Análisis de ResoGun PSN (PS4)
El equipo finlandés Housemarque, creadores de Super Stardust, ha vuelto a lograr un gran juego de naves uniendo nuevas ideas y viejos recuerdos. Esta puesta al día del clásico Defender de Williams, que podrán descargar gratuitamente todos los usuarios de PlayStation Plus durante noviembre y diciembre, tiene la virtud de gustar a todos los jugadores. Los fans de lo retro se encontrarán con un título tan adictivo y desafiante como el original de los años 80, con nuevas ideas que lo ponen al día, y los que no lo conozcan, les dé igual lo retro y simplemente busquen algo diferente, se encontrarán con un juego fácil de jugar y difícil de dominar, con una estética muy atractiva, una gran jugabilidad y mucho encanto.
Una puesta al día de Defender
Resogun no es una secuela o un remake de Defender (cuyos derechos han recaído en Warner Bros. tras el desmantelamiento de Midway) pero usa unos conceptos muy similares a los de este original de recreativa, que tiene la friolera de 33 años a sus espaldas. Este matamarcianos fue muy innovador en su momento por contar con scroll en sus niveles, permitiéndonos movernos por sus enormes fases mientras acabábamos con los extraterrestres, intentando salvar a los humanos que secuestraban.
Resogun retoma la idea y la moderniza, situándonos en niveles diseñados como cilindros, pudiendo movernos libremente en una u otra dirección y viendo prácticamente todo el nivel (las otras partes del círculo) gracias a la perspectiva que usa, algo tremendamente útil para saber qué está ocurriendo en otras partes del mismo, y así llegar a tiempo para evitar que un humano sea abducido.
El diseño de los niveles mezcla la protección de diez humanos por escenario con oleadas y oleadas de enemigos a lo largo de las tres fases de las que consta cada nivel, culminadas con un ingenioso enfrentamiento contra un jefe final. El control es extremadamente sencillo y práctico, como ya ocurría con los Super Stardust de la misma compañía: movemos nuestra nave con el joystick izquierdo y dirigimos los disparos con el derecho, primero limitados a cortas ráfagas y creciendo en intensidad y potencia a medida que avanzamos por cada nivel. Los botones superiores se usan para acciones especiales, como pegar un acelerón (vital para llegar a tiempo para evitar una abducción), lanzar un humano para salvar su vida, o usar los ataques especiales: la bomba y la sobrecarga.
El jugador se marca el reto
Lo interesante del diseño de Resogun es que tenemos que estar pendientes de muchas cosas al mismo tiempo, y lo único que no es opcional es sobrevivir. Podemos intentar salvar a todos los humanos, en una especie de ejercicio estresante de estar pendientes de todo lo que ocurra mientras al mismo tiempo mantenemos nuestra nave íntegra; podemos pasar de los humanos y dedicarnos simplemente a las naves enemigas, intentando aumentar nuestro multiplicador, recoger los restos que dejan para conseguir sobrecarga (un ataque especial que nos hace tremendamente efectivos durante unos segundos) y mejores puntuaciones… O podemos hacerlo todo a la vez, o pasar de todo y simplemente jugar y disparar naves enemigas. Aunque Resogun no es fácil, realmente la dificultad del juego no la marcan los desarrolladores, sino lo que se exija a sí mismo el jugador, lo que consigue que cada nivel sea muy rejugable para intentar superar nuestra mejor puntuación, o salvar de esta vez a todos los pobrecillos humanos verdes que tan frágiles parecen y son.
Enjambres de enemigos y humanos incautos
Los enemigos de Resogun no son particularmente difíciles o complicados, pero sí muy numerosos, y los desarrolladores han sabido jugar muy bien con el espacio que tenemos para maniobrar entre ellos y los proyectiles que nos lanzan. Al poder movernos libremente por el escenario, de izquierda a derecha o de arriba a abajo, dirigiendo también nuestros disparos a donde queramos, nos encontramos en ocasiones con un laberinto de enemigos y disparos entre los que maniobrar, intentando abrirnos paso sin que un choque acabe con nuestro escudo o haga explotar la nave, recurriendo a acelerones que nos salven el pelllejo o tirando la casa por la ventana y usando esa última bomba que nos queda para arrasar los dos enjambres que estaban a punto de hacernos un sándwich.
Mientras tantos, los humanos viven su particular vía crucis. Primero están encerrados en jaulas, que no se abren hasta que acabemos con ciertos enemigos que ejercen de guardianes. Una vez estén sueltos, una nave enemiga puede abducirlos, contando solo con unos segundos para reaccionar, o incluso nosotros accidentalmente podemos abatirlos y hacer que caigan al vacío. La forma de representarlos, tan vulnerables, asfixiándose en sus jaulas si no las abrimos a tiempo, le da un toque de humor macabro a Resogun, y aparte tiene muy poco que ver con el espectáculo de luces, colores y vóxels que vemos en la pantalla. La única forma de conseguir salvar a los humanos es proponérnoslo y estar constantemente pendientes de los avisos del juego (tanto visuales, con un indicador hasta el próximo humano libre, hasta auditivos, informándonos la mecánica voz de que se ha perdido uno de ellos). La recompensa si logramos llevarlos a la seguridad es considerable, muchos puntos, algunas bombas y en ocasiones hasta una vida extra.
Los fantásticos niveles están coronados por enfrentamientos bastante ingeniosos contra jefes finales, un tanto enmarcados en patrones predefinidos que habrá que aprender para lograr la victoria y que una descomunal explosión acabe con todo y pasemos al siguiente nivel. Es cierto que el juego no tiene demasiados y que pronto los terminaremos todos, pero lo gran rejugabilidad, las tres naves con prestaciones diferentes que podemos elegir y el cooperativo para dos jugadores le dan mucha duración extra a Resogun.
Visualmente muy atractivo
A nivel visual obviamente Resogun no va a llamar la atención rodeado de Killzone, Battlefield y compañía, pero la verdad es que tiene un meritorio acabado, con un estilo muy coherente de todos sus elementos, una inmensa cantidad de enemigos y elementos en pantalla, y unos buenos efectos que dan la impresión de que todo está construido con piezas. La atractiva estética futurista del juego se combina con una buena banda sonora, al estilo de los shoot’em ups de los años 90, y unos efectos de sonido variados, pero eclipsados por la voz de una especie de inteligencia artificial femenina que, con un estilo serio y robótico, nos informa de que ha muerto otro humano.
Breve, pero muy adictivo
Resogun no tiene demasiados niveles, pero sí consigue que queramos volver a jugarlos para mejorar nuestras puntuaciones y resultados. Resulta un matamarcianos simple y muy divertido, con un fantástico diseño de niveles y una estética y sonido muy cuidados. Y, sobre todo, logra algo poco común: unir lo viejo con lo nuevo, lo retro con nuevas ideas que encajan como anillo al dedo, consiguiendo que el juego logre atraer y satisfacer a todo tipo de jugadores. Lo nuevo de Housemarque es -casi irónicamente- uno de los mejores títulos del lanzamiento de PS4, y todos los jugadores que se apunten a PlayStation Plus, que serán muchos, podrán comprobar el gran trabajo que han hecho estos desarrolladores finlandeses. Por ello, recomendar su compra no tiene mucho sentido, por lo que solo podemos enfatizar que merece tu tiempo.