Análisis Vaporum, un buen dungeon crawler de estilo steampunk (PS4, PC, Switch, Xbox One)

Durante años, han existido videojuegos que por ciertas razones de mecánicas o público objetivo, no se han prodigado demasiado en el mundo de las consolas. El ecosistema del PC, y la gran cantidad de juegos disponibles en la oferta digital de las principales tiendas o portales existentes, han favorecido que los desarrolladores más independientes se permitan incluso el lujo de realizar homenajes y adaptaciones de géneros, muy presentes en épocas pasadas, con las tecnologías y técnicas actuales. En 2017 llegó Vaporum, un dungeon crawler de la vieja escuela, que incluso adoptaba ideas vistas en los grandes referentes de la categoría. Tras muchos meses de espera nos llega casi por sorpresa su adaptación a consolas.

Una tormenta, una enorme torre en mitad del océano y mucho vapor

En Falbot Games, el estudio independiente responsable de Vaporum, tenían la idea de realizar un videojuego clásico pero con la presentación o el acabado que se le exige a un videojuego actual. Ahondando en las características más tradicionales y reconocibles del género dungeon crawler, programaron su juego y lo presentaron como un título para un jugador, basado en un tablero, en el que la exploración de mazmorras iba a ser la temática y el núcleo principal.

Trasladándonos a un mundo de ciencia ficción steampunk, en Vaporum despertaremos a las puertas de una ominosa y gigantesca torre metálica, el Arx Vaporum. Esta extraña figura, levantada en mitad del océano, es un refugio de maldad y locura capaz de albergar en su interior legiones de trabajadores esclavizados, criaturas robóticas y otros seres de indeseable naturaleza. Nuestro personaje, afectado por la amnesia, decide explorar para buscar ayuda, y pronto descubrirá el propósito de esta torre, los secretos que guarda y su propio papel en todo ello.

Pensar en Bioshock es perfectamente normal, de hecho los primeros minutos son casi un calco de la obra maestra de Ken Levine, con tormentas, tuberías, estatuas y pasillos angostos en los que un movimiento en falso te hará ser la presa perfecta de cualquier engendro en mitad de la oscuridad. Aunque parezca sencillo y algo manido, lo cierto es que el lore y el universo distópico que nos ofrece en bandeja es muy particular, rico y trabajado -tiene hasta un glosario en forma de enciclopedia que iremos desbloqueando-, y el guion subyacente y que se va desvelando durante toda la aventura, funciona. No esperéis grandes alardes en el libreto, pero los audiodiarios, las grandes cantidades de texto y la atmósfera que lo envuelve nos tendrán lo suficientemente entretenidos como para que no abandonemos la partida aburridos a las primeras de cambio.

Una jugabilidad sólida que homenajea a los clásicos del género

Seremos honestos: Vaporum tiene una de las barreras de entrada más grandes de los últimos meses. Acostumbrados a videojuegos ágiles o títulos de rol que buscan ser accesibles de primeras, encontrarnos un título con esta complejidad y su particular estilo clásico en el que esperar y sopesar tiene recompensa, puede echar para atrás a más de uno. No se trata de una dificultad impostada ni de un alarde cara a un público que parece criticar la falta de reto en los videojuegos -aferrándose al primer título notable que hace suya esa máxima-. Es simplemente una traslación directa de un conjunto de preceptos y mecánicas del dungeon crawler sin alterar, pero que al mismo tiempo es capaz de adaptarse a las exigencias del jugador -que puede quitar o poner ayudas si así lo prefiere-. Es una experiencia clásica empaquetada con un aspecto más actual. ¿Nostalgia? Sí, puede ser. Pero jugar a Vaporum es casi como volver a los títulos de aventura y rol de PC de los años noventa. Justo como las recordábamos.

Hablamos de un videojuego en primera persona, en el que la exploración de mazmorras o niveles enrevesados y muy laberínticos, junto al combate contra enemigos, serán los principales factores. Hay que destacar que nos moveremos por una serie de casillas o cuadrantes, justo al estilo de un juego de rol o tablero, forzándonos a movernos entre cuatro direcciones principales en cada turno. El combate sí es en tiempo real -dentro de unos límites, claro-, y quizás nos parezca un poco caótico de primeras, pero es funcional e incluye ciertos ajustes que nos permiten incluso sopesar nuestras acciones con una especie de paralización del tiempo que viene genial para reaccionar.

Los primeros minutos con Vaporum son como volver al pasado. Son un pequeño golpe de realidad que nos empujará a pensar en videojuegos como Eye of the Beholder o el más reciente Legend of the Grimrock, en el que el jugador llevaba el total peso de abordar las diferentes situaciones con las que nos presionará el videojuego de la mejor manera posible, aunque ello significase la muerte. Otro aspecto de la exploración que creemos tiene su miga es lo referente a los puzles y las numerosas ‘trampas’ que encontraremos entre los pasillos de la torre en la que nos encontramos. Sí, no son rompecabezas muy elaborados -pulsa este botón, sube a este ascensor, empuja esta caja y repite-, pero es cierto que funcionan para dotar de tridimensionalidad a la propuesta jugable y añaden y otorgan variedad al desarrollo. Es por eso por lo que creemos que el videojuego de Falbot Games es muy reconfortante, pues al mismo tiempo castiga y recompensa nuestras acciones, sin que todo parezca un paripé. Si dedicamos tiempo a explorar los retorcidos niveles podemos encontrar nuevas piezas de equipo, secretos y tesoros, algo que nos ayudará a configurar a nuestro personaje con mejor armadura o armas y así ser más eficientes en combate.

