Análisis Falcon Age, cómo entrenar a tu halcón (PS4, PC, Switch)
Los mundos virtuales tienen la ventaja de transportarnos a otro sitio, y, con la realidad virtual, esta afirmación es casi literal. Son muchos los juegos que consiguen que nos preocupemos de nuestro compañero virtual como si de uno real se tratase, sobre todo si este acompañante es un animal. Es fácil cogerle cariño a D-Dog en Metal Gear Solid V: The Phantom Pain o a Trico en Shadow of the Colossus, y algo parecido pasa en Falcon Age. Os contamos qué consigue –y qué no– esta particular aventura.
Una historia de dos
Falcon Age es una aventura de acción y exploración en primera persona, disponible para jugar con o sin PlayStation VR y, si apostamos por la realidad virtual, con o sin PlayStation Move. La valoración que vais a encontrar a continuación es tras jugarlo en realidad virtual con Move; creemos que sin casco y sin los mandos de movimiento la experiencia pierde bastante.
En este título nos sumergimos en un mundo donde los robots se han apoderado de nuestra tierra. Somos una joven que forma parte de pequeño grupo de humanos esclavizados y que, un día, durante sus trabajos forzados rutinarios, se hace amiga de un bebé halcón. Tras escapar del campo de concentración, viajamos varios años hacia el futuro. Nuestro halcón ya ha crecido, y es nuestro turno para aceptar responsabilidades y ayudar a retomar nuestro territorio.
En esencia, la aventura nos lleva a hablar con diferentes personajes para descubrir nuevas misiones principales, secundarias e incluso minijuegos, que tendremos que completar con ayuda de nuestro halcón. Durante los diálogos podemos tomar decisiones, pero ninguna tiene demasiada importancia. Quizás en algún momento tenemos que dar una respuesta concreta, pero si nos equivocamos simplemente tenemos que intentarlo de nuevo.
Las misiones, normalmente, requieren hacer tres cosas: explorar, derrotar enemigos y recoger objetos. Para salir airosos, tenemos que trabajar con nuestra mascota. Podemos apuntar a objetos inalcanzables para que nuestro halcón los recoja y nos los traiga, a animales para que los cace, o a diferentes enemigos para que consiga abrir una tapadera que la mayoría tiene, y donde se oculta el punto débil que nosotros tenemos que golpear.
Nosotros, por nuestra parte, vamos equipados con una especie de porra eléctrica que, además, sirve como látigo. Este látigo sirve para abrir cajas, puertas y otros compartimentos, así como para desactivar unas torretas que disparan a nuestro pájaro, mientras que con la porra golpeamos a los enemigos.
Los combates están planteados de manera interesante, pero la ejecución nos parece un tanto mejorable. Muchas veces se vuelve demasiado caótico y, con algunos enemigos, acabamos meneando el Move como una maraca mientras esperamos a que nuestro halcón se decida a atacar. Generalmente funciona, pero no faltan los momentos en los que no lo hace.
Siendo sinceros, Falcon Age sólo sobresale en un aspecto: crear el vínculo con tu pájaro. Los otros aspectos están bien, pero establecer esa relación con tu mascota es lo que de verdad lo hace destacable. Con los Move hay un muchos movimientos necesarios para jugar y que nos acercan al ave.
Por ejemplo, para llamarlo, ponemos la mano frente a nuestra boca –haciendo el gesto de silbar– y extendemos en brazo para que se pose. Cuando recibe daño, tenemos que curarlo quitándole los dardos que le han lanzado, o acariciarlo para que recupere salud. Si lo mandamos a recoger un objeto, podemos llamarlo y levantar una mano para que nos tire lo que ha recogido. Cosas así que refuerzan la conexión entre el jugador y el acompañante virtual.
La progresión también está muy vinculada al halcón. Iremos desbloqueando nuevos objetos necesarios para avanzar o facilitar nuestra aventura, pero también una gran cantidad de objetos de personalización meramente estética. Conseguiremos también pequeños objetos con los que el pájaro puede interactuar. Generalmente son algo cómico, como un cuaderno en el que nos hace un boceto o un monopatín para que hago un truco porque… bueno, es un hawk.
Irregularidades técnicas
Falcon Age cumple en lo técnico y en lo audiovisual, pero también comete bastantes fallos, algunos bastante tontos, y otros algo más notables. Por una parte, tenemos cosas que, bueno, no afectan al desarrollo del juego, como popping u otros fallos gráficos. También encontramos fallos en la traducción al castellano, aunque al menos está traducido. Otras cosas sí que son más graves, como la pobre inteligencia artificial del halcón, que lo lleva a engancharse con más regularidad de la que nos gustaría en ciertos elementos del escenario.
Ninguno de estos errores es dramático, y si el pájaro se queda atascado, se desatascará automáticamente cuando nos alejemos lo suficiente de él, pero son pequeñas cosas que afean la experiencia. Al menos, no hay ningún problema insalvable que arruine la experiencia de juego. Es una pena, porque cuando todo funciona, las sensaciones son muy buenas.
También encontramos altibajos en lo artístico y lo sonoro. Hay personajes muy interesantes y bien diseñados (mención especial para el halcón, por supuesto), y otros totalmente genéricos. Los escenarios nos han parecido muy aburridos y repetitivos artísticamente, aunque su diseño es bastante mejor. La música, por su parte, es casi anecdótica, y nunca llega a llamar la atención.
Una aventura en compañía
Falcon Age es un juego que podría haber sido sobresaliente, pero que se queda en notable por multitud de razones. Es una pena que Outerloop Games no haya puesto algo más de mimo en crear el mundo o algo más de tiempo en pulir el combate y algunos detalles técnicos para que todo esté a la altura de la relación entre nuestro protagonista y su halcón. Recordamos que se puede disfrutar también sin PlayStation VR y sin PlayStation Move, pero con estos periféricos es como obtenemos la mejor experiencia.
Hemos realizado este análisis en PS4 Pro con un código proporcionado por popagenda.