Análisis de Samurai Warriors 4: Empires (PS4, PS3, PSVITA)
Una vez más, y por tercera ocasión, la saga Samurai Warriors recibe una versión Empires. Estas entregas potencian los aspectos de simulación y conquista, la gestión del territorio y los recursos, sin olvidar que la parte más activa de las victorias se toma en el campo de batalla con mandobles y cortando cuellos. La base jugable se toma, naturalmente, de Samurai Warriors 4-II, la medio secuela y expansión lanzada el pasado octubre que amplió personajes, escenarios y modo historia respecto al primer Samurai Warriors 4.
Esta vez Koei Tecmo y Omega Force han contado con la colaboración de los desarrolladores de Nobunaga's Ambition para la parte de política. No hay nuevos personajes –la cantidad no obstante ya es bastante aceptable- y los poseedores de Samurai Warriors 4 o 4-II recibirán algunos extras de personalización, así como la posibilidad de traspasar los personajes creados en aquellos, no así su progreso por las diferencias de Empires.
Dos son los principales modos de Samurai Warriors 4 Empires: Conquest, que es el principal, y Genesis, un modo libre para editar los eventos y alterar el juego. El resto de opciones incluyen el editor –más completo que en pasadas iteraciones- y una galería de información, biografías o música que completan el trasfondo histórico en el que se inspira.
Al comenzar el Conquest Mode se nos da a elegir un clan con el que experimentar su avance en la historia de Japón. Cada familia busca un objetivo concreto, así pues hay quienes sueñan con la reunificación del país, unir una región específica o alcanzar la capital, mientras que otros tienen deseos menos trascendentales. El juego te guía en estos primeros pasos con consejos de la facción más recomendable si es tu primera partida.
Sobre la parte de combate no profundizaremos demasiado porque es la fórmula habitual de Omega Force y está descrita en el análisis de Samurai Warriors 4-II. El escenario está compuesto por una serie de bases enemigas que funcionan como una red. Derrotando los enemigos de la zona se reclama el puesto a nuestro favor, y de esta manera es posible cortar cadenas de transmisión del oponente. El sistema de lucha nos permite dar órdenes a los aliados para que actúen por su criterio, de manera ofensiva o defensiva.
Si las alianzas están establecidas, puedes cambiar entre oficiales durante el combate. También regresan las formaciones de Samurai Warriors 2 Empires –algunas sólo las pueden proponer personajes concretos- que afectan a la organización del ejército. La forma de ala aumenta la defensa, la de pez el ataque, la de serpiente la velocidad. Como podemos ver, esta parte táctica está muy relacionada con lo que ocurre fuera de la guerra, así por ejemplo con políticas diplomáticas se puede recibir refuerzos de bandos aliados, e incluso estratagemas menos honorables entre las que se encuentra el soborno a oficiales rivales para que deserten a nuestro favor. Durante los enfrentamientos históricos cabe destacar que hay secuencias que resaltan los eventos entre comandantes y guerreros.
La parte más novedosa de Empires sucede en nuestro castillo virtual. En cada estancia se pueden colocar hasta dos oficiales dedicados al desarrollo, la guerra o cualquier aspecto de la política. Con estas opciones se mejora la moral y lealtad de los subordinados, el comercio o la recolección de alimento. Cada consejero dispone de conocimientos específicos de un área, aunque uno de los secretos para hacer que su rendimiento sea el mejor es colocar dos oficiales compatibles entre sí; a más oficiales entre los que elegir, más combinaciones posibles.
Aquí entra el denominado Personal drama, que determina cómo se forjan amistades y rivalidades dependiendo de nuestra forma de actuar. Algunos objetivos de la batalla crearán enemigos personales o, si actuamos con respeto y compañerismo –ayudar a un personaje a acabar con otro-, ganar su confianza.
Estos magistrados ofrecerán propuestas de toda índole, algunas exclusivas de un oficial de prestigio: ataques y alianzas con otros clanes, ventajas para el combate, modificar el mercado… Aceptar y rechazar estos comentarios puede alterar su lealtad, que cambia con cada turno. Ir al combate consume recursos, y a más suministros más tiempo límite para cumplir el objetivo. Probablemente más del 50% de la victoria corresponde a la acción, pero hay muchísimos factores más a controlar que en un Samurai Warriors principal que en el fondo facilitan o complican cada misión.
Uno de los consejeros más importantes es el de estrategia, una figura a la que podemos consultar cualquier duda sobre el progreso de nuestro batallón. Es algo así como un tutorial que nos guía en la toma de decisiones, desde las más básicas a las importantes. Afectará a los parámetros de comercio, campos de arroz que se cosechan en otoño, la fuerza de la tropa y la lealtad.
Al controlar territorios con instalaciones también pasamos a tener decisión sobre su política, y los beneficios derivados de ello. Tenemos así las minas, aldeas ninja que activan comandos de asesinato, fuentes termales de recuperación, armeros, herreros, granjas de caballos y más.
Samurai Warriors 4 Empires añade esa profundidad que muchas veces se pide a los musou, aunque no tanto en el aspecto de control y movimientos que sigue la filosofía de Omega Force. Es un juego divertido, desenfadado en el combate y con una base sólida en jugabilidad y presentación si lo comparamos con otros lanzamientos del subgénero.
En cuanto a los gráficos, mismo nivel que Samurai Warriors 4-II. La tasa de imágenes por segundo es bastante aceptable para la cantidad de enemigos y calidad de escenarios –superior a algún otro título de Omega Force-, aunque fijándose mucho al detalle se observan los puntos débiles que se arrastran desde hace años. Esperamos ver todo el potencial de los musou cuando Koei Tecmo apueste por un lanzamiento exclusivo de la generación actual aprovechando las virguerías posibles en físicas o efectos. Como es habitual, nos llega con voces en japonés y textos en inglés.
Conclusiones
Un imperio no se mantiene unido sólo con mano de hierro. Las diferencias se marcan cuando no empuñas la espada y esa es la verdadera gracia de los Empires. Si tu interés va por la parte puramente arcade, recomendamos elegir Samurai Warriors 4-II, del cual esta versión hereda –para bien, porque es una excelente entrega- la parte más frenética. También hay que valorar que, para el poseedor de 4 o 4-II, quizás las novedades son pequeñas para justificar una nueva compra.
La buena noticia es que para divertirse no es necesaria una gran experiencia en la estrategia u otros Empires –pongamos los Dynasty Warriors Empires-. Este Samurai Warriors guarda un buen equilibrio entre combate, personalización y política. No reinventa la rueda, pero gustará a los seguidores del musou con pinceladas de simulación.
Hemos realizado este análisis con un código de descarga de la versión PlayStation 4 que nos han proporcionado Koei Tecmo.