Análisis Garfield Kart: Furious Racing, carreras para toda la familia (PS4, Switch, Xbox One, PC)
Aunque hace ya bastante tiempo que dejó de ser uno de los personajes de dibujos animados más conocidos, Garfield sigue gozando de un importante grupo de seguidores. Y precisamente para esos fans (y nadie más) ha sido editado este título protagonizado por dicho gato, el cual está disponible en prácticamente todas las plataformas de juego actuales. Un título que si bien se muestra bastante completo en modalidades, personajes elegibles y demás opciones de juego, muestras unas considerables carencias relacionadas con su jugabilidad que desgraciadamente terminan lastrando gran parte de la diversión que es capaz de ofrecer. Y no es la primera vez que sucede con una producción similar, dado que Garfield Kart pecó más o menos de los mismos defectos hace ya unos años.
El encargado de programar Garfield Kart: Furious Racing ha sido el equipo de Artefacts Studios, título que como su propio nombre indica nos invita a participar en unas carreras de karts de estilo claramente arcade que intentan (sin conseguirlo ni de lejos) acercarse a lo establecido en la serie Mario Kart de Nintendo. Por lo tanto, estamos ante un juego que se basa en carreras de karts bastante simpáticas y alocadas muy sencillitas en cuanto a su disposición jugable se refiere, siendo necesario ser igual de buenos con el acelerador, los frenos y los derrapes como usando objetos. Eso es, porque durante las pruebas podemos ir recopilando diferentes objetos (almohadas, muelles, lasañas, diamantes…) que se ocultan tras unos iconos con forma de caramelos que están repartidos por los circuitos. Unos ítems que como ya supondréis tienen distintos efectos, desde actuar como una especie de misiles que ralentizan el paso de los rivales a permitirnos usar turbos. Una apuesta jugable claramente arcade y desenfadada.
Completo pero anodino
La mayor cualidad que posee esta producción tiene que ver con las amplias posibilidades jugables que nos ofrece en términos generales. De entrada, es posible elegir entre ocho personajes diferentes, desde Garfield a Liz, Arlene o Harry entre otros.
Y cada uno de estos tipos (y animales) posee sus propias características (velocidad, aceleración y manejo), detalle que siempre se agradece. Y además de esto, es posible tanto escoger el kart que deseamos pilotar como aquellos complementos que deseamos plantar a dichos personajes (gafas, gorros, etc.), los cuales podemos ir consiguiendo a medida que competimos.
De igual manera y una vez seleccionado a nuestro piloto, más tarde nos toca seleccionar el modo de juego en el que queremos participar. La oferta tampoco está mal dado que es posible jugar online contra otros siete participantes más, hacerlo de manera local en el (por desgracia) cada vez menos frecuente modo para cuatro jugadores a pantalla dividida, optar por competir en solitario en Contrarreloj o Carrera Única o, por último, decantarnos por el Grand Prix. Esta última opción es la que más gracia tiene, y nos permite escoger la dificultad entre tres opciones distintas (50, 100 y 150 cc) así como elegir entre cuatro copas diferentes (Lasaña, Pizza, Hamburguesa y Sorbete), albergando cada una de ellas cuatro pistas únicas. Una oferta que, como ya os hemos comentado, es bastante suculenta.
Todo esto suena bastante bien pero, por desgracia, se trunca completamente cuando nos subimos al kart correspondiente y saltamos a las pistas. ¿Y por qué? Pues porque el desarrollo de las carreras es de todo menos interesante y entretenido, y durante las mismas es posible advertir un cúmulo de errores importantes que echan por tierra gran parte de la diversión que podría haber ofrecido el juego con algo más de cierto en su ejecución. Para empezar el control de los vehículos, aunque es muy sencillo, no ha sido del todo bien implementado, algo que sale a relucir de manera muy notoria cuando nos animamos a derrapar en las curvas para cargar el turbo correspondiente, acción que ha sido integrada de manera bastante mejorable.
De igual forma a las carreras en sí les falta mucho mordiente. La sensación de velocidad está muy poco conseguida, los efectos que resultan de la utilización de los distintos ítems es un tanto mediocre y poco espectacular y, lo peor de todo, el diseño de los 16 circuitos (salvo alguna excepción) ha sido bastante deficiente. Todos estos inconvenientes acaban lastrando y dañando severamente la jugabilidad, dado que cada carrera resulta de todo menos entretenida y disfrutable. Por eso mismo resulta complicado recomendar el título a usuario alguno más allá de los más recalcitrantes seguidores de este personaje, puesto que existen mejores títulos ligados a este subgénero de la velocidad.
A todo esto tampoco ayuda mucho comprobar lo desangelado que se muestra esta obra en cuanto a su realización técnica se refiere, la cual dista mucho de ser llamativa. Lo más salvable es el aspecto que poseen los personajes, que por lo menos son muy reconocibles y sus animaciones son pasables. Pero todo lo demás se muestra demasiado básico, desde las texturas que es posible apreciar en los escenarios a los poco vistoso efectos gráficos o la nula sensación de velocidad. Y, además, incluso en la versión para PS4 Pro que hemos probado el título se las ve y se las desea para mantener la fluidez en la tasa de cuadros de animación en determinados momentos de las carreras, como en las curvas más cerradas o cuando aparecen varios personajes en pantalla. Una puesta en escena irregular que tampoco mejora mucho en su faceta sonora, con efectos ramplones y una banda sonora conformada por temas meramente pasables.
Un clon de Mario Kart muy poco afortunado
No es la primera vez que Garfield trata de imitar a Mario subiéndose a un kart. El lastimoso Garfield Kart de Nintendo 3DS y PC ya demostró que no es tan fácil dar con la tecla diseñar un título de estas características, algo que ha vuelto a sucederle a este pobre gato con Garfield Kart: Furious Racing media década después. Una pena, porque por lo menos los desarrolladores han intentado dotar a su creación de un buen número de posibilidades jugables como modos de juego, personajes y circuitos. Pero la ejecución ha sido poco acertada y el título acapara una considerable cuantía de defectos relacionados con su jugabilidad, limitando así de forma considerable la diversión que es capaz de ofrecer.
Hemos realizado este análisis en su versión de PS4 con un código proporcionado por Meridiem Games.