La progresión en Vaporum es bastante clásica, todo una traslación directa de los juegos de rol más clásicos, con estadísticas, probabilidades de acierto y error, bonificaciones y similares. Iremos acumulando fumium, la experiencia, tendremos dispositivos que servirán de hechizos mágicos y nos implantaremos circuitos que vendrán a ser las habilidades. No encontraremos clases diferenciadas, y todo se basará en el tipo de juego que desarrollemos en la partida y en la especialización de nuestra armadura o exotraje. De esta forma, encontraremos cuatro variantes, cada una enmarcada dentro del tipo de combate que empleemos y con sus propios pros y contras. Hay muchos poderes destructivos, combate cuerpo a cuerpo y numerosos utensilios alimentados con tecnología steampunk que servirán las veces, en su mayoría, para golpear a distancia. Dominar este tipo de ataques se convierte con el paso del tiempo en una obligación, ya que nos permitirá adelantarnos a los envites del enemigo y dañarlo con antelación, dejándolo a nuestros golpes de melee o más cercanos y destructores una vez nos aproximemos a su casilla.

Esto puede generar opiniones dispares. Hablamos de un videojuego clásico en sus raíces y muchos de sus planteamientos, y aunque incluye ciertas mecánicas y decisiones de diseño que facilitan que el golpe sea menos fuerte en los primeros minutos, a veces da la sensación de estar a mitad de camino y no casarse con nadie. Esto genera una sensación de estar sumidos en una jugabilidad arcaica o poco cuidada, pese a que se demuestra que hay mucho trabajo detrás de otras facetas del videojuego. Y eso se debe al control: nosotros hemos analizado el videojuego en PlayStation 4, y aunque la adaptación a consola es muy buena y se han esforzado por llevar su propuesta al mando, a veces nos sentiremos un poco abandonados a nuestra suerte.

La distribución de las principales acciones en el mando de consola es caótica, compleja y a veces, absurda. Se ha intentado tanto preservar la sensación de la versión de PC, que hay atajos, acciones y combinaciones que no quedan bien en el mando de una consola, y que por mucho que se intente emular al ratón y el teclado, no funcionan. En más de una ocasión nos hemos descubierto mirando una y otra vez el esquema de control -e incluso modificándolo en opciones-, intentando descifrar qué caminos siguieron los desarrolladores para incluir determinadas acciones o comportamientos en la interfaz del videojuego -como el acto de guardar, que es manual y requiere combinar hasta dos botones del mando-. Da igual que lo memoricemos o intentemos solventarlo de cualquier manera: todo el indeseable galimatías que Falbot Games ha introducido en el control de la versión de consolas acaba por hacernos perder más tiempo del deseable. Sí, nos acabaremos acostumbrando, pero tras haber sufrido mucho -y tras haber proferido algún que otro insulto, si os somos sinceros-.

Una buena ambientación

Un buen dungeon crawler debe tener una ambientación acorde a su jugabilidad. Es fundamental, pues este tipo de videojuegos presentan una gran sensación de soledad y aislamiento en sus mecánicas, invitando convenientemente al usuario a perderse en sus retorcidos niveles mientras se siente lo más vulnerable posible a las múltiples criaturas y trampas que se esconden en sus fases y mapas. En esto, el videojuego destaca con nota. Hablamos de un diseño de fases poco menos que excelente, de un gusto estético irreprochable y de una ambientación steampunk tétrica, opresiva y muy terrorífica cuando toca. Quizás echamos un poco más en falta la aparición de enemigos algo más distintos, pues es cierto que cuando pasemos un par de horas tendremos la sensación de luchar contra los mismos una y otra vez, pero en líneas generales, Vaporum cumple con nota en este apartado.

Su adaptación a consolas también es muy decente, incluyendo incluso algunas opciones gráficas de configuración -podemos activar o desactivar filtros a la imagen, incorporando más antialias o menos, adaptando el movimiento del personaje o la oscuridad de la pantalla-, permitiéndonos la adaptación al gusto de la experiencia visual. En términos de sonido, y aunque tampoco hace demasiados alardes sonoros, el videojuego consigue desprender su propia atmósfera, metálica y asfixiante, con un doblaje al inglés que nos ha parecido notable. El videojuego está traducido al español a nivel de texto.

Conclusiones finales

Vaporum es un juego que sabe cómo tocar ciertas fibras sensibles en los aficionados al género de los dungeon crawler. Los primeros minutos son casi como viajar al pasado, con mecánicas, elementos jugables e ideas harto olvidadas en el panorama actual del videojuego. Al igual que ocurrió en la versión de PC en 2017, esta adaptación a consolas, consigue despertar las sensaciones más clásicas y atávicas del rol, haciéndonos sentir de la mejor forma posible una experiencia de papel, lápiz y tablero. En eso no tiene rival. Su ambientación es muy interesante, sus desafíos atrayentes y su duración más que loable. Quizás pueda pecar de repetitivo y de tener un esquema de control algo endiablado en su port a Xbox One, PlayStation 4 y Nintendo Switch, pero si somos capaces de saltar esa barrera y dejarnos llevar por su propuesta, a poco que disfrutemos del género, merecerá la pena.

Hemos analizado Vaporum en PS4 con un código que nos ha proporcionado Evolve PR.