Análisis WRC 8, el juego oficial del World Rally Championship (PS4, Switch, Xbox One, PC)
Existen multitud de sagas anuales, muchas más de las que en un principio tenemos en la cabeza. Y una de las que, normalmente, solemos dejarnos en el tintero siempre que realizamos algún ejercicio mental relacionado con este mismo tema suele ser WRC (World Rally Championship), una de las escasas franquicias existentes actualmente de las vinculadas al mundo de los rallies y, por supuesto, la única que goza de la licencia oficial de la competición real del mismo nombre. Un título que nos llega a PS4, Xbox One y PC, quedando la edición para Switch pendiente de lanzamiento hasta dentro de unas semanas.
Simplemente por eso mismo, es decir, por tratarse de uno de los pocos exponentes de un deporte tan popular como es el rally, le convierte en un juego bastante apetecible para muchos usuarios. Pero WRC 8, la nueva entrega de la serie, tiene otras virtudes estimables y, a grandes rasgos, es un título bastante completo… aunque a pesar de la evolución experimentada en esta nueva temporada, sigue teniendo bastante margen de mejora.
Emoción sobre el barro
Estamos ante un título que goza de la licencia oficial de turno ya no sólo para incluir la competición ligada al WRC, sino que también nos permite disfrutar de la WRC2 y también de la Junior WRC, por no hablar de las competiciones al volante de coches clásicos. Los números que maneja este simulador son realmente llamativos: más de 100 trazados englobados en 14 rallies oficiales, 50 equipos, decenas de vehículos oficiales…
En este aspecto estamos sin duda ante uno de los juegos más completos de los existentes dentro de su categoría, y gracias a ello es posible disfrutar de WRC 8 durante muchas semanas. Y eso que en modos de juego no sorprende tanto, ni mucho menos, dado que pese a que la cuantía de opciones y modalidades disponibles no está nada mal, tampoco es que incluya ninguna que llame especialmente la atención por su originalidad.
De todos los que incorpora, el más profundo y destacado es el nuevo modo Carrera, que ha sido revisado para la ocasión y se muestra bastante sugerente. Una vez elegida la categoría en la que deseamos comenzar nuestra andadura como pilotos novatos, WRC2 o Junior WRC, debemos ir realizando todas las tareas propias de un piloto de rallies… y su equipo. De esta forma nos las tenemos que apañar para ir confeccionando el calendario, determinar qué días vamos a dedicar a entrenar, cuántos fondos invertimos en la I+D de nuestro equipo, qué personal contratamos… Dicha modalidad nos ha parecido de lo más interesante dado que tenemos bastante margen para tomar las decisiones que creamos oportunas, siendo un modo de juego bastante enganchante y bien construido en nuestra opinión.
Junto a esta modalidad tan sugerente, encontramos más de media docena más que no suelen faltar en las pantallas de menú principal de los simuladores de este estilo. Entrenamiento, modo online para ocho jugadores, desafíos variados, partida rápida… Incluso se ha integrado una vez más un modo a dobles local a pantalla dividida, una opción ya tradicional dentro de esta saga que suele ser bien recibida por la comunidad de usuarios. Un elenco de opciones satisfactoria pero, reiteramos, no especialmente original, que en cualquier caso pensamos que complacerá a la mayoría de jugadores.
Una vez nos ponemos al volante de alguno de los numerosos coches distintos (y pertenecientes a varias categorías) que presenta el título disfrutamos de una flexibilidad bastante elevada, algo que suele ser habitual en este tipo de producciones. En función de nuestro nivel de pericia como pilotos y de nuestras propias preferencias, podemos optar por convertir al juego en un simulador bastante exigente (pero sin llegar a las cotas alcanzadas por otros juegos similares como DiRT Rally 2.0) o en un título de estilo bastante más arcade. Para ello podemos activar o no ayudas en la conducción de diversa índole, incluyendo los daños, aspectos que condicionan mucho la respuesta y la condición de los coches durante el transcurso de cada carrera.
El comportamiento de dichos vehículos sobre las diferentes superficies que se dan cita en cada competición (asfalto, nieve, grava, hielo, etc.) se deja notar bastante, así como el propio coche que hayamos escogido. Para esta nueva entrega los desarrolladores han integrado un nuevo sistema de físicas, algo que la franquicia pedía a gritos desde hace tiempo, y lo cierto es que se ha percibido una mejora sustancial en ese mismo registro. Los coches reaccionan de manera más convincente a los distintos obstáculos y pormenores de cada pista como los saltos, los cambios de superficie o los desniveles, y en esta ocasión además la sensación de peso está más conseguida.
También se dejan notar las distintas condiciones climatológicas dinámicas que se han introducido, las cuales afectan de manera directa al comportamiento del coche y su tracción y agarre sobre las pistas. Sin ser los mejores efectos que hemos visto en este campo, por lo menos se advierte claramente el esfuerzo por parte de los desarrolladores de tratar de dotar de mayor realismo a su obra, algo que siempre se agradece en este tipo de producciones.
Lo que todavía sigue algo estancado es su aspecto visual. Seguimos estando ante un título más que decente en esta faceta, y elementos como la recreación de los coches están bastante conseguidos en general. Sin embargo es un área en la que todavía debe evolucionar bastante, dado que durante las carreras es posible advertir ciertos defectos como la aparición súbita de algunos elementos en los fondos, la apariencia algo descuidada de algunas texturas (vegetación, vallas, etc.) o la presencia de fondos claramente planos. No es un mal juego en este sentido, y determinados rallies (como el de Suecia o Australia) lucen un muy buen aspecto, pero no puede competir ni de lejos contra los actuales referentes dentro del género de la velocidad. Y en esta clase de títulos, la presencia gráfica alberga un gran protagonismo.
Su acabado sonoro sigue una pauta bastante similar. Se agradece la presencia de indicaciones en perfecto español por parte del copiloto, algo vital en los juegos de rallies, pero los efectos cumplen sin mayores pretensiones y la banda sonora adolece de protagonismo alguno.
Una evolución meritoria pero todavía algo insuficiente
A poco que os gusten los juegos de rallies o, incluso, de velocidad en general, seguramente encontraréis en esta producción de Kylotonn Games un título bastante apetecible y que garantiza diversión para bastantes semanas. El problema principal que posee el título es el de siempre, el que le achacamos año tras año: no puede competir en multitud de campos contra los grandes exponentes del género de la velocidad actuales, en especial en lo concerniente al apartado técnico.
Hemos realizado este análisis mediante un código de descarga enviado por Bigben Interactive.