Análisis de Gal Gun: Double Peace (PS4, PC, Switch, PSVITA)
Una de las ventajas indirectas de un mercado de consolas débil en Japón es que muchos estudios pequeños se empiezan a animar con la distribución de títulos muy minoritarios fuera de sus fronteras. Gal Gun: Double Peace sería uno de estos juegos que, en condiciones normales, quizás nunca se distribuiría en Occidente.
Esta secuela de Gal Gun parte de una historia disparatada. El protagonista, un joven estudiante llamado Houdai, recibe un potente disparo de Ekoro, aprendiz de ángel. Esta dosis extra que multiplica el atractivo de una flecha normal de Cupido convierte al protagonista en un auténtico imán para las chicas, hasta el punto del agobio. ¿Podrá, armado con una pistola de feromonas, detener el avance de estas acosadoras y encontrar su amor verdadero? Trae textos en inglés y voces en japonés; un pequeño inconveniente: están traducidos los diálogos, pero hay muchas frases durante la acción de las que perdemos su significado.
Gal Gun: Double Peace viene sin censura, aunque realmente tampoco es un juego muy picante –nos han llegado RPG más explícitos sin ningún problema-, no enseña mucho más que un Dead or Alive Xtreme. El argumento y algunos minijuegos son descaradas concesiones a los fans, y si bien alguien podría considerar este fan service incómodo, lo cierto es que resulta ser de lo mejor del juego. Tomado con humor y como lo que es, una gamberrada de humor japonés, se puede disfrutar de estas situaciones. Los problemas del juego sin embargo vienen de otro apartado: la jugabilidad.
Double Peace consiste, ni más ni menos, en un juego de disparos sobre raíles. Es una versión muy simplificada de aquellos típicos títulos de recreativa tan populares en los 90, no existe un botón para defenderse detrás de un parapeto, pero en determinados momentos sí podremos seleccionar la ruta de nuestros pasos. También hay situaciones donde somos abordados desde múltiples rutas, lo que nos obliga a girar la cámara por evitar que las chicas se acerquen demasiado –unas indicaciones en pantalla avisan del peligro-.
Curiosamente, las chicas del juego –hay 70 diferentes- tienen unos gustos específicos donde nuestros disparos son más efectivos. Según la reacción al recibir uno de nuestros disparos de amor, lograrás una mejor puntuación y serán "liquidadas" en menos tiempo. Habrá que afinar los tiros hacia una parte del cuerpo: cabeza, pecho, caderas y piernas. Con el botón pulsado, es posible cargar un tiro que afecta a todo un área para golpear a varias chicas simultáneamente.
Algunas jóvenes están poseídas por la diablilla del juego. En estos casos es necesario disparar primero al demonio para que pasen a un estado normal. Y no todos los ataques de nuestras fans son a corta distancia, los proyectiles se han resuelto con el impacto de frases, caracteres japoneses estilo manga que vuelan hacia nosotros.
Los escenarios son bastante parcos en detalle e interactividad, y pese al uso del motor Unreal Engine 3, realmente no parece aprovechar lo más mínimo esta tecnología; sería modesto hasta para 128 bits. Como incentivo para investigar el escenario, generalmente relacionado con el instituto y sus proximidades, de vez en cuando aparecerán objetos para recoger. Con uno de los gatillos realizamos zoom, una visión que muestra chicas detrás de obstáculos sólidos.
Cuando rellenamos uno de los indicadores al máximo podremos activar el modo Doki Doki!, que básicamente consiste en algo similar a los disparos pero más "cercana y personal", según descripción de sus creadores. Un grupo de chicas posan en pantalla, normalmente en posiciones sugerentes, y la cámara gira para poder tocar su cuerpo. Logra que alcancen el clímax y la explosión de júbilo limpiará la pantalla del resto de enemigas. En PS Vita este modo se puede realizar con la pantalla táctil para, suponemos, dar un mayor realismo.
Hay también una serie de minijuegos para romper la monotonía –por ejemplo, cuando una chica queda atascada en una ventana y debes masajear, tirar y empujar su trasero- y la posibilidad de coleccionar apariencias para las jóvenes. Según nuestra relación con las chicas principales desbloquearemos alguno de los finales, y para los mejores se necesitan buenos récords contra los jefes o acertar en las respuestas de la parte de novela visual. Nada de esto hace el juego especialmente mejor, pero sí rejugable, así que podrás repetir buscando un nuevo amor y escoger por el camino nuevos desvíos, compensando así que no sea un juego muy largo –unas tres horas-.
La idea de Double Peace no es mala pero descuida el aspecto fundamental de todo juego: la diversión. A diferencia del anterior, que era compatible con PlayStation Move, en PlayStation 4 y PS Vita debemos usar la palanca para mover el cursor por la pantalla. Si has jugado a un Time Crisis, Point Blank o House of the Dead sin pistola o Move, no hace falta que entremos en detalles de lo incómodo o aburrido que se puede hacer un juego de este tipo. Ni siquiera los citados clásicos de arcade resistirían un análisis con el pad. Podrás configurar la velocidad del cursor para que sea más de tu gusto, pero no soluciona el problema de fondo. En PS Vita es igual, ya que hacer los tiroteos con pantalla táctil cambiaría por completo la jugabilidad.
La música peca de ser demasiado festivalera y repetitiva. Las voces, las típicas de un anime poblado de mujeres eufóricas pegando gritos y gemidos de felicidad. No es un apartado que destaque demasiado.
Ambas versiones son muy similares. Nos decantaríamos por la de PS Vita, por los minijuegos táctiles en la pantalla y porque en ningún caso explota la potencia de la consola doméstica. Las principales diferencias son la mayor resolución en pantalla grande, mejores texturas en PS4 –tampoco es para tirar cohetes-. A cambio en portátil va un poco peor en fluidez y los tiempos de carga se notan más. Hay cross-save para compartir partidas.
Conclusiones
Gal Gun: Double Peace es una peculiar combinación de simulador de citas y novela visual con arcade de disparos. La primera parte puede funcionar porque no esconde en ningún momento el tono desenfadado de ambiente estudiantil con chicas en uniforme deseosas de mostrar las bragas a la mínima en multitud de situaciones surrealistas. La pena no es que la parte de acción sea muy corriente, que también, sino que el control hace un flaco favor a esta mecánica.
En definitiva, Double Peace confirma la primera impresión desde su anuncio: es un juego minoritario, destinado a un público japonés o afín a estos gustos. Si nunca te ha importado mover la mira de tu pistola con la palanca, podrás disfrutar del resto de características.
Hemos realizado este artículo con copias digitales de las versiones PS4 y PS Vita que nos ha proporcionado PQube