Análisis de Statik (PS4)
Tarsier Studios está que no para. Hace unos días hablamos de que habían lanzado su primer juego original, Little Nightmares, y ahora volvemos a hablar de ellos porque recibimos su segundo título original, Statik. El estudio sueco está demostrando su buen hacer, y en este nuevo título –que llega para PlayStation VR–, demuestra que también está definiendo su propia personalidad.
Sony sigue mostrando su apoyo a su casco de realidad virtual, y este nuevo título es un gran ejemplo de cómo ofrecer experiencias únicas, que además, en este caso, sabe esquivar perfectamente todas las limitaciones del hardware para hacernos sentir dentro de la aventura.
Cuidado con Tarsier, porque puede ser uno de los estudios que más sorpresas nos den en el futuro.
Nada más que un experimento
Statik es un juego de puzles en el que tendremos que resolver un acertijo que se nos presenta a través de un dispositivo en el que tenemos atrapadas las manos. Cada botón tendrá una función distinta en cada dispositivo, y nosotros tendremos que averiguar qué hace cada cual. Todo se basa en experimentar, en un satisfactorio ensayo y error, y en buscar la lógica donde aparentemente no la hay.
Los puzles de Statik son geniales, elaborados, originales y la respuesta siempre tiene sentido. Por muy confuso y disparatado que parezca un dispositivo, siempre hay una lógica detrás de él, y sólo tenemos que pensar u observar lo suficiente para descubrirlo. La solución puede estar en el propio dispositivo o en el entorno, lo que nos incita a mirar a nuestro alrededor y buscar pistas en cualquier parte, algo muy de agradecer en la realidad virtual.
Hablando de cómo se adapta el juego a la realidad virtual, hay que hablar del gran trabajo que ha hecho Tarsier para esquivar los problemas propios de la tecnología. En este título estamos siempre sentados, por lo que no hay ningún tipo de mareo; las transiciones se justifican con sueño, por lo que nos "dormimos" y nos "despertamos" en otra secuencia; y nuestras manos están siempre atrapadas dentro del dispositivo, cuyo movimiento se corresponde con el que hagamos de mando.
El equipo sueco ha hecho un trabajo genial para hacernos sentir dentro del mundo virtual. El no ver nuestras manos y que cada botón del mando tenga una función diferente en cada prueba hace que las posibilidades sean mucho más amplias y haya mucho más lugar para la imaginación. Por supuesto, es necesario mover el mando, ya que trabajamos con tres de los seis lados del cubo, y al final de cada prueba hay un pequeño detalle que nos ha encantado. Cuando completamos el puzle, el dispositivo de nuestras manos imprime un tíquet, y para pasar a la siguiente misión tenemos que acercárselo a una cámara que nos acompaña durante la prueba. Es un pequeño detalle, pero que le da coherencia e inmersión al entorno.
Recientemente hablábamos de GNOG, otro juego para la realidad virtual que nos encantó, y Statik comparte muchas de sus bondades, pero también uno de sus defectos. Statik es bastante breve (de dos horas y media a tres, de media, aunque depende de lo que os atasquéis), y la rejugabilidad se limita a los trofeos. Igual que en el caso de GNOG, en nuestra opinión la experiencia merece la pena, pero ya es cosa de cada uno valorar si está dispuesto a pagar 19,99 euros por él.
Otro inconveniente es que está íntegramente en inglés, y para superar algunas pruebas es necesario tener un conocimiento mínimo de idioma. Cuando decimos mínimo, es realmente mínimo (colores, números, entender frases básicas), pero tiene que estar ahí. Dicho sea de paso, con lo que cuida Sony sus lanzamientos propios, nos ha llamado la atención que un juego para PlayStation VR no esté traducido, pero como decimos, es bastante accesible.
Un ambiente incómodo
Antes hablábamos de la personalidad de Tarsier, y en Statik sentimos que han querido continuar con ese tono siniestro de Little Nightmares, sólo que aquí es menos obvio. Nos ha gustado mucho el apartado artístico, con esos detalles malrolleros como que el doctor que nos hace las pruebas tiene el rostro constantemente distorsionado, aunque esté delante de nosotros, o cómo si miramos hacia atrás vemos que tenemos algún tipo de dispositivo conectado a la cabeza.
Todo lo audiovisual cumple con creces, aunque hay un problema que, realmente, no es culpa de Tarsier, sino una limitación del casco. Como sabréis, los bordes de las gafas se ven algo difuminados, y al tener el dispositivo del puzle en nuestra manos, es inevitable que simplemente miremos hacia abajo con los ojos en lugar de subir las manos o bajar la cabeza. Esto hace que muchas veces veamos la imagen algo distorsionada, pero es fácil acostumbrarse a mover ligeramente las manos o la cabeza para verla con claridad.
Puzles que atrapan
Statik nos ha parecido uno de los juegos más inteligentes para la realidad virtual, que sabe esquivar muchas de las carencias de esta tecnología (que no hace más que dar sus primeros pasos) para ofrecernos uno de los títulos de puzles más originales que hemos jugado recientemente. Lo nuevo de Tarsier es un juego que te hace pensar, que te hace dudar y explorar, y que te obliga a mirar más allá de lo que tienes en tus manos, y nunca mejor dicho.
Obviamente, tenemos que destacar que la duración y el precio van a ser una barrera para muchos, pero la experiencia, creemos, merece la pena si te gusta este tipo de juegos. En cualquier caso, y como dijimos con GNOG, asegúrate de probarlo cuando creas que tiene el precio adecuado.
Hemos realizado este análisis con un código de descarga que nos ha proporcionado Tarsier Studios.