Análisis Jurassic World Evolution 2: Más grande, más dinosaurios, más dientes (PS5, PC, PS4, Xbox Series X/S, Xbox One)
Jurassic World Evolution se estrenó en 2018, coincidiendo con el lanzamiento de la, hasta la fecha, última entrega de la saga cinematográfica. Frontier desarrolló un más que decente videojuego de gestión de parques temáticos, incluyendo numerosos aspectos de la trilogía de películas iniciada por Colin Trevorrow en 2015. Nos presentaba la posibilidad de dirigir nuestro propio resort lleno de dinosaurios y numerosas atracciones, ofreciéndonos una sensación de control y dirección más que lograda. Si bien el título se quedó algo corto en su lanzamiento, gracias al apoyo de la comunidad y la propia desarrolladora, pronto se distribuyeron contenidos que ampliaban el catálogo de bestias prehistóricas, así como se añadieron capítulos basados en las secuelas de la licencia más reciente.
El año pasado asistimos a Jurassic World Evolution: Complete Edition, una edición que aportaba todo el contenido bajo un mismo paquete y que redondeaba aún más un videojuego que encandiló a propios y extraños, y que hizo las delicias de los aficionados a la saga iniciada por Steven Spielberg en 1993 en la pantalla grande. Ahora, y como aperitivo al estreno de Jurassic World: Dominion el próximo año, Frontier Developments vuelve con una secuela del exitoso juego de gestión y construcción más completa, divertida y con más dinosaurios.
Cuando los dinosaurios dominaban la Tierra: un modo campaña interesante pero muy corto
"Dinosaurios y seres humanos dos especies separadas por 65 millones de años evolución, juntos de nuevo. ¿Cómo podemos tener la más mínima idea de qué esperar?", explicaba el Dr. Grant (Sam Neill) en el filme original basado en la novela de Michael Crichton. El leitmotiv de las diferentes historias y entregas de la saga siempre ha sido el mismo: no existe control, la vida se abre camino. Jurassic World Evolution 2 sucede después de los eventos narrados en la película Jurassic World Fallen Kingdom (J.A. Bayona, 2018), por lo que nuestra misión principal será la de rescatar a los dinosaurios que campan a sus anchas por Estados Unidos y alrededores para proteger no sólo a la población humana sino también a ellos mismos de posibles peligros para los que no están preparados. Es decir, al menos en campaña, se acabó eso de construir un parque temático sin más. Sí, el lado de la recreación está presente, pero en las misiones principales de la historia tendremos que garantizar la conservación y el cuidado de una serie de animales que han sido devueltos a la vida y que ahora reclaman su espacio en el planeta.
Así pues, a lo largo de un reducido puñado de niveles -la campaña del juego se puede pasar en tres o cuatro horas- observaremos cómo los seres humanos y las diferentes organizaciones que velan por su seguridad, así como distintos organismos gubernamentales de Estados Unidos y Canadá intentan hacerse a la convivencia con estos seres prehistóricos.
La trama -si es que puede llamarse así-, nos explica cómo los dinosaurios, una especie invasora que está reclamando la Tierra para ellos, podría llevarnos a la extinción. Estos temas se han visto en el corto Battle at Big Rock y se tratarán de forma extensa en Dominion, y siempre han sido uno de objetos de debate más constantes de las novelas de Crichton, especialmente en El mundo perdido.
Como jugadores tendremos que superar varios escenarios temáticos a lo largo de la geografía de Estados Unidos, solucionando problemas como un aumento de la cacería furtiva en parques naturales -un grupo de cazadores ha encerrado a varios Carnotaurus de mala manera y estos se han comido a sus captores- a una serie de peligrosos patrones de migración de bandadas de Pteranodon que están interfiriendo en las rutas aéreas de las principales aerolíneas del país. Son niveles que ayudan, a modo de tutorial, a comprender las mecánicas más básicas de captura y acondicionamiento de animales, así como de los fundamentos de la gestión. En el primer nivel, enmarcado en el desierto de Arizona, aprenderemos a captar a los saurios que vagan en libertad, acondicionarlos en sus recintos y cuidarlos de la mejor manera. En un un abrir y cerrar de ojos estaremos trasladando a grupos de Stegosaurus con distintos helicópteros a través de las llanuras o abriendo lagunas para que nuestro Baryonyx devore su ración de pescado diaria.
