Análisis Moving Out, mudanzas divertidas (PS4, PC, Switch, Xbox One)
Sábado por la mañana. Nos disponemos a dar una vuelta o echar el rato en casa tranquilamente, disfrutando del descanso de una larga semana de trabajo o estudio. De repente, el teléfono suena. Es un mensaje de nuestro mejor amigo. "Échame una mano con la mudanza. Te invito a una cerveza". Es la petición más peligrosa a la que tendremos que hacer frente y a la que, en algún momento de nuestra vida, deberemos contestar o incluso hacer a quién más queremos. ¿A quién le gustan las mudanzas? Son aburridas, sucias, estresantes y muy cansadas. ¿Cómo puede algo tan peñazo dar origen a un videojuego tan divertido, especial y entretenido? Es ahí donde radica el mérito de Team17 y SMG Studio con Moving Out, un particular juego independiente que nos invitará a llevar cajas, objetos personales y otros enseres de un lado a otro con gracia y salero.
Unos manazas certificados y muy eficientes
Moving Out nos propone formar parte de una empresa de mudanzas de lo más eficiente, Smooth Moves, con un método de manejo de materiales y colocación de muebles que tiene hasta nombre propio: Furniture Arrangement & Relocation Technician o FART -los chistes de ventosidades nunca fallan-. Como empresa líder del sector, nuestra misión no será otra que la de ayudar a los más variopintos vecinos de la localidad de Packmore a llevar su objetos más preciados de una localización a otra, primándose la velocidad o la calidad del servicio por encima de todo. Sí, puede que el pretexto no sea especialmente atractivo, pero creednos, desde el primer instante en el que el título se comienza a mostrar y nos explica en qué consiste -con un vídeo laboral en VHS con sorpresa retro-, es difícil no caer rendido a su propuesta. Usando una perspectiva cenital, y permitiéndonos escoger un personaje el cual podemos diseñar a nuestro antojo -nosotros decidimos encarnar a un camaleón de lo más particular-, lo nuevo de los editores de Worms o The Escapists busca con su novedosa fórmula hacernos pasar un buen rato.
Una vez superemos el tutorial y seamos conscientes de lo sencillo de su control, que podría resumirse en un localizar, agarrar, moverse y lanzar o depositar, sabremos que este título elimina cualquier tipo de barrera de entrada con su sistema de juego. Cualquiera es capaz de asimilar el concepto, de entender los términos del título y de lanzarse a disfrutar de una campaña que puede y debe jugarse en cooperativo a lo largo de 30 niveles muy diferentes entre sí. Sin embargo, la gran belleza de Moving Out como entretenimiento lúdico radica en lo bien diseñados que están estos niveles y en las abrumadoras posibilidades que se esconden en ellos.
En cada uno de los encargos o misiones de mudanza, la empresa nos dará un listado de objetos vitales que deben ser recogidos y depositados en el camión para su transporte. Al principio serán listas sencillas, fáciles de recordar o recopilar, pero la cosa se irá complicando de forma paulatina. No os preocupéis, no hay que memorizar nada -el propio juego nos permite señalar estos objetos vitales-, pero sí es cierto que es muy recomendable que seamos conscientes de que cada casa es un mundo, y que cada situación, un particular universo.
Os pondremos un ejemplo. En Moving Out tendremos que recoger desde muebles como mesillas de comedor, sillas o sofás a camas, frigoríficos, televisiones -desconectándolas a la fuerza de la corriente-, jarrones o microondas. Y eso por citar ejemplos claros, porque luego los enseres a transportar serán más absurdos, difíciles o disparatados. Una vez los localicemos y empecemos con el transporte, veremos que las casas, mansiones y escenarios están muy bien diseñados, y que esconden rutas o pequeños atajos que nos pueden ayudar a ser más eficientes. No es lo mismo hacer una mudanza en una casa con dos dormitorios y una cocina que en una mansión de tres plantas, varios comedores y un par de hectáreas de bosque. Por eso el juego, que tiene un temporizador que mide nuestro éxito -a menor tiempo, mayores premios y grados de puntuación-, nos invita quizás no a ser unos fulleros, pero sí unos transportistas un tanto prestos. Acabaremos asimilando estrategias y tácticas concretas, así como rompiendo cristales, lanzando los objetos más pequeños por las ventanas, abriendo puertas sin cuidado y moviéndonos como auténticos elefantes en una cacharrería. Da lo mismo, lo importante es cumplir.
El videojuego además buscará sorprendernos constantemente. Lo mismo estaremos desalojando una casa, una oficina o una extraña mansión embrujada con fantasma incluido -que además, nos obligará a estar pendientes de él, ahuyentándolo-, a poniendo en orden un extraño lugar interdimensional con ventiladores, vacíos cósmicos y objetos de alta tecnología como pistolas de portales -sí, habéis leído bien-. Todo ello mientras nos movemos de un lado a otro conduciendo el camión de la empresa y causando, si cabe, más caos por todos las calles y zonas en las que operamos.
