Análisis de Grand Ages: Medieval (PS4, PC)
Con el aumento de potencia y la similitud de arquitectura de la nuevas consolas -esto es, Xbox One y PlayStation 4-, poco a poco ciertos géneros que parecían hasta la fecha un coto privado y exclusivo de PC, y que apenas se prodigaban en este tipo de máquinas, parecen haber dado el salto al completo ofreciéndonos versiones idénticas y plausibles, sin necesidad de conversiones y adaptaciones reducidas. Uno de esos géneros, es sin duda, el de la estrategia y la gestión de recursos. Civilization ya lo intentó con su saga Revolution, y Tropico , con varias entregas y versiones, demostró ya en la generación pasada que había cierto nicho a explotar y nutrir de juegos de este corte.
Grand Ages: Medieval es un videojuego muy ambicioso, a veces insondable, que no se corta en ofrecer un rico y complejo plantel de opciones y posibilidades tácticas y de gestión al jugador, sin importar en la máquina -PlayStation 4 o compatible- en la que se encuentre disfrutando éste de su propuesta.
Forjando imperios desde los inicios
Gaming Mind Studios es uno de esos desarrolladores con amplia experiencia, capaces de reinventarse saga tras saga, y capítulo tras capítulo, intentando no dejarse nunca ningún as bajo la manga, y ofreciendo mecánicas y sistemas de juego profundos y absorbentes sin que estos jamás resulten incómodos u absurdos. La saga Port Royale o Patrician IV vienen firmados por su puño y letra, y estas son las mejores credenciales posibles imaginables. Grand Ages: Rome -el anterior título de esta serie de estrategia y gestión, que data de 2009- intentó trasladarnos al convulso Imperio romano, enseñándonos el difícil camino de los inicios de cualquier imperio que se precie.
Grand Ages: Medieval asume perfectamente el testigo de este tipo de juegos, y lo enmarca bajo una presentación nueva -la Edad Media- y puliendo esos fallos o problemas que arrastraba el un tanto anodino, Grande Ages: Rome. Quizás el mayor puntal de Grand Ages: Medieval, y es algo que notamos desde su mismo inicio, es que no intenta ser obtuso o descaradamente complejo en su planteamiento.
Grand Ages: Medieval es un título de gestión y estrategia, de corte clásico, en el que viviremos la expansión y caída del Constantinopla y el auge de cientos de pequeñas regiones esperando su momento y oportunidad a través de la vieja Europa y los grandes territorios de Asia y Oriente Medio.
Gaming Mind Studios nos presenta pues un juego de fácil adopción -que no simple ni anodino, ni mucho menos sencillo o corto en opciones-, que arropa al jugador a comprender la particular dicotomía entre gestión comercial y poderío militar y político a la hora de expandirnos por latifundios, regiones, califatos y reinados.
Grand Ages: Medieval, nos ofrece tres modos de juego principales: campaña, skirmish y multijugador. Si el segundo nos permite escoger condiciones, tamaños del mapa o rivales -y dificultad- y el tercero enfrentarnos vía online contra otros jugadores, en el primero, ideal para comenzar a habituarnos a la dinámica jugable enarbolada por Gaming Mind Studios, seremos testigos de las intrigas y conspiraciones de los diferentes principados colindantes a la gran Constantinopla, mientras asistimos a la despedida de nuestro padre, un antiguo y fiel aliado a la capital, y a nuestro ascenso como amo y señor de Sofía. Al contrario que en otros juegos del palo, Gaming Mind Studios ha querido insuflar de cierto carisma a la historia del juego, ofreciéndonos leves pinceladas históricas de cariz realista, añadiendo por si fuera poco, una batería de situaciones variadas y dinámicas para evitar que caigamos en la rutina y el hastío.
El modo campaña es largo, interesante, con un buen número de situaciones y misiones o momentos de crisis, y con un tutorial tan extenso como bien incrustado en los primeros compases -que llegan a ser unas cuantas horas-, a fin de que sepamos en todo momento qué hacer y de qué manera.
