Análisis de TowerFall Ascension (PS4, PC)
Un día, alguien decidió que sería una buena idea recuperar el estilo visual pixelado de los juegos de 8 y 16 bits, así como mecánicas simples y adictivas de los títulos de esta época. Como es costumbre, todo lo que tiene éxito se pone de moda, y al ritmo al que vamos llegará un día en el que lo difícil sea ver un juego con gráficos "actuales". Pero bueno, qué le vamos a hacer. Lo importante es que entre las toneladas de juegos que se suman a las modas porque sí, también hay algunos que destacan con luz propia.
Éste es el caso de TowerFall Ascension, un título de acción en el que tendremos que aniquilar a nuestros enemigos utilizando flechas. Como veis, el concepto es sencillísimo, y una vez que tomemos el mando veremos que ponernos a jugar es algo inmediato y bastante accesible, aunque la cosa no tardará en complicarse.
Apunta y dispara
TowerFall Ascension se limita a básicamente eso: apuntar y disparar. El juego ofrece un control sencillísimo. Tan sólo necesitamos los botones para movernos, uno para disparar, otro para saltar y otro para esquivar. Combinando estas acciones tan básicas conseguiremos hacer auténticas maravillas, sobre todo si optamos por jugar en competitivo con amigos. Antes de entrar a comentar este modo –el mejor, sin duda–, nos centraremos en las posibilidades para un jugador.
Por una parte tenemos el modo "Quest", una especie de campaña en solitario o con cooperativo para dos, en la que nos enfrentamos a hordas de enemigos controlados por la inteligencia artificial en arenas de combate. Nos ofrecen, además, dos modos de dificultad, "Normal" y "Hardcore", y os aseguramos que el normal ya nos podrán en más de una complicación. La clave de este modo es, sobre todo, hacernos a los controles, a los potenciadores, y a las posibilidades que nos brinda esquivar, ya que haciéndolo en el momento adecuado nos permitirá "capturar" una flecha que de otro modo nos mataría.
También tenemos el modo "Trials", que nos ofrecerá una serie de desafíos que completar en el menor tiempo posible. Nos llevará a recorrer diferentes variantes de los escenarios del modo Quest, con habilidades únicas en cada uno y tareas a completar en el menor tiempo posible. Lo cierto es que este modo tiene su gracia, y puede volverse bastante adictivo, aunque nada reseñable a su diversión multijugador.
Llama a tus amigos
TowerFall Ascension en los modos mencionados anteriormente cumple. Está bien, divierte, y ofrece un cierto grado de adictividad. Pero al probarlo con cuatro amigos es cuando descubrimos su auténtica naturaleza, gracias al modo competitivo. Si, como en nuestro caso, todos empezamos desde cero, las batallas irán ganando en dinamismo y espectacularidad poco a poco, haciéndose cada vez más divertidas y adictivas.
El modo "Versus" nos ofrece varios modos por defecto, pero también nos da la posibilidad de personalizar por completo cada partida, y guardar los modos que más nos gusten para tener los accesibles siempre que queramos. Es difícil explicar la diversión que desprende el juego competitivo en TowerFall Ascension, pero intentaremos hacerlo lo mejor posible.
La clave de este juego radica en su tremenda accesibilidad, ya que mientras que todos los jugadores estén igual de familiarizados con él, habrá siempre un cierto equilibrio que sólo se puede romper por la habilidad de cada uno al mando y de lo rápido que sepa cogerle el truco. Otro factor muy importante es la suerte, ya que una flecha "perdida" puede acabar impactado de manera espectacular contra uno de nuestros rivales, cuyas muertes, para regocijo del asesino, podremos ver a modo de repetición instantánea.
Lo imprevisible de cada batalla, los potenciadores y, tal y como indicamos, la suerte, crean un conjunto muy sólido y divertido, donde la diversión se multiplica con cada jugador que se suma a la partida. No podemos olvidar señalar, eso sí, que este título sólo ofrece multijugador local, por lo que si no vamos a poder quedar regularmente con amigos para jugar, la experiencia pierde muchísimo.
Aspecto audiovisual
En este aspecto no hay mucho que contar. Como decimos, se basa en la estética propia de los 16 bits, con un toque un tanto NeoGeesco en las "ilustraciones" de los personajes y menús, aunque todo tremendamente sencillo y simplificado a la hora de jugar, con sprites y animaciones que quizás se acercan más a los 8 bits que a los 16. Las melodías acompañan, con algunas composiciones muy interesantes, aunque sabremos que estamos disfrutando del juego cuando nuestros gritos de emoción y comentarios ahoguen el sonido.
Una fiesta multijugador
TowerFall Ascension destaca en su multijugador como pocos juegos lo hacen. La primera impresión nos ha recordado a las primeras partidas que jugamos con amigos a Super Smash Bros. en Nintendo 64, en las que el caos de los primeros segundos se iba convirtiendo en diversión, hasta acabar siendo auténticas batallas en las que los piques se volvían la clave de la experiencia y nos llevaba a pedir siempre la última revancha.
Claro que, algunas carencias tan comprensibles como incomprensibles, hacen que esta propuesta se quede algo coja. A pesar de que los modos para un jugador –o dos jugadores cooperativos– divierten, la razón para comprarse este juego es el multijugador competitivo, y aquellos que no puedan quedar regularmente con amigos se verán frustrados al saber que no hay multijugador online. Por una parte, esto nos parece comprensible porque algo de lag podría arruinar la experiencia, pero a la vez nos parece incomprensible porque esta latencia no tiene porqué estar presente en el cien por cien de las partidas, y más si pudiésemos jugar con amigos de nuestra ciudad por invitación.
Para resumir, TowerFall Ascension es un juego de la vieja escuela en todos los aspectos. Diversión, adictividad y jugabilidad a prueba de bombas, pero su excelencia pasa por el multijugador, y sin modos online que suplan poder jugar con amigos en la distancia, preferimos recomendarlo principalmente a quienes se vean capaces de reunirse regularmente para jugar en una habitación, tal y como hacíamos hace unos años.