Análisis de Floor Kids (PS4, Xbox One)
Hay buenos juegos que, aun tratando un tema o deporte bastante minoritario, consiguen resultar divertidos detrás de un mando. Eso nos lo demostró Tony Hawk hace 20 años, y hay muchos ejemplos similares; quizás el tenis te resulte aburrido, pero no puedas dejar de echar una partida a un Virtua Tennis.
Con los juegos de baile y ritmo musical también sucede algo parecido, y no nos referimos únicamente a aquellos que se juegan con movimientos sobre un tapete. Floor Kids por ejemplo es un título independiente protagonizado por jóvenes de breakdance, ese baile urbano lleno de piruetas, giros y paradas acrobáticas al ritmo de funky o hip-hop. Tenemos que admitir que nuestros conocimientos de esta cultura son más bien escasos, pero eso no quita que el juego sea divertido y enganche.
Floor Kids es efectivamente un juego de baile, pero no uno de esos encorsetados en seguir las pulsaciones que se indican en pantalla. Nos ofrece un grupo de personajes, cada uno con fortalezas y movimientos personalizados, capaces de hacer una buena cantidad de pasos con su cuerpo. Cada botón del pad hace un gesto, que combinado con la dirección de las palancas cambian de estilos. Quizás al principio nos resulte más fácil acompañar simplemente el ritmo de la música con estas acciones básicas, pero poco a poco nos atreveremos a maniobras más complejas y espectaculares, como el giro tipo peonza.
Lo bueno del título es que nosotros elegimos la manera de bailar ante nuestro público, que al final de la canción evaluará el baile según unos parámetros –variedad, ritmo, fluidez-. La ejecución del movimiento es intuitiva, y no tardaremos mucho en intentar superar nuestros récords probando nuevas combinaciones o cumpliendo los deseos que nos pidan algunos personajes –en cualquier momento alguien podría pedir una determinada posición, y aceptarlo supone ganar puntos extra-.
A lo largo de cada canción hay dos pausas o breakdowns que sí son más parecidos a otros juegos de ritmo clásicos, y consisten en pulsar un botón en el momento justo –o pulsarlo rápidamente-. No tienen mucho más misterio, pero son unas pausas que te permite replantear tu estrategia si crees que necesitas mejorar el resultado.
¿Para qué sirve todo esto? Pues apenas tenemos dos modos principales. El de un jugador consiste en superar una serie de retos, acompañados por una breve introducción sobre nuestro bailarín seleccionado –llamarlo historia quizás sea exagerado-. Cada localización cuenta con varios temas musicales, y el objetivo es conseguir la mejor calificación en coronas. Para avanzar por el mapa de la ciudad necesitas un mínimo de coronas, por lo tanto al principio nos será fácil saltar de fases, pero si nuestras partidas no son buenas, hay que volver atrás y mejorar récords.
Esto también está acompañado de desbloqueables, pues a lo largo del modo para un jugador podremos ir consiguiendo al resto de protagonistas, lo que abre la posibilidad a jugar con otros personajes. Todos se manejan igual, pero su vestimenta, valores y personalidad hace que merezca la pena probar algunos.
El otro gran modo es el multijugador local que enfrenta a dos bailarines en una "pelea" por ver quién consigue la mejor puntuación. Es todavía más divertido que en solitario si consigues un contrincante a tu altura, pero es una lástima que sin opción online esto limite un poco su vida.
La base de Floor Kids es buena, pero como se puede ver, queda un poco escaso de opciones. Para partidas breves cumple sobradamente con lo que se podía pedir, e incluso nos hemos divertido más de lo que creíamos que podría hacer un juego de este tipo, pero también es verdad que no hay tantas técnicas como para ser excesivamente creativos; a las pocas horas ya tendrás tu combo preferido y te será difícil cambiar por la falta de incentivos.
Uno de los aspectos curiosos es que apuesta por unos personajes 2D basados en las ilustraciones del animador JonJon. Teniendo en cuenta que es un juego donde la animación es primordial, lo fácil habría sido contar con modelos poligonales y una captura de movimientos, pero aquí se ha conseguido una estética de cómic con bocetos muy peculiar sin que por ello se pierda calidad en el baile –que claramente ha usado rotoscopia o al menos vídeos de referencia-.
El otro de los apartados relativamente importante es la música. El DJ y productor Kid Koala trae una música con ritmo y muy apropiada para el breakdance, y si bien no es la banda sonora más brillante que hemos escuchado en los últimos tiempos, encontraremos un poco para todos los gustos –dentro del género urbano- y lo que es más importante, su ritmo es fácil de reconocer a la hora de mantener las pulsaciones.
Conclusiones
Floor Kids puede sorprender a los jugadores que lo prueben sin conocer nada de él. Si te gustan los juegos de bailes, este es tan adictivo como cualquiera otro: practica, aprende los mejores combos y no temas improvisar. Hay títulos más espectaculares y con música más variada, pero la mayoría se basan en pulsar el botón concreto cuando te lo indica el juego, mientras que aquí tienes la sensación de controlar tus movimientos.
La lástima es que queda corto en otros muchos aspectos. El multijugador podría dar más de sí, y el modo para un jugador se puede hacer repetitivo en largas sesiones por la falta de profundidad. Hay una buena base, pero falta desarrollar esta idea.
Hemos realizado este análisis en su versión de PS4 Pro con un código de descarga que nos ha proporcionado Popagenda.