El comercio como arma y motor
Grand Ages: Medieval es muy específico en que el elemento y motor principal de la civilización, y a la postre definitorio del ser humano, es el comercio. No hay nada que consiga unir -o enfrentar-más a dos ciudades que un intercambio de productos, bienes y materiales. Grand Ages: Medieval casi desde el primer segundo, insta al jugador a que preste un ojo en la economía, construyendo las instalaciones necesarias, potenciando la obtención de recursos básicos -con un máximo de cinco distintos por ciudad o asentamiento- y la comunicación entre ciudades, enviando exploradores, entablando rutas comerciales y apostando por la edificación de un buen número de carreteras con las que vertebrar nuestras alianzas.
Si algo deja claro Grand Ages: Medieval es que un único asentamiento, sobre todo al comienzo del juego, no puede sobrevivir por sí mismo si se aísla o intenta ir por su propia cuenta. Partiendo de la citada máxima en la que únicamente se pueden producir cinco productos o bienes -de un total de veinte, que van desde la madera, la fruta, el grano, el metal, la fruta o la especias, entre otros-, siempre necesitaremos otro distinto para construir, abrir una nueva instalación, progresar o dar de comer a nuestros habitantes, incitándonos constantemente a que se entablen alianzas. Obviamente, es la lógica la que determinará qué nos es más conveniente, sopesando antes de realizar ningún trueque, compra o venta, qué tipos de recursos nos rodean y necesitan nuestros aliados.
¿Por qué no enviamos piedras, metales y minerales a ese pueblo costero que no tiene apenas posibilidades de construir minas por la ausencia de montañas en sus tierras? ¿Por qué no aprovechamos para pedirles comestibles en forma de pescado o grano? ¿Y por qué no llevamos grano a ese asentamiento que está en tales y escarpadas montañas? En estas circunstancias, Grand Ages: Medieval nos ofrece un plantel de comerciantes que contratar o usar en función de nuestra capacidad de producción, exportación o tamaño. Conforme mayores seamos como urbe, más empleados tendremos, y más rutas comerciales al mismo tiempo llegaremos a mantener… Y una posición más predominante lograremos a ojos de nuestros rivales. El oro mueve el mundo, y eso atrae tanto a la suerte, como a la desgracia.
No olvidemos, que a veces, nuestras intenciones de convivir como una suerte de arcadia feliz del medievo se verán truncadas. Hay imperios en ciernes, culturas guerreras y puestos fronterizos entre civilizaciones que aprovecharán el mínimo momento de asueto para lanzarse al combate contra nosotros, y en Grand Ages: Medieval, la guerra total -aquella que implica establecer una economía de guerra y un combate constante de desgaste en base a tropas y acantonamientos variados- no siempre es la mejor opción.
¿Qué recursos tenemos? Grand Ages: Medieval ofrece sendas vías de victoria, un buen número de posibilidades. Sí, está la vía de la diplomacia, y también la militar, pero como os decíamos anteriormente, el comercio sigue siendo otro camino a aprovechar. Al hacer gala de una economía funcional y realista, que nos permita balancear precios, incluso provocar carestías y subidas del coste, Grand Ages: Medieval oferta la posibilidad de asfixiar económicamente a nuestro rival, obligándolo a arruinarse al comprar otros materiales y enseres a los que hayamos incrementados previamente, y de manera artificial, su valor.
En cualquier caso, y pese a que tiene una vital importancia, Grand Ages: Medieval también incluye caminos alternativos a la obtención de materias primas, productos y la compra venta. Las guerras, como os comentábamos, pueden llegar a cambiar el panorama político y social de una región, invitándonos a que nuestras tropas tengan presencia constante en esos puntos calientes o delicados. La I.A, por norma general, es bastante agresiva, y buscará la confrontación si puede. Es por eso que tener grupos de exploradores, o numerosos aliados, será la clave para evitar futuros disgustos.
Los intercambios de golpes entre tropas y legiones, así como entre navíos, son bastante simples, muy directos, lo que parece constatar las intenciones de Gaming Mind Studios en este aspecto: la guerra y las batallas de trasfondo militar son una opción extrema, un alivio jugable para un juego que apuesta por el comercio y la producción, pero que no gozan del suficiente mimo ni apoyo, algo que deja bastante que desear -podemos saber el resultado final con echar una ojeada a las unidades rivales o a las nuestras-.
Una interfaz clara y cómoda
Gaming Mind Studios ha sabido solventar uno de los problemas más acuciantes cuando se intenta trasladar un juego de estrategia y gestión del PC a consola: la interfaz y el control. Pues bien, pese a que suene casi a cliché, la traslación al pad de PlayStation 4 -consola en la que sale el videojuego-, es perfecta. Condensa con inteligencia el control habitual del ratón, permitiéndonos mover con los sticks la cámara sin problema alguno, y brindándonos la posibilidad de realizar aumentos y zooms muy cercanos al escenario.
