Análisis de Sonic Mania (PS4, PC, Xbox One, Switch)

Hace ya bastantes años, el salto de las 2D a las 3D prácticamente obligó a las desarrolladoras a transformar sus sagas más conocidas para pasar del desarrollo bidimensional al tridimensional. Algunas lo hicieron bien; otras no tanto. Otras, como es el caso de Sonic, tardaron bastante tiempo en encontrar su lugar en las tres dimensiones, y aun así, hay mucha gente que no termina de encontrar las sensaciones de los Sonic clásico en los Sonic 3D.

Tras probar diferentes "fusiones", como las vistas en Sonic Unleashed o Sonic Generations, en incluso tras volver al desarrollo lateral con un Sonic the Hedgehog 4 que no terminó de merecerse el 4, ahora Sega va a apostar por dos juegos diferentes. Uno de ellos, en tres dimensiones y "moderno", Sonic Forces, y otro clásico al 100%, Sonic Mania.

Enchufa tu Saturn

Sonic Mania es un juego de plataformas en dos dimensiones, que sigue la estela de los títulos originales de la saga. Esto quiere decir que si jugasteis en Mega Drive o en Mega CD a cualquier Sonic os vais a encontrar una especie de secuela directa. No es sólo una secuela, sino que también podría considerarse un tributo, con mucho contenido para sacarle la sonrisilla a los fans del erizo.

Jugablemente tenemos saltos, rampas, loopings, secretos, fases especiales y peleas contra jefes: todo lo que representa la saga. Tenemos algunos detallitos nuevos, como la aparición de un mid-boss en cada mundo, o un nuevo movimiento único para Sonic, llamado "drop dash", que nos permite dar un acelerón hacia izquierda o derecha al caer de un salto, algo bastante sencillo pero que cuando nos acostumbramos a él nos sirve para movernos con más agilidad los escenarios.

Con esto queremos dejar claro que la esencia de la saga permanece intacta, y es casi un viaje en el pasado. Tenemos a tres personajes controlables (Sonic, Tails y Knuckles) y 12 mundos, muchos recuperados de Sonic 1, Sonic 2, Sonic 3, Sonic & Knuckles o Sonic CD, así como otros completamente nuevos. Los clásicos no están introducidos tal cual, sino que están "remezclados", y en muchas ocasiones lo único que queda de los originales es la estética y algunos tramos icónicos. Es decir, no vamos a rejugar por completo niveles conocidos, sino que vamos a revisitarlos.

Los escenarios nuevos podrían estar creados perfectamente por cualquiera de los miembros originales de la saga, tanto en lo artístico como en el diseño. Son complicados y enrevesados, pero siempre tienen esa manera de enseñarte el camino para llegar al final. Claro que el camino más fácil no nos suele llevar a los monitores con vidas o a las entradas a los niveles de bonificación, por ejemplo, por lo que siempre tenemos que buscar la ruta menos sencilla.

Este diseño de niveles, como en los clásicos, nos anima a rejugar y a explorar para conseguir todas las esmeraldas o unas medallas para desbloquear extras, además de que hay algunas cosas que cambian en función del personaje que usemos. Las esmeraldas se consiguen en las fases especiales a las que accedemos al encontrar los anillos secretos. Éstas son muy similares (por no decir idénticas) a las de Sonic CD, y en ellas tenemos que recoger bolas para aumentar nuestra velocidad, anillos para sumar tiempo, y conseguir alcanzar al ovni que nos ha robado la esmeralda antes de que se acabe el tiempo.

Las medallas para los extras se consiguen entrando en los portales que abren los puntos de control si los cruzamos con más de 25 anillos, y recrean las fases secretas de Sonic 3 y Sonic 3 & Knuckles, y nos animan a conseguir una serie de bolas azules y anillos. Si conseguimos sólo las bolas azules nos darán una medalla de plata, y si conseguimos las bolas y los anillos, nos darán una de oro. Hablando de extras, no nos podemos olvidar del modo contrarreloj y el modo competitivo, que sin ser revolucionarios, siempre se agradecen.

Punto y aparte para los jefes finales y los jefes de mitad de cada mundo. Muchos de ellos son algunos de los jefes más originales y divertidos de la saga, aunque también son terriblemente fáciles. Ésa, extendida a la aventura en general, es quizás nuestra mayor pega al respecto. Nos hemos pasado el juego sin llegar nunca a quedarnos sin vidas, algo impensable para la primera vez que te juegas un Sonic clásico. En las batallas con los jefes, además, es bastante fácil conseguir recuperar al menos el último anillo si te dan un golpe, lo que te hace casi invencible. Entendemos que estamos en 2017 y el nivel de desafío suele ser más bajo, pero pudiendo guardar la partida, habríamos preferido algo más de dificultad.

Un maravilloso viaje al pasado

Audiovisualmente, Sonic Mania es un maravilloso viaje al pasado. Es un juego que podríamos haber jugado en Sega Saturn, si no fuese por esa imperiosa necesidad de dar el salto a las 3D que mencionábamos antes. Varias fases aprovechan para meter efectos que habrían sido casi imposibles en Mega Drive o en Mega CD, incluyendo elementos poligonales, más cuadros de animación, sprites más detallados o, simplemente, más resolución.

Todo está cuidadísimo para mantener la autenticidad, y hay también decenas de referencias a otros juegos; algunas más obvias, y otras más oscuras. Desde efectos de sonidos reusados en sitios diferentes a enemigos clásicos, pasando por cameos de personajes no demasiado populares. Sonic Mania no sólo sabe recuperar la estética de antaño, sino que encima la completa mucho fan service de calidad.

Sobre la música sólo podemos decir lo mismo. Clava las sensaciones que nos dejaban las melodías de la época, con algunas composiciones geniales y todo el repertorio de efectos de sonido que nos sabemos de memoria. Desde el salto de Sonic a la respiración cuando coge aire bajo agua, todo nos transporta a los que, para mucho, son los mejores juegos del erizo.

El Sonic que muchos esperábamos

Sonic the Hedgehog y sus secuelas inmediatas definieron a muchísimos jugadores allá por los años 90. Muchos de ellos llevan esperando desde entonces que Sonic vuelva a sus orígenes, y ahora lo ha hecho por la puerta grande. Un juego que te transporta a otra época, y que constantemente te saca una sonrisa si eres fan de las primeras aventuras del erizo.

Y es que, al fin y al cabo, Sonic Mania es, más que nunca, un juego hecho por fans para fans, donde la pasión por una saga va por delante del dinero. Si no has jugado nunca a los Sonic vas a encontrar un divertido juego de plataformas clásicas, pero si los recuerdas con cariño la experiencia se multiplica, ampliada con extras para extender su duración. Para nosotros, Sonic Mania es la mezcla perfecta de jugabilidad, encanto, fan service y, para qué negarlo, nostalgia.

Hemos realizado este análisis en su versión de PS4 con un código proporcionado por Cosmocover.