Básicamente hablamos del mismo núcleo jugable de Jurassic World Evolution -excavar fósiles/rescatar animales, exhibirlos en cercados, atraer visitantes-, con un ajuste muy inteligente y notable de los aspectos más obvios de aquel, que convierten a grandes rasgos la experiencia de la gestión del videojuego en algo mucho más divertido y rico. Creednos, una vez os ponéis a los mandos, notaréis que todo sigue igual a como lo vimos en la entrega de 2018, y de hecho lo parece, pero a las pocas horas de estar lidiando con dinosaurios y otros problemas derivados de su confinamiento, control y cuidado, sabremos que en Frontier han hecho los deberes.
Desgraciadamente la campaña no cumple su papel y aunque nos presenta muy buenas situaciones e ideas -fotografiar animales en libertad a bordo de un jeep ha sido toda una experiencia, así como seguir el rastro de un Allosaurus por los bosques de Oregón-, no termina de romper en ningún momento, no hay un desafío real, y concluye de manera abrupta. Es una lástima, pero huele a que los desarrolladores se guardan cartas bajo la manga para cuando el tercer filme irrumpa en los cines el próximo verano.
Grandes novedades: Teoría del Caos y una mejora en la microgestión
Sin contar el regreso de modos muy clásicos como Desafío o el sandbox -el primero con escenarios en los que cumplir requisitos muy concretos para lograr las cinco estrellas, y el segundo con la posibilidad de construir todo lo que queramos y hayamos desbloqueado previamente-, la gran novedad de Jurassic World Evolution 2 es el modo Teoría del Caos. Se trata de un modo que nos ha entusiasmado especialmente y que nos presenta la posibilidad de cambiar los eventos que ocurrieron en todas y cada una de las películas estrenadas hasta la fecha. Sí, una especie de ‘What If?’ jugable, en el que podremos cambiar el curso de la historia. ¿Se habrían escapado los dinosaurios de Isla Nublar si hubiésemos puesto más énfasis en la seguridad del parque? ¿Y si el Parque Jurásico de San Diego de El mundo perdido hubiera sido un lugar de recreo para todo el mundo? Desde la citada Jurassic Park a Jurassic World: Fallen Kingdom, todos los filmes tienen su pequeña representación en unos escenarios muy completos, divertidos y desafiantes.
No obstante, para que esto funcione, Frontier ha hecho ajustes en las principales mecánicas y ha añadido otras nuevas, que hacen que todo fluya de una manera más natural y cómoda, y que nos permita incluso delegar o automatizar ciertas tareas. Cuando nos ponemos a crear un parque tenemos que tener en cuenta que cada instalación tiene su función, y que la omisión de algunas de ellas cuando nos ponemos a construir puede traernos una serie de dolores de cabeza constantes. En esta ocasión se ha enfatizado la construcción de las Instalaciones de respuesta, edificios que incluyen una dotación terrestre y aérea de Guardas que se encargan de vigilar a los activos, reparar las cercas o los edificios destruidos por los animales o las inclemencias del tiempo y de velar por la salud de los dinosaurios con constantes informes visuales.
También debemos permanecer atentos al Centro de Captura, un elemento que nos ayudará a realizar expediciones en busca de nuevos ejemplares o la Instalación Paleomédica, una especie de clínica veterinaria que nos ayudará a tratar a los dinosaurios si enferman o tienen alguna lesión. Una vez tengamos claro el desempeño de cada edificio o instalación, deberemos permanecer atentos a los científicos que se encarguen de ellas. Ya no existe el molesto sistema de facciones del primer juego, aquel que nos daba recompensas por tareas temáticas o el desarrollo de investigaciones enmarcadas en una rama u otra.
