Análisis de White Day: A Labyrinth Named School (PS4, PS5, Xbox Series X/S, Switch, Xbox One, PC)
Como en el cine, el terror asiático tiene un lugar especial en esto de los videojuegos. Después de su época dorada en la generación de los 128 bits, los estudios occidentales –generalmente independientes– revivieron el género, y en los últimos años hemos visto cómo los estudios orientales han vuelto a recuperarlo poco a poco, con grandes juegos como The Evil Within (y su secuela que está al caer) o Resident Evil 7.
Que el terror esté de moda es la excusa perfecta para poder recuperar títulos que no tuvieron todo el alcance posible en su momento, y un clarísimo ejemplo de ello es el título que nos ocupa hoy. White Day: A Labyrinth Named School es un título que debutó en 2001, y que ya ha visto dos remakes o remasterizaciones. La primera se lanzó en 2009, y la segunda en 2015, ambas para teléfonos móviles; ahora la tercera, para PlayStation 4 y PC.
Terror coreano de la ¿vieja? escuela
White Day: A Labyrinth Named School es un juego de terror bastante clásico con "novedades" en el que tenemos que explorar una serie de escenarios realizando puzles, esquivando enemigos y consiguiendo los objetos necesarios para desbloquear rutas nuevas y progresar. Las "novedades" son que introduce también elementos modernos, como la perspectiva en primera persona, el no poder defendernos ante un enemigo que nos persigue y que nos mata fácilmente, o el poder tomar decisiones en los diálogos.
Así, a la exploración tradicional se le añade este elemento de tensión constante, que habrá quien disfrute y habrá quien no. Por suerte, tenemos diferentes niveles de dificultad, que nos ofrece más ayudas y más opciones para hacer estas persecuciones más llevaderas. Estos ajustes de dificultad también sirven para añadirle rejugabilidad, ya que encontraremos diferentes momentos, sustos y secuencias en función del nivel.
Otro elemento novedoso es que se introducen conversaciones y decisiones que irán modificando la historia según jugamos, y que potencian de nuevo esa rejugabilidad que comentamos con hasta 9 finales diferentes. Sobre el argumento tenemos que decir que nos ha parecido interesante y bien llevado, y aunque quizás acaba siendo algo genérico, consigue mantenernos entretenidos durante toda la aventura. Aparte, nos permite familiarizarnos con algunos eventos de la historia coreana, que nunca está de más.
En lo que respecta a la jugabilidad, tenemos sentimientos algo enfrentados. Por una parte, el estilo clásico basado en la exploración, con un sistema de guardado manual incluido, nos ha gustado bastante, pero no nos ha gustado tanto cómo se entrelaza con el hecho de tener a un enemigo indestructible que puede aparecer en cualquier momento.
En un juego de terror clásico, el guardado manual funciona porque los enemigos siempre están en el mismo sitio y puedes derrotarlos; puedes prepararte si mueres, puedes arriesgarte si quieres, y si eres hábil, puedes derrotar a un enemigo con el arma más básica. Aquí se nos hace algo injusto, porque por muy bien que lo estemos haciendo, en cualquier momento el conserje puede aparecer y matarnos, obligándonos a reiniciar desde la última vez que guardamos.
Volvemos a repetir que tenemos diferentes niveles de dificultad, por lo que no es un problema si lo queremos evitar, pero creemos que necesario comentar que la implementación no es quizás la más acertada, y que es algo que no le gustará a todo el mundo. Tampoco le gustará a todo el mundo la apuesta por los sustos totalmente gratuitos y que no aportan nada (más allá del susto), pero que junto a la ambientación y a la infiltración, consiguen mantenernos todavía más en tensión.
En general, es un título que nos mantiene entretenidos y nos anima a seguir, introduciendo nuevos tipos de situaciones y puzles que, aunque a veces se hacen algo toscos, le dan variedad a un desarrollo que combina lo clásico y lo moderno del género.
Atrapados en el colegio
White Day: A Labyrinth Named School, en PlayStation 4 y PC, es una remasterización de la última versión del juego para móviles, aunque aguanta sorprendentemente bien. No es un juego puntero en lo gráfico, pero sí que se ve bastante bien, y si no sabemos que es una adaptación de un título para móviles ni siquiera lo sospecharíamos. Los escenarios y los personajes tienen un nivel correcto de detalle, y las animaciones faciales nos han sorprendido positivamente.
El diseño de los entornos y los fantasmas no es demasiado innovador, pero por toda esa ambientación y tensión que mencionábamos antes, consiguen ponernos nerviosos. Además, hay bastante evolución en los escenarios (teniendo en cuenta que estamos encerrados en un colegio. Además, al menos en la versión de PlayStation 4 Pro, se mueve a 60 imágenes por segundo, lo que siempre se agradece.
Un oscuro y desconocido viaje al miedo
A pesar de que White Day: A Labyrinth Named School se desarrolló hace más de 15 años, y a pesar de ser un título más que decente, ha pasado bastante desapercibido. Las remasterizaciones y remakes posteriores lo han acercado a un mayor público, y ahora con su llegada a PlayStation 4 y PC creemos que llegará a uno incluso mayor. Si lo habéis jugado recientemente no vais a encontrar demasiadas razones para hacerlo, pero si no, os recomendamos echarle un vistazo.
Tiene una interesante propuesta entre el terror clásico y el moderno, y aunque a veces las mecánicas de uno y del otro chocan dejándonos sensaciones mejorables, en general es una aventura que se disfruta. Gracias a sus distintos niveles de dificultad se adapta a los gusto de los jugadores, y gracias a sus distintos finales es bastante rejugable. Eso sí, si no te gustan los juegos con sustos gratuitos o en los que te persiguen enemigos indestructibles, piénsatelo dos veces.
Hemos realizado este análisis en su versión de PS4 con un código de descarga proporcionado por PQube.