Análisis Atelier Ryza 2: Lost Legends & the Secret Fairy, la aventura aún no ha concluido (PS4, Switch, PC, PS5)
Os contábamos en nuestras impresiones de Atelier Ryza 2: Lost Legends & the Secret Fairy cómo el éxito de su predecesor había supuesto un salto en calidad para la saga de rol desarrollada por Gust. Tras más de una veintena de juegos –Ryza 2 es el número 22- Atelier demostró que la serie podía zafarse de ese estigma de RPG minoritario y, aunque esté lejos de otros nombres mucho más conocidos, a mediados de 2020 el primer Ryza superaba el medio millón de copias vendidas. Suficiente para que por primera vez en la historia de Atelier una secuela repitiese protagonista, una joven alquimista que sigue empeñada en aprender más sobre este arte de transmutar recursos en valiosos objetos.
Atelier Ryza 2 es por tanto una secuela directa del primero y transcurre tres años después de aquel. No es completamente imprescindible jugar a Atelier Ryza pero sí muy recomendable, porque la introducción apenas habla de pasada de la protagonista y sus amigos; sencillamente, disfrutarás más de los personajes y su carisma.
Dicho esto, Ryza 2 tampoco profundiza demasiado en el grupo y lo que tenemos es una extensión de las aventuras, se echa un poco de menos la oportunidad perdida de desarrollar a la protagonista y sus compañeros, que siguen siendo casi unidimensionales en sus motivaciones –algo que no está reñido con el carisma de Ryza y el tono optimista que siempre ha caracterizado a los Atelier-. Huelga decir que nos llega con textos en inglés y voces en japonés.
"Atelier Ryza cómo puedas"
Reisalin "Ryza" Stout cree que ya no puede progresar más con sus conocimientos de alquimia y por recomendación se desplazará a la capital Ashra-am-Baird, donde establecerá un nuevo atelier y continuará aprendiendo nuevas recetas. Muy pronto se encontrará con viejos amigos y otros nuevos, además de misterios que tienen relación con unas extrañas ruinas y una extraña "joya" que lleva consigo, que parece reaccionar con los templos. Por supuesto, la mecánica general da una gran importancia a la alquimia y no sólo como medio para fabricar potentes objetos consumibles durante las batallas, sino también para progresar en la historia y resolver los problemas que la población nos dejará en un tablón de peticiones. Después de todo es un Atelier, así que prepárate para recoger multitud de plantas y minerales en tus expediciones porque necesitarás hacer uso del caldero mágico en más de una ocasión.
A grandes rasgos Ryza 2 no modifica la receta que su predecesor, no hay estrictas fechas límite para encargos y permite una buena libertad de exploración que, si bien no es comparable a un mundo abierto real, desde luego que sí va en la buena dirección. Precisamente aquí encontramos una de las grandes novedades de la secuela, y es el intento por añadir opciones que hagan más creíble el mundo del juego. Los campos y bosques dejarán de ser una mera explanada con cuatro árboles y un par de rocas, ahora no sólo han crecido en extensión sino que permiten nadar, colgarse de objetos, montar una bestia, reptar por lugar estrechos, nadar, bucear y escalar –en puntos determinados de vegetación- pequeñas montañas. Estas y otras acciones facilitan esconder recursos valiosos en lugares no tan obvios como en pasados juegos y dar una sensación de mundo más natural e impredecible, sin tanto muro invisible restringiendo nuestros pasos. La mejora se agradece, pero también hay que admitir que no revoluciona Atelier –al menos tal y como se ha hecho en la práctica- y se trata sólo de un maquillaje por hacer los escenarios más verticales. No obstante, la saga suele crecer a este ritmo, paso a paso, y sin duda este era uno de los apartados que más seguía anclado en las mecánicas de 128 bits.
Las otras dos patas de Atelier son la síntesis y los combates. La alquimia requiere desbloquear –con unas ramificaciones de nodos- o aprender recetas, colocar recursos, conseguir bonus y mejorar la calidad del resultado; puedes experimentar e incluso combinar objetos entre sí para fusionar características o potenciar sus valores. Dado que es una de las peculiaridades de la saga que lo diferencia de otros juegos de rol es posible que los novatos se sientan un tanto intimidados al principio, pero la mecánica se ha ido simplificando bastante con Ryza 2 –sobre todo si lo comparamos con los Atelier de hace una década- y ya no es tan engorroso; resultará divertido para quienes no sean excesivamente fans de estas fases de alquimia.
