Análisis de DriveClub Bikes (PS4)
El anuncio de Driveclub Bikes durante la conferencia de Sony en la Paris Games Week fue una de esas incómodas escenas de "actuad como si fuera una sorpresa" que hemos vivido durante muchas ferias –Yoshinori Ono sabe de esto con Street Fighter V-. La filtración pocas horas antes había desvelado su existencia, precio e incluso fecha de lanzamiento: directamente después de terminar la presentación.
Como su nombre indica, se trata de una expansión para Driveclub protagonizada por motocicletas con un precio de 14,99 euros, aunque está disponible de manera independiente por 19,99 euros.
Suponemos que esta última opción va dirigida a aquellos moteros exclusivamente interesados en el mundo de las dos ruedas que no planean hacerse con la base de los coches, en este momento mucho más amplia en cuanto a vehículos y pruebas.
Si optamos por la expansión independiente, Driveclub Bikes incluye todos los circuitos lanzados hasta ahora en Driveclub. Desde el punto de vista para un poseedor de Driveclub, añade doce superbikes licenciadas de los fabricantes más importantes del sector entre los que se encuentran Honda, KTM, Bimota, BMW, Yamaha, Ducati y Kawasaki recreadas con el detalle al que Evolution Studios nos tiene acostumbrados.
Su diseño no es tan variado como el de la carrocería de los coches –algo de lo que no tiene culpa la desarrolladora-, aunque hay matices en su control, aceleración y velocidad punta que nos interesará probar hasta dar con la que más se ajusta a nuestras necesidades –en cualquier caso, no hay las grandes diferencias de los coches-. La cámara subjetiva tampoco es tan impactante en cuanto a gráficos como pueda ser la cabina de un deportivo, pero la sensación de velocidad está conseguida, especialmente cuando la lluvia empaña el cristal del casco.
La integración con Driveclub es total, las imágenes de la interfaz cambian entre los coches y las motos dependiendo de nuestra navegación. Eso sí, los modos de competición ahora están divididos en las dos categorías, por una parte está todo el contenido de los coches –lo que había hasta ahora- y aparece el de superbikes con su propio tour, 162 nuevas estrellas que obtener, que funciona del mismo modo que los eventos del Driveclub clásico: compite en carreras, obtén estrellas dependiendo de la posición obtenida y otros objetivos opcionales –primer puesto, superar retos…- para alcanzar un mínimo necesario y desbloquear nuevos eventos de una dificultad algo mayor.
El resto de modos son los mismos de Driveclub, incluyendo multijugador –es exclusivo para motos y, al menos que cambie en un futuro, no se pueden mezclar las dos categorías-, eventos únicos, envío de desafíos a usuarios o clubes y demás. Por supuesto, también cuenta con desbloqueo de motos con la subida de nivel y personalización de vinilos. Añadir que el editor del piloto –mono, casco- tiene bastante más sentido que con los coches por su visibilidad. Trae nuevos trofeos, entre ellos un nuevo platino. Es el juego de PlayStation con más trofeos del catálogo si acumulamos sus expansiones, para los interesados en esta información.
Sí es diferente el modo habilidad, que viene a sustituir las pruebas donde se contabilizan los derrapes con coches. Puesto que no verás motos patinar lateralmente durante decenas de metros ahora tenemos secciones de circuitos con tres tipos de zonas para obtener el mayor número de puntos posibles dentro de un tiempo límite. Al conocido control de velocidad se suman dos exclusivos de estos vehículos: el caballito –elevar el morro de la moto- y el caballito invertido –subir la rueda trasera-.
Estos movimientos se hacen con la pulsación de la palanca izquierda y uno de los gatillos, dependiendo del caso. Haz bien el movimiento para ganar puntos de experiencia y ¿por qué no? impresionar con la chulería en las repeticiones o a tus contrincantes. Excede el ángulo de la postura y de la caída quedarás como un garrulo. La dificultad está en mantener la posición el mayor tiempo posible sin que la avaricia eche al traste la carrera.
Para el poseedor de Driveclub, Driveclub Bikes aporta esa docena de motos, varias horas con el nuevo tour y el multijugador. En cuanto a contenido es cierto que no parece muy amplio, pero las motos suponen un cambio drástico en la jugabilidad que te hace replantear los tiempos de frenada y la toma de curvas. Una superbike es bastante más maniobrable que los coches, el giro es diferente y por su volumen el ancho de la carretera parece mayor, lo que se traduce en mayor facilidad para adelantamientos. En comparación, en algunos de los 78 circuitos de Driveclub –incluyendo los de sentido contrario- apenas dos vehículos ya formaban un tapón, mientras que en Bikes el espacio es más holgado.
El manejo de las motos sigue la filosofía Driveclub: ni simulador ni completamente arcade, aunque de decantarse por una de las dos vertientes sin duda sería por esta última. Lógicamente debes tener más cuidado con el roce de límites de la carretera o los choques, donde un coche recibía arañazos y reducción de velocidad una superbike salta por los aires y es recolocada en pista con la consecuente pérdida de tiempo.
En este sentido, nos ha parecido que la dificultad es un poco más elevada que con los coches, si bien es una opinión subjetiva y depende de nuestra costumbre con este tipo de juegos o de la rapidez en aprender el nuevo tacto. La ventaja para los jugones de Driveclub es que el trazado ya lo conocerán de memoria.
Conclusiones
Driveclub Bikes cubre ese género del motor no siempre está bien cuidado. Casi todos los años hay lanzamientos de esta categoría, sin embargo en cuanto a calidad estamos muy lejos de ver algo parecido a la oferta y competencia de las cuatro ruedas –y eso que la conducción no pasa por su mejor momento en cuanto a ventas-.
Evolution ha ido a lo seguro: una expansión que aprovecha el contenido de los coches y construye los modos con cambios mínimos pero con las diferencias jugables de las propias motos. Nada se ha dicho todavía sobre los planes a medio o largo plazo, pero los nuevos circuitos en desarrollo –gratuitos- serían compatibles con coches y motos, el resto de mejoras en cuanto a configuración de salas online también se aplicará a Bikes, y el apoyo a la comunidad de Driveclub no ha sido pequeño. No hay razón para pensar que el recorrido de Bikes haya terminado.
¿Vale entonces lo que cuesta? Depende de nuestro interés por las motos en la modalidad arcade y el propio Driveclub. Sólo para disfrutar del nuevo tour se hace un poco caro como complemento, pero las horas de partidas online y desafíos extienden la duración mucho más allá de lo visto en la campaña.