Es difícil aburrirse o experimentar la sensación de repetición con estos escenarios, que en su mayoría, nos han parecido muy originales y que rinden tributos a títulos como Pac-Man o Frogger, por citar dos ejemplos claros. Además, están plagados de secretos, de objetos ocultos o de logros y misiones secundarias que pueden otorgarnos un plus de rejugabilidad bastante considerable. Si somos especialmente buenos, lograremos incluso desbloquear hasta 10 minijuegos diferentes, tipo party, muy interesantes y curiosos. Pero aunque jugar solo es posible, e incluso tenemos un modo asistido que relaja los pesos de los objetos, la diversión viene con el multijugador cooperativo.
La unión hace la fuerza
Moving Out crece y agranda su experiencia si lo disfrutamos gracias a su modo cooperativo local. Sí, enfatizamos lo de modo cooperativo local, ya que el título carece de opción online y únicamente nos permite jugar con algún amigo, familiar o nuestra pareja desde el mismo sofá, algo que nos ha transportado a los viejos tiempos. Como videojuego que usa la física para mostrarnos su propuesta jugable, disfrutar con otros usuarios de su fórmula, se nos antoja esencial. Seis u ocho manos hacen más que dos, y meternos en una casa para transportar un pesado piano, un enorme cheslong o una gigantesca cama de matrimonio, es una auténtica delicia. Si pensáis en una mudanza, seguro que os imagináis un montón de situaciones absurdas, dimes y diretes, estrategias para llevar algo de un sitio a otro y un buen número de risas, enfados y suspiros. Pues Moving Out traspasa este tipo de situación de la vida real al mundo virtual -sin que se nos caiga nada en un pie, claro-, replicando algunos de los puntos fuertes de videojuegos como Overcooked, Human Fall Flat o el reciente Good Job! Las maniobras coordinadas se vuelven absurdas, empezaremos a querer cada uno por nuestro lado y lo que en principio era fácil, exigirá concentración y dedicación, aunque estemos al borde del caos y la destrucción mucha frecuencia.
Uno de los momentos más míticos que hemos vivido durante el análisis, implicaba llevar una serie de sofás y objetos de un lado de la calle al otro, esquivando el tráfico y haciéndonos sentir, como os citábamos más arriba en el texto, como la rana del mítico Frogger. En otro de ellos, una especie de piscina interior o fuente nos impedirá llegar correctamente al camión de la mudanza, y deberemos lanzar los objetos de un lado a otro evitando que se hundan y se estropeen. Son situaciones entretenidas, disfrutables en compañía, y que nos garantizarán carcajadas por doquier. Si bien el cooperativo local nos encanta, y es una opción a reivindicar constantemente en múltiples juegos y géneros, no habría de estado de más incluir una opción de modo online para replicar la experiencia sin importar la distancia en la que nos encontremos.
Estéticamente colorido y llamativo
Team17 y SMG Studio han cuajado un juego estéticamente muy atractivo, colorido y que busca fomentar la inclusión al presentarnos los más variados personajes imaginables para encarnar. Desde personas con movilidad reducida y avatares virtuales sin sexo definido, a criaturas locas y extrañas como el unicornio o el camaleón que os comentábamos a otros más disparatados, como un personaje que tiene una tostadora como cabeza. Los niveles están muy bien hechos, distintos y llenos de detalles, sobre todo cuando la cosa se empieza a desmadrar y comienza a romperse todo, tambaleándose el orden y extendiéndose la destrucción. Nosotros hemos analizado el título en Xbox One X, sin fallos, lag o problemas técnicos de ningún tipo, y manteniéndose en todo momento la imagen limpia y sin caídas de frames reseñables. El título tiene traducción al español a nivel de textos, y goza de una serie de sintonías y efectos sonoros muy buenos -y muy retro-, equiparables al cuidado diseño artístico.
Conclusiones finales
Moving Out es un título sencillo en su planteamiento pero divertido y plagado de momentos irrepetibles que, y esto hay que dejarlo claro, se enfatizan y magnifican cuando se juega en cooperativo local. Hacer una mudanza nunca es plato de buen gusto, pero los responsables de este particular videojuego independiente han conseguido darle la vuelta a la tortilla. Con un sentido del humor enorme, un apartado audiovisual reseñable y una jugabilidad fácil de comprender y basada en los rompecabezas físicos, Team17 y SMG Studio han conseguido que nos replanteemos los pensamientos negativos que nos surgen cuando nos invitan a mover cajas y muebles un sábado o un domingo por la mañana. Si buscáis un título entretenido, del estilo party, no lo penséis más: es una opción muy recomendable tanto en consolas como en PC.
Hemos analizado este análisis en su versión de Xbox One X con un código proporcionado por Team17.