Análisis de Octodad: Dadliest Catch PSN (PS4)

Que los juegos independientes nos pueden ofrecer experiencias totalmente novedosas es algo que ya está más que demostrado, pero a veces hay juegos que llevan la barrera incluso más allá. Después de locuras del calibre de Goat Simulator, Octodad: Dadliest Catch nos ofrece una nueva dimensión en lo absurdo, aunque esta vez desde una perspectiva mucho más "jugable", y menos enfocada en la experimentación y la broma.

Pulpo de familia

En Octodad: Dadliest Catch, la tarea que tenemos ante nosotros no es nada sencilla. Encarnando a un pulpo, tenemos que fingir ser un padre de familia, y realizar todas las tareas propias de uno. Esto va, desde casarnos y ponerle el anillo a nuestra prometida, a cortar el césped, hacer la compra o ir con los niños a un acuario. Sin duda, cosas cotidianas y sencillas para un humano, pero increíblemente complejas cuando somos una cabeza con tentáculos.

Todo ello se complica más teniendo en cuenta que tenemos que hacerlo pasando desapercibido, ya que nadie sabe que somos un pulpo. No, ni siquiera nuestra señora esposa, con la que tenemos dos hijos –esperamos que de otro matrimonio, porque son bastante humanos–, es conocedora de nuestra naturaleza cefalópoda. Así que esto implica movernos con "naturalidad" –sin derribar objetos ni chocarnos con la gente– y, en casos como el acuario, evitar a los biólogos que pueden identificarnos a pesar de nuestro ¿convincente? disfraz.

El día a día

Como decimos, nuestro objetivo no es demasiado complejo como tal, sino que es nuestra falta de estructura ósea la que lo complica. Octodad cuenta con cuatro extremidades, dos que sirven de piernas y dos que sirven de brazos. Éstas las controlaremos con ambos sticks –uno para manejar el eje X y otro para manejar el eje Y–, y con las piernas haremos lo mismo, con la particularidad, eso sí, de que tendremos que utilizar los gatillos para alternar el control entre ambas.

En la versión de PlayStation 4, además, podemos aprovechar el panel táctil del mando para sustituir a los sticks –algo que nos ha parecido más complejo y un tanto anecdótico–, así como a PlayStation Move, ya sea con un Move y un mando, como con dos Move. Con los mandos de movimiento el juego puede ganar o perder precisión en función del jugador, pero para nosotros gana en diversión. Obviamente es una mera opción, así que recomendamos al menos probarla, y elegir en función de nuestros gustos.

Realmente es más fácil de lo que parece, aunque es innegable que es necesario un periodo de adaptación, y serán muy pocos los momentos en los que el juego nos ponga ante un desafío importante. Eso sí, las situaciones son de lo más variopintas, y conseguirán arrancarnos más de una sonrisa por los absurdo de muchas de ellas, tanto en las misiones principales, como con los objetos que podemos interactuar si exploramos un poco el entorno.

Una experiencia única

Octodad: Dadliest Catch es uno de esos juegos en los que prima la experiencia. Su apartado gráfico es bastante sencillo –es un juego que, salvo algunas características, podríamos haberlo visto en PlayStation 2–, aunque cuenta con un buen diseño de personajes, con personalidad, colorido y vivo. Además, hace muy buen uso de las físicas, y es digno de destacar la solidez del conjunto, que hace que nuestros tentáculos se enrollen en determinadas zonas, y que no "atraviesen polígonos" por no detectar bien los elementos del escenario.

Dentro de su naturaleza alocada, los controles responden muy bien, y es perfectamente jugable desde PlayStation Vita a través del Uso a distancia. El sonido pasa un poco más desapercibido, con interesantes melodías y un correcto doblaje. En este aspecto, mención especial para Octodad, que balbucea para comunicarse –aunque su mujer lo entiende perfectamente–, y cuya intención comunicativa se nos indica en pantalla con unos subtítulos.

Esto se debe a que todo, obviamente, está visto desde un prisma de humor, en el que vemos cómo todo el mundo permanece impasible mientras derramamos leche por toda la casa en nuestro inútil intento de preparar un café, cómo nuestra mujer nos pide que le expliquemos por qué hacemos cosas propias de un pulpo o cómo nos podemos disfrazar con las gafas y sombreros que encontramos por los escenarios. Octodad: Dadliest Catch nos ha hecho reír, y ya eso es más de lo que consiguen muchos juegos.

Su principal problema, sin duda ninguna, es la duración. Completar la historia no nos llevará más de tres horas, e intentar completar el juego al cien por cien, tampoco expandirá su vida mucho más. Hay un modo multijugador –en el que varios usuarios pueden controlar de manera independiente los tentáculos de Octodad– que ayuda a alargar la vida jugando con amigos, creando un caos genial, pero que no evita lo conciso de la experiencia.

Pulp Fiction

Octodad: Dadliest Catch es bastante bueno. Brevemente bueno, mejor dicho, y se acaba cuando de verdad estamos disfrutándolo. Nos ha parecido una experiencia muy original, divertidísima y única, pero su duración es tan breve que nos gustaría que durase al menos el doble. Intentando completarlo al cien por cien tenemos juego para quizás unas cuatro horas, y si jugamos con amigos quizás podamos exprimirlo algo más, aunque realmente estamos dando de sí a un juego que no ofrece mucho más.

A Octodad: Dadliest Catch hay que venir por la experiencia, y así, os aseguramos que no decepciona. Este título independiente ofrece algo nuevo, fresco y que nos hará reír a lo largo de toda la aventura. Aunque no difiere demasiado del juego en PC, la versión de PlayStation 4 tiene algunas novedades interesantes en el control, por lo que las razones para jugarlo en la consola de Sony pasan por las opciones de control con PS Move que por la experiencia como tal.