayudas a la conducción para limar todas esas asperezas de un simulador de motociclismo. Incluso para un aficionado a simuladores de coches, dar el salto a las motos supone adaptarse a la potencia de estas máquinas, la distancia de frenado y sobre todo la manera de tomar las curvas. Es otro mundo, y no son pocos los jugadores que se han alejado de MotoGP por la frustración que supone hacer la croqueta en todas y cada una de las curvas durante las primeras horas de contacto.
Milestone sabe que esto limita mucho el mercado de la licencia, y es por eso que se han introducido las ayudas neuronales. Simplificado: es una especie de copiloto controlado por la inteligencia artificial que nos lleva de la mano con los frenos, la aceleración y el control. Todavía controlas la moto, pero con todas las ayudas activadas notarás una fuerza que corrige tu inclinación en las curvas e impide que aceleres al máximo en un momento incorrecto. Lo hemos puesto a prueba en situaciones extremas –por ejemplo con lluvia- y sí, todavía puedes caer de la moto, pero ahora cualquier jugador empezará a conseguir resultados aceptables desde el primer minuto.
Hay que aclarar que esta es sólo una de las cuatro opciones de control disponibles. El modo debutante activa estas ayudas de IA, la transmisión semiautomática, electrónica asistida y la posibilidad de rebobinar el tiempo, o incluso ajustar cada ayuda a nuestro gusto. Podrías empezar a competir con la asistencia al máximo e ir eliminando opciones según ganas confianza. A fin de cuentas, los mejores tiempos los vas a conseguir con el dominio total de la moto, cuando arriesgas; el modo debutante no te da margen para mejorar como jugador así que más pronto que tarde lo dejarás atrás.
MotoGP 23 también permite elegir la configuración clásica, con transmisión semiautomática, electrónica asistida y unas ayudas neuronales que sólo se activan con los errores más extremos. En configuración competitiva se eliminan ayudas, la electrónica equivale a la de las categorías reales y la transmisión semiautomática ayuda a recortar segundos. Finalmente, el modo extremo desactiva ayudas, incluye electrónica real y transmisión manual; un desafío sólo apto para los Marc Márquez de la competición virtual.
Estas ayudas van mucho más allá de lo visto en otros juegos de carreras y habrá detractores que acusen de perder todo el sentido de la simulación, pero creemos que a modo opcional –y más para un juego de motociclismo- hace más bien que mal. MotoGP 23 puede ser tan realista, complejo y divertido como desees, y al final los propios tiempos te irán animando a abandonar las ayudas para mejorar la precisión antes de subir la agresividad de los rivales, aumentar la dureza de las sanciones o empezar a pensar en el consumo, desgaste de neumáticos y daños mecánicos.
Un juego que destaca por su inmersión
El apartado técnico se ha pulido pero en general esta edición del juego trae más cambios en aspectos jugables que en gráficos o sonoros. Y eso no significa que MotoGP 23 no impresione en algunos momentos, aunque peca de irregularidad: en condiciones idóneas, una carrera con vista subjetiva bajo la tormenta más el ruido envolvente de las motos es una experiencia que poco tiene que envidiar a juegos de conducción con más presupuesto o renombre. La desarrolladora lleva tiempo exprimiendo Unreal Engine con juegos de motociclismo –MotoGP, SBK, Supercross y Ride- y esa experiencia se nota.
Sin embargo, no es menos cierto que hay momentos en los que muestra sus costuras y afea la impresión. A plena luz no destaca tanto, los momentos en que vemos a pilotos y azafatas bajan el nivel, y las cámaras más alejadas durante una repetición dejan ver que el detalle en el exterior de la carrera es escaso. La verdad es que es un juego resultón y si no buscamos las cosquillas luce estupendamente la mayor parte del tiempo, sobre todo en carrera, que es cuando realmente importa. Eso sí, una vez más la música es casi inexistente y limitada a menús, no esperes una larga lista de temas para escuchar en pista.
Conclusiones
Aunque MotoGP 23 no deja de ser la evolución y no una revolución, las novedades de este año no son menores. El clima dinámico, las carreras flag to flag y la accesibilidad completamente personalizable para cada tipo de jugador lo convierten en una entrega perfecta para entrar en la serie. Quizás se le podría pedir algún modo más para un jugador o un salto visual que aproveche mejor los sistemas más potentes, pero Milestone ha conseguido resolver uno de los principales obstáculos del género: que por fin cualquiera pueda divertirse sobre las dos ruedas.
Hemos realizado este análisis en su versión de PS5 con un código que nos ha proporcionado Plaion.