Análisis de Yoku's Island Express (PS4, PC, Xbox One, Switch)
Con la enorme cantidad de juegos que se lanzan cada año es inevitable sorprenderte cuando te encuentras con uno que se siente diferente, que propone algo fresco. Y eso es lo que hace Yoku's Island Express, una aventura que mezcla pinball, exploración y plataformas en una estructura a lo metroidvania, una idea un tanto exótica pero que funciona realmente bien, de esas que te preguntas por qué no se le había ocurrido antes a alguien.
Aunque es un juego indie y en apariencia bastante sencillo, estamos ante el resultado de cinco años de trabajo de Villa Gorilla, un estudio sueco que ha mimado y pulido mucho esta gran idea, lo que se percibe claramente en el resultado. Porque ideas ingeniosa vemos muchas a lo largo del año, pero lo extraordinario es que además estén bien ejecutadas y no tengan defectos graves, como es el caso.
En esta aventura controlamos a Yoku, un pequeño escarabajo pelotero que arrastra una bola, y que al llegar una bonita isla de ambientación hawaiana le encomiendan la tarea de ser el cartero del lugar, teniendo que entregar una serie de paquetes a lo largo y ancho de este paraíso tropical. Pronto descubrirá que una gran amenaza se cierne sobre la isla, ya que una antigua deidad amenaza con despertar de su sueño, y nosotros tendremos que avisar a tres guardianes, que permanecen ajenos a este peligro.
Así tenemos que ir realizando una serie de misiones principales por todo el mapa, como hemos dicho con una estructura abierta, cuyos caminos se van abriendo según conseguimos nuevas habilidades y objetos. Lo peculiar es que no tenemos un botón de salto, y la manera de movernos por el amplio escenario es utilizando las mecánicas habituales de un pinball, con las paletas o flippers para impulsarnos. Así los resortes o mecanismos que sean de color amarillo se utilizan con el gatillo derecho del mando, los de color azul con el izquierdo, y si cuentan con ambos colores se activan con cualquiera de los dos botones.
El mundo está dividido en multitud de pequeñas secciones perfectamente conectadas entre sí, y que funcionan a modo de mesas de pinball, con estructuras más o menos complejas o sorprendentes, y los habituales mecanismos de este antiguo y querido entretenimiento. No hacemos puntos, pero sí que vamos recogiendo frutas constantemente, que sirven para abrir caminos o conseguir objetos y mejoras para el personaje, como ampliar la capacidad del inventario.
Ya sea porque las hemos adquirido a cambio de frutas o por motivos argumentales, poco a poco vamos sumando nuevas habilidades que van ampliando las posibilidades jugables. Como una corneta con la que podemos interactuar con diferentes elementos de los escenarios, una aspiradora de babosas explosivas, que sirven para abrir nuevo caminos, una cuerda para colgarte de unas plantas carnívoras, en una de las mecánicas que más cambian el juego, o por ejemplo la posibilidad de bucear.
Como es habitual en cualquier metroidvania, al ir sumando estas acciones y gadgets cada vez podemos explorar más secciones del mapa y el juego se vuelve más complejo y divertido, y mucho más satisfactorio, en contraposición con el inicio de la aventura que puede parecer un tanto soso. A todo esto ayuda un buen control y una física muy convincente de la bola, algo imprescindible en un buen pinball, aunque sea uno tan peculiar como este.
Acabar la historia no es demasiado complicado, pero sí lo es hacer todas las misiones secundarias y encontrar todos los coleccionables y secretos, muchos más de los que puede parecer en un principio, siendo finalmente una aventura con una duración bastante decente si quieres hacerte con todo (unas 8 horas), algo que siempre apetece en este tipo de juegos.
Si te gustan los pinballs y este tipo de aventuras a lo metroidvania, Yoku's Island Express es entretenidísimo, no vas a parar de jugar hasta completarlo y descubrir todos sus secretos, algo que no es sencillo. Quizás lo que menos nos ha gustado es su historia o narrativa, con demasiado peso para lo poco interesante resulta, nunca hemos conseguido conectar con sus personajes ni lo que nos cuentan. También se puede criticar su desarrollo, un tanto plano, en el que faltan grandes cambios o sorpresas jugables. Por ejemplo, hay jefes finales, pero creemos que la idea está un tanto desaprovechada, al final son pocos y muy facilones, y se podría haber hecho algo mucho mejor con ellos.
Otro aspecto mejorable, que se percibe sobre todo cuando te pones manos a la obra con las misiones secundarias, es que los objetivos y lo coleccionables en el mapa no están del todo bien indicados, es un poco confuso, y moverse de un extremo al otro de la isla puede llegar a ser tedioso; si te equivocas de camino y resulta que tenías que ir a un sitio en el extremo opuesto, lo vas a pagar con unos cuantos minutos de tu tiempo, y quizá le hubiera venido bien un sistema de viaje rápido más tradicional, ya que incluye algo parecido, con sistema de transporte para movernos más rápido por gran parte de la isla.
En cualquier caso, son pegas pequeñas a un un juego bastante redondo y que funciona genial, y que además es muy bonito. Con una dirección de arte muy cuidado de gran colorido, que hace que sea muy agradable ir de aquí para allá por sus parajes, es un juego acogedor. La música va en la misma línea, melodías desenfadas y agradables, aunque poco memorables, y a este tipo de aventuras o plataformas siempre le exigimos un poco más en el apartado musical, nos parece un aspecto importante.
Una sorpresa muy agradable
En un año como este en el que ya hemos disfrutado de una gran cantidad de juegos destacables, da gusto encontrarse con una sorpresa tan agradable como Yoku's Island Express, una aventura con una propuesta fresca y diferente, partiendo de una idea tan atrevida como hacer un pinballvania.
Si te gustan los pinballs y los juegos de plataformas y aventuras estamos seguros que no os va a decepcionar, y vais a disfrutar muchísimos explorando la intrincada isla de Mokumana a golpe de flipper, descubriendo todos los secretos que esconde. Una idea tan buena que incluso creemos que podría dar un poco más de sí, y no nos importaría que sus creadores la siguieran explorando en una secuela o alguna especie de sucesor espiritual, ya que nos ha dejado con ganas de más.
Hemos realizado este análisis en su versión de Nintendo Switch con un código de descarga que nos ha proporcionado Team 17.