En Jurassic World Evolution 2 se ha simplificado este sistema, ofreciéndonos la posibilidad de contratar científicos y expertos en distintas ramas y facetas tecnológicas, los cuales pueden ser asignados a una gigantesca cantidad de trabajos. ¿Necesitamos atrapar un Albertosaurus que está liándola en el sur de Estados Unidos? Mandamos a un trabajador que cumpla los requisitos de la tarea. ¿Hay que desarrollar una cerca de mayor seguridad y voltaje? Pues mandamos a dos científicos que sepan de ingeniería. Encontrar el equilibrio de trabajo y rendimiento del personal es vital. Estos empleados necesitan descansar, tienen sus fortalezas y debilidades, y por si fuera poco, tienen un coste mensual variado. El sistema recuerda un poco al de otros videojuegos de gestión y nos ha parecido muy similar al de la Mother Base de Metal Gear Solid V: Phantom Pain.
Pero quizás lo más importante de todo el juego, y como no podía ser de otra manera, son los dinosaurios. Son las estrellas el videojuego, y al igual que en el título original, el centro de casi todas las mecánicas. Cada especie de dinosaurio tiene sus propias necesidades y su cuidado, por lo que tendremos que tener en cuenta una serie enorme de elementos, como el espacio de los recintos, sus requisitos de agua y vegetación o de sus propias preferencias a la hora de la convivencia con otros tipos de animales prehistóricos. Una vez rescatemos un dinosaurio o lo recreemos mediante ingeniería genética, deberemos fijarnos en sus estadísticas, evaluar su estado de salud, su comodidad o necesidades de terreno. Podemos editar, gracias a la inclusión de herramientas mucho más intuitivas, el paddock en el que residen, añadiendo plantas, bosques, lagunas o enormes porciones de arena.
En nuestras partidas hemos lidiado con problemas de convivencia de individuos de Apatosaurus y Brachiosaurus, dos saurópodos que no se llevan demasiado bien, y con los problemas derivados de las necesidades de algunos terópodos como el T. rex o el Indominus rex, animales que necesitan su propio espacio y estar aislados de los demás. Si un dinosaurio está cómodo y tiene sus aspectos básicos cubiertos, no intentará escapar de su recinto -y creednos, eso nos ayudará mucho-. Hay que destacar la labor en enriquecer la etología presente en el videojuego, con dinosaurios que se comportan como verdaderos animales, no como simples objetos que lucir.
Si observamos con detenimiento, comprobaremos que hay especies que son muy territoriales y marcan lugares en su hábitat, buscando zonas que se adapten a sus comodidades y necesidades, reclamando dichas zonas como propias. En un momento, criamos varios Triceratops en un cercado con más animales. Poco a poco movieron su territorio, buscando agua, más bosque y fibra a ras de suelo, y arrinconaron a otros dinosaurios que buscaban elementos similares, dejándolos en una parte menos abundante en cuando a sustento. El sistema de comportamiento es realmente dinámico, establece una conexión muy realista entre dinosaurios, los hace sentir como verdaderos animales. Podemos pasar horas deleitándonos con sus animaciones o haciéndoles fotos de todo tipo que, más allá de algunos detalles, podrían pasar por fotogramas de las propias películas. Además, en esta ocasión Frontier ha incorporado reptiles voladores y marinos, una adición muy esperada, por lo que ya podemos alimentar con tiburones a nuestro propio Mosasaurus, estrella de la saga Jurassic World, y una de las atracciones más espectaculares de cuantas existen en el juego.
Más allá de las nuevas instalaciones, los dinosaurios y sus recintos o la entrada de ajustes en el sistema de contratación de personal y la interfaz, tenemos que aplaudir también el cambio de la distribución de energía, más intuitivo y práctico, o la incorporación de pequeños cambios en la gestión de los visitantes, que tendrán diferentes prioridades según sus inclinaciones de compra o experiencias. Era uno de los aspectos más descuidados y aburridos del primer juego, y ahora parece haber encontrado su punto exacto, haciéndolo fácil de aprender pero algo complicado de dominar. Seguimos echando en falta algunas ideas de un título como Jurassic Park: Operación Génesis, pero es un paso adelante con respecto al videojuego lanzado anteriormente por Frontier.
