Análisis de Little Nightmares (PS4, Android, iPhone, PC, Xbox One)

Tarsier Studios es un estudio fundado en 2004, pero en estos 13 años no han hecho demasiado ruido. Como otros muchos, este equipo ha estado sirviendo de apoyo a otros mayores, y quizás la mayor relevancia la alcanzaron siendo uno de los principales desarrolladores de LittleBigPlanet para PS Vita. Hasta ahora habían estado bajo el cobijo de Sony y, de hecho, el juego que nos ocupa se anunció como exclusivo de PlayStation 4.

No sabemos qué habrá pasado con el acuerdo con Sony que conocimos en 2014, pero el entonces llamado Hunger desapareció hasta que el año pasado Bandai Namco lo reanunció con el nombre que lo conocemos ahora, Little Nightmares. Se trata del primer proyecto del estudio con otra compañía, además de multiplataforma, y que, os adelantamos ya, no ha salido nada mal.

Plataformas, terror y aventuras

Little Nightmares es un juego de plataformas, infiltración y puzles con una ambientación de terror. En él controlamos a Six, una criatura perdida en un mundo de pesadillas que tiene que intentar escapar de él. El desarrollo de la aventura es lateral –aunque es en 3D y podemos movernos en cualquiera de los 6 ejes–, y en la mayoría de las zonas encontraremos un pequeño desafío a solventar para progresar.

No todas las salas o pasillos tienen un puzle o una secuencia de plataformeo obligada, pero el diseño de niveles nos ha parecido bastante bueno, y todo se mezcla de manera orgánica. Normalmente, para sortear los obstáculos a nuestro alrededor tenemos que combinar la exploración y las plataformas para encontrar el objeto necesario o la salida, interactuando con el escenario en busca de un objeto clave o un camino. Si hay enemigos, se introduce el elemento de infiltración o escapada.

Su punto más fuerte es lo dinámico y variado que resulta. Los escenarios, dentro de su estilo, son razonablemente diferentes, y prácticamente ningún puzle se siente repetitivo. Nunca deja de ser un plataformas, y las mecánicas son las que son (salta, busca, mueve objetos...), pero nunca tienes esa sensación de hacer lo mismo una y otra vez. Además, tiene muy buen ritmo, con secuencias más pausadas y otras más intensas que te mantienen siempre alerta.

Otra idea bien ejecutada es la falta de tutoriales. Éstos sólo aparecen cuando nos quedamos atrapados, por lo que si el jugador es capaz de averiguar qué hacer en todo momento, es posible completar el juego sin haber visto jamás una línea de texto. También hay cosas que tendremos que averiguar por nuestra cuenta, como la debilidades de los enemigos. Hay cuatro tipos –cada uno reacciona de una manera diferente– y todos ellos comparten una característica: son letales.

Eso sí, es cierto que Little Nightmares es un título que da prioridad a la experiencia, y no hay mucha complejidad en las situaciones. A poco que miremos alrededor y comprendamos cuál es el obstáculo, rara vez vamos a estar perdidos o no vamos a saber qué hacer. Eso uno de esos juegos en los que sabes que, si hay dos caminos, uno es el bueno y el otro es el secreto, y no van a ser dos maneras de resolver el mismo problema. El mayor desafío va a ser descubrir todos los coleccionables (en los que profundizaremos en el siguiente párrafo) y algunos saltos muy bien medidos, que podrán a prueba nuestros reflejos.

El otro pero sería la duración. Una partida sin detenerse mucho en buscar los secretos nos ha durado cuatro horas y media, aunque, obviamente, si lo jugamos con más calma (algo que recomendamos) puede estirarse algunas horas más. Tenemos tres tipos de coleccionables para ampliar la experiencia: unas figuras, unas pequeñas criaturas que recuerdan a Pyramid Head y diferentes velas y faros que encender, y que nos permitirán desbloquear ilustraciones en la galería de arte. Nosotros os recomendamos intentar conseguir todos los secretos posibles en la primera partida, pero si se os escapa alguno, luego tenéis la opción de seleccionar nivel.

Audiovisualmente sensacional

El apartado audiovisual de Little Nightmares nos ha enamorado. Nos encanta el trabajo que ha realizado Tarsier, no sólo por su estilo artístico, sino por la ejecución. Los niveles están repletos de detalle, con una iluminación muy trabajada y con la habilidad de hacerte sentir incómodo. Todo está hecho para crear esa sensación de pesadilla e inseguridad, donde nunca sabes realmente qué está pasando.

El diseño del universo y de los personajes combina lo surrealista, lo onírico y lo grotesco, haciéndonos fruncir el ceño y llevarnos algún susto que otro más de una vez. También gestiona muy bien el terror, y en lugar de hacer de él una constante lo dosifica de manera inteligente. No es únicamente un juego de miedo, sino que nos hace sentir incomodidad, tensión y hasta asco. Todo ello, con una resolución de 1080p y 30 imágenes por segundo en el modelo básico de PS4 y 1620p y 60 imágenes por segundo en PS4 Pro, versión que hemos probado.

Por último, los efectos de sonido y la banda sonora nos han parecido igualmente destacables. El uso del sonido es sensacional (jugadlo, por favor, bien fuerte), un añadido para desconcertar todavía más al jugador en muchos momentos. Los cocineros que habéis visto seguro en algunas pantallas, son aún más grotescos cuando los escucháis luchando por respirar, y en el último tramo hay una secuencia en la que (la falta de) sonido se lleva todo el protagonismo.

Tarsier sorprende con una oscura aventura muy recomendable

Tarsier ya apuntaba maneras, pero lo que ha hecho con Little Nightmares es digno de elogio. Es un título con personalidad, que te mantiene atrapado y que te hace sentir incómodo gracias a ese universo de terror donde el miedo y el asco se dan la mano. Sí, es corto, pero por 19,99 euros creemos que cumple con creces, y las sensaciones que deja tras completarlo son geniales. Si te gustan los juegos de este estilo, no te lo pierdas.

Hemos realizado este análisis en su versión de PS4 con un código de descarga que nos ha proporcionado Bandai Namco.