Análisis de Robinson: The Journey (PS4, PC)
Es sabido que Crytek no pasa por su mejor momento, por lo que ver que lanzan un nuevo juego es siempre motivo de alegría. Después de hacer historia con Crysis, el estudio se convirtió siempre en un referente técnico, creando juegos con unos apartados gráficos bastante superiores a la mayoría de sus rivales contemporáneos. Han pasado ya tres años desde su último gran lanzamiento, Ryse: Son of Rome, y después de su primera incursión en la realidad virtual el pasado mes de abril con The Climb, un juego exclusivo de Oculus Rift, ahora por fin le podemos echar el guante a su nuevo proyecto, esta vez para la realidad virtual de Sony.
Se trata de Robinson: The Journey, juego diseñado para PlayStation VR que nos lleva a explorar una misteriosa jungla a través de la realidad virtual, en un homenaje obvio al náufrago más famoso de todos los tiempos. Sólo que esta vez la catástrofe es espacial, y lo que encontramos es bastante más inusual.
Dinosaurios virtualmente reales
El juego comienza cuando nuestro protagonista, Robin, tiene un accidente en el que su estación espacial Esmeralda choca contra el planeta Tyson III, donde los dinosaurios campan a sus anchas. Con la ayuda de HIGS, una inteligencia artificial que nos acompañaba en el viaje, Robin se crea una especie de campamento en el que sobrevivir. Durante este tiempo previo a la aventura, también conoce a Laika, un bebé tiranosaurio que se convertirá en nuestra mascota. Un día, realizando unas tareas rutinarias, las cosas se empiezan a complicar y, como decían en un programa de televisión, "hasta aquí puedo leer".
Así se nos presenta esta aventura en primera persona en la que tenemos que explorar y resolver diferentes tipos de puzles (o pequeñas pruebas, porque son extremadamente sencillos, y generalmente basados en mover objetos, realizar ), además de enfrentarnos a ciertas situaciones que no queremos desvelar en el análisis. El control nos ofrece desplazamiento libre, y a pesar de que el protagonista lleva un dispositivo que parece un PlayStation Move, el juego sólo es compatible con el DualShock 4. No se descarta, eso sí, la compatibilidad con estos periféricos en el futuro.
Y sí, como buen juego de desplazamiento libre de realidad virtual, tiene bastantes papeletas para marear. Tiene varias opciones para gestionar el movimiento de la cámara (que complementa el que hacemos con la cabeza con el stick derecho), pero ninguno es perfecto y el mero hecho de movernos mientras estamos sentados en el sofá va a marear más o menos a según qué usuarios. Eso sí, al menos el movimiento se produce por zonas amplias, por lo que los giros son más moderados y no es tan chocante para el cerebro.
Tampoco ayuda demasiado que es muy dinámico, y que subimos por escaleras e incluso nos tiramos por tirolinas. Lo peor, sobre todo, es la escalada. Escalamos de muchas maneras diferentes, a veces con movimientos muy bruscos, y después de ciertos tramos nos hemos quedado un poco trastocados. Una pena que no haya demo disponible, porque es un juego que puede marear a muchos usuarios.
Un juego con propiedad
Robinson: The Journey es probablemente lo más parecido a un juego de aventuras tradicional que tenemos disponible en la realidad virtual hasta el momento. Con nuestra herramienta multiusos podemos interactuar con objetos, pero también escanear criaturas, lo que le da un entretenido añadido (el escaneo se realiza con un pequeño minijuego) para expandir su duración. Además hay secretos que encontrar para conocer más la historia del juego, pruebas que realizar con HIGS o contratiempos que resolver dándole órdenes a Laika.
En general, hay bastante exploración, y siempre suele haber varios caminos en cada tramo del juego, que, dicho sea de paso, se desarrolla en un mapa abierto por el que nos podemos desplazar a voluntad. Si os compráis el juego, os recomendamos que os lo toméis con toda la calma del mundo, ya que largo, precisamente, no es. Si juegas yendo para adelante, sin pararte, el juego puede durar unas tres horas. Nosotros lo hemos jugado con calma, intentando encontrar todo y escaneando a los animales, y se nos ha ido a las cinco.
CryEngine en su salsa
CryEngine ha demostrado ser bastante versátil –y para muestra, Ryse: Son of Rome–, pero si algo se le da bien son las junglas. Y en Robinson: The Journey tenemos vegetación para parar un tren. Todo lo que acompaña a este análisis, salvo que se indique lo contrario, son imágenes del juego final capturadas por nosotros en una versión normal de PlayStation 4, no en PlayStation 4 Pro.
Como podéis ver, el juego luce genial, siendo probablemente el que mejor se ve hasta el momento si tenemos en cuenta que apuesta por el realismo y que es bastante abierto. Obviamente palidecería contra un título tradicional, pero dentro de lo que hemos visto en PlayStation VR hasta el momento, tiene unas texturas muy detalladas, entornos complejos y elaborados y una importante carga poligonal, todo ello envuelto en una buena iluminación.
Si vais a jugarlo en PlayStation 4 Pro, sabed que notaréis mejoras. La más perceptible es la reducción del popup propio de la generación del nivel de detalle, que hace que a veces veamos cómo ciertos elementos se generan o cambian frente a nosotros. También ofrece una mayor resolución de renderizado, un mejor filtrado de texturas y mayor distancia de dibujado, aunque si no tenéis pensado renovar vuestra PS4, podéis estar tranquilos, porque en el modelo básico se sigue viendo genial.
Además, dentro de lo selvático/espacial tenemos variedad de entornos, que hacen agradable la progresión. Y sin destripar nada, os adelantamos ya que hay algún que otro encontronazo con dinosaurios bastante impresionante, de esos que justifican la realidad virtual. Dentro de su brevedad, también tiene un ritmo decente, por lo que tampoco nos da tiempo a aburrirnos. Por último, destacar su interfaz, que nos ha parecido bastante acertada, y su buen doblaje al castellano, que ponen el punto final a un apartado audiovisual bastante por encima de la media.
Una muy buena aventura, pero...
Robinson: The Journey nos ha sorprendido. Es un juego bastante completo, que dentro de las limitaciones de la realidad virtual nos deja hacer bastantes cosas, que se ve genial y que además nos hace sentir protagonistas de una aventura con una historia que, sin ser inolvidable, es interesante y está bien llevada. Eso sí, también tiene más de un pero.
El primero es que puede marear bastante y no tiene demo para saber si nos afecta o no. El segundo, que pagar 59,99 euros por un juego que dura, de media, entre 3 y 5 horas, no va a ser algo del agrado de todos, y es algo que hemos reflejado en la nota. En cualquier caso, Robinson: The Journey es un juego que habría que intentar probar, y que ya nos hace preguntarnos dónde está el límite gráfico de PlayStation 4 en realidad virtual.
Hemos realizado este análisis con un código digital que nos ha proporcionado Best Vision PR.