Más detallado y rico a nivel visual
Dado que nos pasaremos gran parte del videojuego investigando -nuevas atracciones, construcciones, dinosaurios o incluso remedios para sus enfermedades o dolencias-, cuando conseguimos nuestros objetivos es normal que queramos deleitarnos con ellos, ya sea visitando los miradores, observando las célebres giroesferas o siguiendo de cerca a los jeeps que se meten en los cercados de los dinosaurios. Da lo mismo. El caso es que Jurassic World Evolution 2 es un título que mejora lo logrado por el primer juego, ofreciéndonos dinosaurios más realistas, con mejores animaciones, que lograrán ese efecto de asombro una y otra vez en nosotros. Da igual que hayamos concebido un enorme terópodo con anterioridad. Cada especie que salga de los criaderos para deleitar a nuestros visitantes nos parecerá impresionante como la primera vez. ¿Veis ese Chasmosaurus? Lo hemos logrado con el sudor de nuestra frente.
También hemos apreciado una mejora en el detalle y el tamaño de los entornos. Sí, durante meses, los usuarios se quejaron del poco espacio que teníamos en algunos mapas y escenarios en Jurassic World Evolution, un aspecto que limitaba nuestra creatividad. En esta secuela tenemos más entorno para explorar, expandirnos y lograr dar rienda suelta al concepto del parque jurásico de nuestros sueños. Volvemos a incidir en lo mismo: la campaña tiene escenarios preciosos que podremos explorar en el modo sandbox y que, por momentos, nos llevan a pensar en lo divertido que sería un juego de acción y exploración de mundo abierto en el que documentásemos a los animales en su entorno natural, sin barreras o constricciones de ningún tipo. Sí, suena demasiado a Sarah Harding.
En lo referente a la versión analizada, tenemos que explicar que hemos pasado un buen puñado de horas con la versión de PlayStation 5. Hemos disfrutado con el control con el DualSense, algo que nos echaba un poco para atrás, pero que gracias a los ajustes de la interfaz y a una inteligente distribución de los botones y los menús, no se hace incómodo ni traumático. Con apenas unos minutos de aclimatación aprenderemos a movernos por los cercados, cambiando de visión y observando con comodidad nuestro reino jurásico. A excepción de algún bug concreto -que nos impedía resolver un objetivo-, es un título estable y lustroso. Jurassic World Evolution 2, como no podía ser de otra manera, ofrece una completa librería de sonidos extraídos de las películas, con rugidos, bramidos y efectos sonoros idénticos a las cintas originales. Por si fuera poco, encontramos numerosas e icónicas piezas de las bandas sonoras de John Williams y Michael Giacchino, arregladas y orquestadas de manera distinta pero igualmente embriagadora. El juego está traducido y doblado al español, con voces extraídas de los actores y actrices que participaron en los filmes originales.
Un mejor videojuego
No pretendemos hacer una tesina sobre la vida prehistórica y su viabilidad en nuestros días. Para eso tenemos Vandal Random y nuestro completo especial al respecto. Lo que sí queremos destacar y dejar claro es que Jurassic World Evolution es un videojuego más divertido, completo y grande que su primera versión. Nos han encantado los ajustes en la gestión, los cambios en la interfaz o el énfasis que Frontier ha puesto en el comportamiento de los animales, mucho más realistas. Si bien el núcleo jugable de la campaña nos ha parecido interesante, creemos que se ha quedado algo corto, luciendo mucho menos de lo que debería. Sin embargo, tenemos que aplaudir la idea de Teoría del Caos y sus escenarios temáticos. Diseñado para deleitar a los aficionados a los dinosaurios y la saga jurásica, Jurassic World Evolution 2 ofrece más dientes y ruge más fuerte que su anterior encarnación. El camino hacia la extinción nunca había sido tan divertido y entretenido.
Hemos realizado este análisis en su versión de PS5 con un código que nos ha proporcionado PR Garage.