Análisis de Teenage Mutant Ninja Turtles: Mutants in Manhattan (PS4, PC, PS3, Xbox One, Xbox 360)
Si hay un estudio de desarrollo que se ha ganada nuestra confianza a la hora de crear juegos de acción, ese es sin duda PlatinumGames. Los japoneses llevan diez años deleitándonos con multitud de obras maestras del género, como bien atestiguan títulos como las dos entregas de Bayonetta, Vanquish o The Wonderful 101. E incluso cuando no terminan de salir todo lo redondo que cabría esperar, siempre consiguen ofrecernos productos bien acabados, muy divertidos, altamente rejugables y con una forma de entender y plasmar la acción que pocos son capaces de replicar.
Por ello, cuando nos enteramos de que el equipo de Osaka se iba a encargar de realizar un nuevo juego basado en las míticas Tortugas Ninja, todo un icono de infancia para muchos de nosotros y una licencia a la que tenemos un gran cariño especial, nos faltó tiempo para celebrarlo por todo lo alto y dejar que nuestros medidores de hype se dispararan.
Craso error.
No sabemos qué es lo que ha pasado, pero sí que tenemos algo muy claro tras haber completado esta esperada aventura: Teenage Mutant Ninja Turtles: Mutants in Manhattan no es solo el peor título que ha desarrollado PlatinumGames hasta la fecha (por momentos hace bueno a The Legend of Korra, el otro borrón en el historial del estudio), sino que se trata de un mal juego incapaz de divertir y de hacer justicia tanto a sus creadores como a la serie en la que basa.
Tortugas Desganadas Ninja
Esta vez nos encontramos ante un juego de acción que nos narra una nueva historia en la que Shredder y el General Krang unen sus fuerzas para asediar la ciudad de Nueva York y poner en marcha un malvado plan que, cómo no, las tortugas más famosas del cine, cómic y televisión tendrán que desbaratar. El argumento es meramente anecdótico y en ningún momento ofrece un mínimo de interés ni siquiera para los fans más acérrimos, con una narrativa muy pobre repleta de chistes nada inspirados y unos protagonistas menos carismáticos y definidos de lo habitual.
Pero no nos engañemos, este nunca ha sido el punto fuerte de PlatinumGames y si por algo son conocidos es por la espectacular jugabilidad de la que hacen gala sus títulos, ofreciéndonos unas batallas ágiles, frenéticas, accesibles y tremendamente profundas mientras nos adentramos en una montaña rusa de situaciones y momentos épicos con los que resulta imposible no quedarse con la boca abierta ante el espectáculo que contemplamos en pantalla.
¿Hay algo de esto en Mutants in Manhattan? Por desgracia, nuestra respuesta no podía ser más negativa. De entrada nos encontramos con un sistema de combate basado en dos botones (ataque fuerte y débil) con una variedad de combos y movimientos limitadísima. Además, el timing a la hora de introducir los comandos es prácticamente inexistente, por lo que al final todo se acaba resumiendo en machacar botones y realizar los combos más efectivos que encontremos, algo que no tardará en aburrirnos tras un par de peleas.
Para intentar darle algo más de profundidad, cada tortuga puede equiparse con hasta cuatro habilidades distintas, lo que nos permitirá realizar técnicas concretas de diversos usos (movimientos ofensivos, de apoyo, etcétera) siempre y cuando las tengamos recargadas. No consumen ningún tipo de recurso, pero cuando las usemos nos tocará esperar un tiempo antes de poder volverlas a ejecutar (generalmente, mientras más poderosa, mayor será la espera). Al final, esto acaba resumiéndose en aporrear el mando para realizar combos mientras esperamos a que se recarguen nuestras habilidades y usarlas nada más las tengamos listas, por lo que no ofrecen demasiada estrategia más allá de buscar cuatro que nos gusten para equiparlas.
Finalmente, el otro gran pilar de su jugabilidad lo tenemos en el sistema de esquiva. Nuestros protagonistas evitan los golpes girando sobre su caparazón, algo que les produce mareos si abusan mucho de ello, por lo que tendremos que vigilar constantemente dicho medidor para esquivar solo y únicamente cuando sea necesario si no queremos quedarnos vendidos.
Si a esto le sumamos que la sensación de impacto sobre nuestros enemigos es de todo menos satisfactoria, que la variedad de rivales es más bien escasa y que las luchas que tendremos que librar no están demasiado bien planteadas ni diseñadas, tenemos un juego que falla en lo más básico de su concepción. Si haces un título de acción lo mínimo sería esperar unas peleas mínimamente divertidas y entretenidas, y aquí esto es algo que no encontraréis.
Destacar que en pantalla siempre veremos a las cuatro tortugas a la vez aunque juguemos solos, permitiéndonos cambiar el control de una a otra siempre que queramos. La IA aliada no se comporta del todo mal a la hora de combatir (eso sí, la palabra esquiva no la conoce), aunque cuando toca realizar tareas más complejas, como que uno desactive una bomba mientras el resto defiende, no acierta una. La IA enemiga también es muy deficiente (se atasca, se queda quieta mirando, se pone a dar vueltas sobre un mismo lugar sin saber qué hacer, etcétera), por lo que esto podríamos considerarlo como un "mal menor".