En cuanto a las luchas, Gust continúa esforzándose para que no sean un mero trámite y gracias a los diferentes niveles de dificultad cada jugador decidirá si prefiere una aventura sencilla que no requiera acabar con cada monstruo del camino o en su lugar enfrentarse a un desafío que ponga a prueba nuestra estrategia. La base es similar al anterior Atelier: batallas híbridas por turnos pero sin pausas durante la selección de comandos -el tiempo sigue avanzando- y permite realizar combos con ataques básicos o habilidades –siempre que acumulemos suficiente barra AP-, recargar una barra común para habilidades más poderosas, alternar entre el personaje principal de nuestro grupo –el resto funciona con inteligencia artificial-, defender en el momento preciso, etc. Como punto negativo, la cámara durante el combate no ayuda mucho a ver todo el área con un vistazo, ni qué ocurre con el resto de compañeros.
Sigue tendencias de RPG modernos y se agradece que te mantenga más activo en la lucha –no tendrás casi ni un momento para mirar las musarañas- que con los turnos tradicionales, pero está lejos del dinamismo de los combates vistos en, por ejemplo, Final Fantasy VII Remake, y por la reducida variedad de enemigos los enfrentamientos normales los harán un tanto repetitivos; sólo los jefes nos obligarán a estudiar mejor cada movimiento. Se han rehecho ciertos aspectos que amplían la personalización del grupo y, al igual que sucede con la alquimia o la exploración, parece que la desarrolladora ha preferido pulir un poco la base sin arriesgar demasiado; por una parte parece lógico tratándose de una secuela, pero sería una lástima si Gust evitase innovar demasiado durante los próximos años ahora que ha conseguido dar con la clave de un éxito relativo.
Atelier Ryza 2 es, en definitiva, lo que muchos jugadores esperan de la secuela. Pequeñas mejoras en la jugabilidad, una historia ligera y un progreso que nos han gustado incluso algo más que en la anterior aventura, con nuevos puzles para uno de los misterios de su argumento -las antiguas ruinas, donde habrá que descifrar una serie de párrafos que forman una historia del pasado-. Básicamente son mazmorras con sus enemigos y algún tipo de obstáculo que se resolverá con la síntesis de una herramienta, y a medida que cubrimos el lugar podremos recoger memorias que descifran acontecimientos históricos o recuerdos. Sí, este Atlier todavía es una colección de tópicos, la historia apenas tiene giros inesperados y difícilmente habrá sorpresas en su jugabilidad que cambien tu opinión de Atelier, pero es "un más y mejor" de Atelier Ryza –ofrece más contenido que aquel en su lanzamiento original, luego ampliado con DLC-, que es probablemente el objetivo al que aspiraba. Todo funciona como un reloj: la exploración de ruinas recompensa con puntos para desbloquear recetas, sintetizas objetos para avanzar en las misiones o derrotar enemigos, y eliminas monstruos para conseguir recursos o descubrir nuevos templos; todo tiene un sentido en la jugabilidad.
Modesto en lo técnico, pero muy bonito
Uno de los grandes saltos del primer Ryza fue la renovación gráfica que lo hacía casi un salto generacional respecto al no muy lejano Atelier Lulua. Atelier Ryza 2 no se puede comparar con las superproducciones del rol y eso se nota en múltiples detalles de animaciones y texturas, pero no negamos que sea un juego agradable a la vista en las localizaciones más importantes, como Ashra-am-Baird –aunque su población de NPC apenas sea decorativa-. Sin embargo, la calidad a veces es un poco irregular y las mazmorras de ruinas se hacen monótonas, mientras que las cargas entre zonas de la ciudad o los campos nos recuerdan que debajo de esta fachada hay un diseño que todavía hereda limitaciones de hace décadas. Como detalles mejorados en los gráficos se pueden citar los efectos climáticos y, por simple cuestión de mapas menos planos, una decoración más recargada. Aunque para este análisis lo hemos jugado en PS5 en este momento no estaba disponible la versión nativa de esta consola, sino la de PS4 –es decir, sin las mejoras técnicas de la nueva generación- y el único defecto reseñable es la baja calidad de las sombras, visible en ciertas secuencias de primeros planos; también está disponible en Nintendo Switch y PC.
La música mantiene el excelente nivel de la saga y trae algunas nuevas versiones de temas del original –lo hemos interpretado como coherencia con este universo, no por reciclaje-. Las voces, que ya hemos comentado que llegan en japonés, están interpretadas con el habitual estilo anime, así que en ocasiones rechina un poco por el tono tan estridente, pero nada fuera de lo normal para Atelier.
Conclusiones
Atelier Ryza 2: Lost Legends & the Secret Fairy retoca un poco el combate y la alquimia, añade más libertad en los movimientos, y la historia de tono juvenil enganchará a quienes disfrutaron de primer Ryza. El único obstáculo para que el juego no brille más es que no termina de destapar todo su potencial: hay JRPG con mejores enfrentamientos, el carisma de los personajes radica en su optimismo infinito y la exploración aún tiene mucho margen para que sientas que realmente investigas la naturaleza. Atelier Ryza 2 es un buen juego de rol y supera a su predecesor, pero también pierde el factor sorpresa.
Hemos realizado este análisis en su versión de PS4 con un código proporcionado por Koch Media.