Análisis de Micro Machines World Series (PS4, PC, Xbox One)

Desde Micro Machines V4 no habíamos recibido ningún título de la franquicia en consolas, ya que durante los últimos años Codemasters se había centrado en crear videojuegos para teléfonos móviles. Ahora, once años después, llega Micro Machines World Series, una entrega bastante conservadora y cuyo planteamiento jugable pretende recuperar la esencia de los títulos lanzados a principios de los años 90. Pese al buen planteamiento inicial, debido a la escasez de contenido, al impreciso control, al poco pulido apartado visual y a una serie de errores en el diseño, esta entrega se convierte en una experiencia menor dentro de la saga.

Lo primero que hay que tener muy claro es que Micro Machines World Series es un videojuego orientado claramente al multijugador. Debido a este enfoque vamos a poder disfrutar de un online con hasta 12 jugadores y pantalla partida para 4 amigos en una misma consola. Esto ayuda a que la experiencia sea más divertida y a que se recupere esa agradable sensación de jugar en compañía, sin embargo, la parte negativa es que no se ha puesto el mismo interés en crear modos para un solo jugador.

La nueva entrega de Micro Machines ofrece varios modos competitivos: Carrera, Eliminación y Campo de Batalla. El primero propone carreras para hasta 12 jugadores en las que podremos utilizar el entorno y los power-ups disponibles para llegar los primeros a la meta. El modo Eliminación sigue la misma dinámica, con la salvedad de que seremos eliminados en caso de ser destruidos, salirnos del trazado o quedar retrasados. En esta última disciplina nos alzaremos con la victoria si sumamos más puntos que el rival después de una serie de rondas.

La última modalidad disponible es Campo de Batalla; aquí nuestro objetivo será luchar contra otros jugadores para alcanzar un número determinado de bajas en un tiempo preestablecido. Para ello contaremos con localizaciones especiales y deberemos utilizar las habilidades únicas de nuestros vehículos. Dentro de este modo también existen dos variantes: Captura la Bandera y Rey de la Montaña, dos opciones que nos obligarán a luchar contra otro equipo. Por último, también accederemos al modo competitivo online si superamos el nivel 10 (lo que nos otorgará recompensas más interesantes), y habrá Eventos Especiales cada cierto tiempo.

Si optamos por jugar offline tendremos acceso a los modos: Eliminación, Todos contra Todos y Carrera, compitiendo en este caso contra la IA enemiga. El principal problema es que, además de ofrecer una experiencia idéntica al online y no contar con un modo para jugar en solitario, la dificultad de IA no puede ser ajustada, algo que se ve agravado por el poco inteligente comportamiento de los pilotos enemigos. Pese a estos problemas, y a que echamos en falta algo más de variedad, la propuesta es divertida y ofrece competiciones emocionantes.

Para participar en estos modos contaremos con un total de 12 vehículos diferentes con diseños que irán desde un coche de policía hasta un tanque de los G.I. Joe. Cada uno de ellos tendrá tres habilidades normales y una especial, las cuales podremos utilizar tras un periodo de recarga. Entre las opciones disponibles encontramos acciones ofensivas como lanzar un cohete o disparar una escopeta, y defensivas como sirenas o escudos que sirven de protección.

En cuanto al control de los vehículos es cierto que presentan ligeras variaciones en sus pesos y ángulos de giro, sin embargo, son detalles prácticamente inapreciables. Respecto a la cámara, el título utiliza la perspectiva cenital que ha caracterizado a la franquicia, aunque el ángulo no es el más adecuado ya que nos impide seguir bien la carrera y anticiparnos a los peligros. Por último, las colisiones con el escenario y el resto de pilotos son algo arbitrarias, por lo que podremos encontrarnos con más de un problema sin causa justificada.

Sin duda, el plantel de coches disponibles es bastante escaso y, aunque todos tienen habilidades diferentes, lo cierto es que se echa en falta algo más de originalidad. Intentando compensar estas carencias, los vehículos podrán cambiar su aspecto visual o la frase y dibujo que dejan al destruir a un rival.

Muchos de estos cambios visuales se irán consiguiendo mediante las Cajas de Botín, las cuales obtendremos al recibir puntos de experiencia y subir de nivel. Además, será posible invertir las monedas conseguidas en comprar objetos, algo que nos ayudará a potenciar los vehículos que más nos gusten. Sin embargo, solo será posible obtener puntos de experiencia jugando online, por lo que no podremos subir de nivel en los modos locales.

En cuanto a las localizaciones encontraremos emplazamientos bien recreados en ambientes tan divertidos como una mesa de póker o una ouija. Todos ellos tendrán una gran cantidad de detalles visuales, sin embargo, el número de pistas será bastante limitado. En el caso de las carreras dispondremos de un total de 10 trazados, subiendo el número hasta 15 en las zonas de batalla. De esta forma, aunque hay suficiente variedad, deberían incluirse un mayor número de localizaciones.

A nivel visual el título ofrece una acabado muy básico y sorprendentemente parecido al que pudimos ver en las últimas versiones para móviles. Modelados sencillos, texturas muy planas, escasos efectos visuales y un sistema de iluminación sin matices, son algunos de los puntos flojos de un apartado que no está a la altura. Además, aunque el título se mantiene casi siempre estable a 30 fotogramas por segundo en PlayStation 4 Pro, nos parece inexplicable que con su calidad gráfica no llegue a los 60 fps.

En el apartado sonoro el videojuego goza de composiciones muy animadas con guitarras eléctricas que, aunque no suponen un valor añadido, consiguen amenizar las navegaciones por los menús y los tiempos de espera. Por último, el título llega completamente traducido y doblado al castellano.

Conclusión

Claramente estamos ante una entrega orientada al online y a ser disfrutada con amigos, pudiendo incluso jugar en algunos modos en pantalla partida con hasta 4 jugadores. Este divertido enfoque (que nos ha traído grandes recuerdos de la infancia) se ve apoyado por una serie de modos que se dividen en dos categorías: carreras y campos de batalla. Ambos ofrecen propuestas emocionantes y, aunque echamos en falta un mayor número de pistas y vehículos, las habilidades de cada uno de los 12 coches disponibles están bien equilibradas y ofrecen una buena experiencia de juego.

Pese a estas bondades, el videojuego presenta un control poco preciso y con problemas para interactuar con el entorno y los rivales, algo que hace demasiado aleatoria la experiencia. Además, a la ya mencionada falta de contenido en cuanto a coches, pistas y modos de juego (incluyendo la inexplicable ausencia de opciones para un jugador) , debemos añadirle una cámara mal situada que perjudica a la jugabilidad y un apartado gráfico pobre. Todo esto da como resultado que Micro Machines World Series se convierta en un título menor que, aunque llegue a precio reducido, solo es recomendable para los grandes seguidores de la franquicia.

Hemos realizado este análisis en su versión de PS4 con un código de descarga que nos ha proporcionado Koch Media.