Por suerte, el título permite multijugador hasta para cuatro jugadores, la manera más divertida, sin lugar a dudas, de jugarlo. Lo malo es que solo cuenta con esta opción a través de internet, por lo que no existe multijugador local a pantalla partida, algo que se echa muchísimo de menos y que nos parece una ausencia injustificable.
Por si no tuviéramos bastante con lo comentado hasta el momento, por algún extraño motivo PlatinumGames ha optado por un desarrollo y esquema de niveles muy poco acertado consistente en soltarnos en escenarios más o menos abiertos (los hay también en interiores) para hacernos cumplir misiones que se van generando de forma aleatoria y así poder desbloquear la batalla contra el jefe final de turno. Estas actividades son genéricas, aburridas y cortan el ritmo del título en muchas ocasiones al hacernos ir de una punta a otra sin que pase nada destacable por el camino, obligándonos a transportar sacos, recoger mercancías, defender estructuras, desactivar bombas, acabar con todos los enemigos, etcétera.
Una estructura más lineal y guiada probablemente habría dado unos resultados mucho más satisfactorios al poder concentrar la acción, pero la cuestión es que el diseño por el que se ha apostado no convence en ningún momento. Además, da lugar a momentos muy frustrantes, con fases divididas por zonas que nos obligan a pasar por numerosas pantallas de carga cada vez que queremos ir a un sitio para cumplir una misión (esto pasa especialmente en las que se desarrollan en el subsuelo).
La buena noticia la tenemos en que los jefes sí que cuentan con ciertos destellos de la brillantez del estudio a la hora de plantear buenos combates finales, con luchas muy entretenidas, variadas y hasta espectaculares. Eso sí, no son perfectas, ya que hemos echado en falta algunos patrones más de ataque para cada una de sus fases y que no todo esté tan telegrafiado (cada vez que el jefe va a realizar una habilidad especial aparece marcada en el suelo la zona de peligro para que sepamos dónde no tenemos que estar). Además, estas luchas se hacen demasiado largas y llegan a cansar por la cantidad de vida que hay que bajar sin que cambien las rutinas (se vuelven más peligrosos cuando les queda poca salud), por lo que al final es repetir y repetir hasta que caigan. A pesar de ello, son lo mejor del conjunto y con diferencia.
Llegar hasta el final es una tarea que nos llevará menos de cinco horas y a diferencia de otros títulos del estudio no nos ha parecido que haya mucho más que rascar tras ver los títulos de crédito. Repetir niveles aunque sea en dificultades superiores o para mejorar nuestra puntuación se nos antoja una idea muy poco atractiva teniendo en cuenta las "bondades" del producto, aunque las recompensas y desbloqueables que podemos conseguir tampoco es que sean el mejor reclamo que podríamos imaginar, como portadas de los cómics o talismanes con propiedades aleatorias para equiparnos.
Gráficamente se nota que estamos ante un juego intergeneracional, ya que también sale en PlayStation 3 y Xbox 360, aunque incluso para los estándares de dichas consolas nos parece que cuenta con un apartado técnico muy discreto, con unos escenarios vacíos y sin alma, con texturas casi inexistentes y unos modelados y animaciones muy justitos. Pero lo peor de todo, y con diferencia, es que todo funciona a 30 fps, una tasa de imágenes por segundo inadmisible en las consolas de nueva generación y PC (donde no existe opción de desbloquearla a 60) considerando los gráficos que luce.
Un título de estas características y que busca ofrecer batallas frenéticas necesita llegar a los 60 fps, aunque solo sea por mejorar la reacción de respuesta y esto es algo que aquí no tenemos. De hecho, hemos llegado a ver incluso algún que otro bajón en PS4 (muy esporádico, eso sí), dejándonos claro que la optimización del producto no estaba entre las prioridades de Activision.
El sonido tampoco está al nivel y nos martirizará con una banda sonora nada inspirada que hace gala temas de de menos de un minuto que se repiten hasta la saciedad durante toda la fase, machacando nuestros oídos sin cesar. Por su parte, los efectos cumplen su función sin grandes alardes. Finalmente, se agradece que para el doblaje español se hayan mantenido a la mayoría de actores de la actual serie de animación que se emite en Nickelodeon, aunque sus interpretaciones nos han parecido bastante flojas (especialmente las de las cuatro tortugas) con unas pocas y honrosas excepciones.
Conclusiones
Nos duele mucho tener que suspender a Teenage Mutant Ninja Turtles: Mutants in Manhattan, pero estamos ante la mayor decepción de todo lo que llevamos de año. Un juego cuyo único atractivo reside en permitirnos controlar a Raphael, Michelangelo, Donatello y Leonardo, y que se olvida de ofrecer lo más importante y básico que se le puede pedir a un título: diversión. Si echáis de menos a vuestras tortugas favoritas y os apetece poneros de nuevo en sus pieles, os recomendamos que desempolvéis algunos de sus juegazos clásicos y paséis de la nueva obra de PlatinumGames si no queréis tener un reencuentro de lo más amargo.
Hemos realizado este análisis con un código de descarga de la versión de PS4 que nos han proporcionado Activision.