Manejarnos por los numerosos menús y tablas de un juego en el que la economía y los números son tan importantes se ha solucionado con inteligencia, usando con maestría los botones -los hay de navegación y confirmación o cancelación- y ofreciéndonos incluso, pulsando L2, usar un cursor que haces la veces de puntero y que podemos desplazar a placer por la pantalla.
Grand Ages: Medieval es un juego vistoso, claro, y muy intuitivo. Su interfaz y sus menús contextuales pueden llegar a estar plagados de tablillas, números y estímulos visuales en diferentes colores, con lo que podría llegar a ser fácil perderse, pero la información está jerarquizada y exquisitamente bien presentada. Es más: la versión para PlayStation 4 de Grand Ages: Medieval, la que hemos analizado, incluye una opción para ampliar la interfaz y el tamaño de la fuente del texto, un mal endémico a este tipo de juegos. Por supuesto, Grand Ages: Medieval está traducido y doblado al castellano.
En cuanto a nivel gráfico, una de cal y una de arena. Como es lógico, un juego de esta índole no suele gozar con un apartado técnico y audiovisual soberbio, pues en principio, y juegos como Total War a un lado, no los necesitan. Grand Ages: Medieval hace acopio de un mapa enorme, con decenas de asentamientos y urbes distintas, a las que añadir accidentes geográficos, costas, bosques y montañas. Por si fuera poco contar con un terreno enorme que debemos ir explorando -la llamada niebla de guerra sigue presente-, también toparemos y sufriremos la entrada de las estaciones, y en ciertos momentos, a las catástrofes naturales más imprevisibles.
Gráficamente no tiene fallos o desperfectos de ningún tipo, pero dada la cierta rigurosidad en cuanto a nomenclaturas y cronologías de Grand Ages: Medieval, no habría estado de más imponer un estilo visual a la hora de diseñar las formas de las ciudades y las tropas de cada asentamiento, tanto aliados como adversarios. Esto consigue, sobre todo tras varias partidas y encuentros online, que no sintamos ningún tipo de diferencia entre ellos y nosotros, restándole importancia e identidad artística a un conjunto que hace gala de algunos vídeos y animaciones en su modo historia bastante interesantes y trabajadas.
El sonido, por su parte, si nos parece destacable. No esperéis alardes en el apartado de efectos sonoros o foley, pero Grand Ages: Medieval goza de una serie de temas sinfónicos muy buenos, con una melodía principal que poco tiene que envidiar a las míticas, épicas y grandilocuentes -a la par que delicadas- piezas del fallecido compositor John Barry en ‘El león de invierno’ o ‘Bailando con lobos’. Su doblaje al castellano, bien interpretado e incrustado en la narración y el devenir del juego, también nos ha parecido notable.
Conclusiones finales
Grand Ages: Medieval es un juego clásico, que bien podría haber salido hace diez o doce años, incluso a finales de los noventa, y mantener el mismo esquema jugable en su interior. Su gestión de recursos y su pasión por la economía como motor central de su estratégico planteamiento, nos ha parecido muy acertada y bien avenida, pues aporta una capa de profundidad pocas veces vista, al menos en consola. Consola -esto es, PlayStation 4- que recibe una adaptación muy buena, con una interfaz adaptada para la ocasión.
Gaming Mind Studios y Kalypso han conjugado una inteligente combinación, accesible a la par que desafiante, que se abre al jugador y que le proporciona una enorme cantidad de retos y posibilidades de decisión, siempre y cuando sepa acatar el estilo de juego y sus requisitos tras las desbordantes primeras horas de juego. Pese a que tiene fallas -repetición de conceptos y escenarios, un combate simplón y poco pulido-, Grand Ages: Medieval una vez te atrapa, invita a seguir la expansión de nuestro reinado, aunque eso signifique aguantar muchos inviernos defendiéndonos de todos los enemigos que nos pueden llegar a rodear. Ya lo dijo Constantino XI: "A partir de hoy, los latinos y los romanos son la misma gente, unidos en Dios y es con la ayuda de Dios, que hemos de salvar Constantinopla".