Análisis Ash of Gods: Redemption, fantasía rolera independiente (PS4, Xbox One, Switch)
Cada vez hay más oferta de juegos de estrategia táctica en consola, aunque algunos de estos títulos lleguen con algo de retraso respecto a PC. Este es el caso de Ash of Gods: Redemption, una aventura de rol de AurumDust que combina estrategia, desarrollo de novela visual y coleccionismo de cartas que debutó en ordenadores en 2018, y ahora se lanza en Xbox One, PlayStation 4 y Nintendo Swich –también existe Ash of Gods: Tactics para móviles-. Obviamente el control con pad no es todo lo rápido y cómodo que un ratón, pero por lo demás, tenemos una opción interesante para aquellos que busquen un juego con ciertos puntos en común con The Banner Saga –principalmente la estética y la potente banda sonora-, aunque con personalidad propia.
La historia de fantasía corre a cargo del autor ruso Sergey Malitsky, lo cual demuestra un peso de la narrativa y aporta la calidad necesaria para toda la parte de diálogos. El argumento coral, con tres protagonistas y múltiples personajes, nos habla de sus intentos por detener una amenaza para la civilización. Hay mucho diálogo e información que digerir, pero la parte de novela visual es suficientemente dinámica -con constantes cambios de plano según el personaje que habla- para que no resulte demasiado pesada. En todo momento Ash of Gods: Redemption transmite que hay un trasfondo en los personajes y que no se trata de un mero reciclaje de los cuatro tópicos que solemos ver en juegos o películas del género.
Esta parte de la novela visual también forma parte de la propia jugabilidad porque en muchos momentos será necesario tomar decisiones que afecten de alguna manera a nuestro grupo, con pequeñas variaciones en la confianza entre compañeros o incluso con consecuencias permanentes, como la muerte. Es una fantasía oscura y no todas las opciones son blancas o negras, la moral es bastante gris. Sin embargo hay un pequeño problema y es que en una plantilla donde casi cualquier personaje puede acabar mal a veces una elección aparentemente intrascendente tendrá efectos graves mucho más adelante; no es fácil -ni lógico- prever esta deriva. Y si no puedes utilizar tu astucia, no tiene gracia.
Rol por turnos
El otro gran componente de Ash of Gods: Redemption son las batallas por turnos sobre una cuadrícula. Los aficionados a juegos estratégicos no tendrán problemas en adaptarse a las peculiaridades del juego: la selección de los miembros que participan según sus parámetros en salud, velocidad, habilidades… Tenemos un poco de todo, como los guerreros orientados a colocarse en primera línea de combate gracias al alto número de puntos de salud y los arqueros más débiles que son capaces de dañar a las unidades rivales desde una distancia prudencial, o detrás de obstáculos. Al margen de su vitalidad cada personaje dispone de una barra de resistencia que limita las acciones, y una vez agotada, hace que la unidad reciba el doble de daño. Esta es una de nuestras primeras lecciones con el tutorial: si un rival va sobrado de salud, quizás convenga bajar primero la resistencia.
Existen magias en forma de cartas coleccionables que se obtienen en las tiendas o con batallas, aunque no cambian drásticamente el rumbo de la partida e incluso pueden tener efectos aleatorios, no siempre convienen hacer uso de ellas por su alto coste. Los desarrolladores han querido aportar con ello su pequeño granito a la fórmula, pero como tantas otras mecánicas de Ash of Gods, no está lo suficientemente pulido.
Para quienes no estén muy habituados al género la curva de aprendizaje sí puede ser algo más dura, acentuado por el control con pad en la selección de unidades y casillas. No obstante al inicio podemos elegir tres niveles de dificultad que afectan a varias cuestiones, incluyendo los recursos y la activación del combate automático. Si tu intención es únicamente disfrutar de la historia y las elecciones morales siempre puedes dejar que la inteligencia artificial actúe, e incluso acelerar las animaciones, para que las luchas sean un trámite más ligero. No es la manera de disfrutar plenamente de Ash of Gods: Redemption, pero más de un jugador echará mano de ello en momentos puntuales –o a la hora de rejugar para ver variaciones en el argumento-.
El gran inconveniente en la jugabilidad es que, al igual que sucede con toda la avalancha de información sobre la historia, al comienzo sentimos que hay demasiados conceptos que dominar; puede asustar a los novatos. Peor aún, el sistema está mal equilibrado y tiende a ser injusto –a veces es más efectivo controlar un par de unidades fuertes en lugar de todo un grupo-, así que puede frustrar muy a menudo, e incluso caer en la repetición si optamos por las estrategias más básicas y efectivas. Esta es la principal diferencia con The Banner Saga: no sólo era un juego precioso sino que estaba mejor diseñado. Ash of Gods está lejos de ser un mal juego, pero las diferencias son odiosas si lo comparamos con los principales exponentes del género en los últimos años.
Gráficos y sonido espectaculares
A simple vista es difícil que el juego impacte en gráficos, pero el estilo visual es muy bueno –dentro y fuera de las batallas-, y las animaciones muy expresivas y naturales logradas con la técnica de rotoscopia –visto en, por ejemplo, en las películas Fire and Ice o El Señor de los Anillos de Ralph Bakshi, y que Jordan Mechner aprovechó para Prince of Persia-. El fallo que hemos visto es una ausencia de sincronización vertical visible en las secuencias y otros momentos puntuales; no es que sea excesivamente molesto, pero extraña que esto suceda en un juego de estas características –podría solucionarse más adelante con algún parche-.
La banda sonora nos ha encantado, en especial el tema principal que a buen seguro recordará a muchos a las composiciones de The Witcher de CD Projekt RED. Y no es casualidad, la música corre a cargo de Adam Skorupa –que participó en The Witcher 2, entre otros juegos-, Krzysztof Wierzynkiewicz y Michał Cielecki.
Conclusiones
Ash of Gods: Redemption no esconde en ningún momento su principal referente y lo cierto es que eso permite que se luzca en varios aspectos: una presentación cuidada y una historia con mucho trabajo detrás –pese a que podría estar mejor contada y una causa-efecto más previsible- que puede dar lugar a la rejugabilidad; cada juego lleva entre 20 y 30 horas. Por otra parte, el sistema de combate es aceptable pero no está del todo pulido, hay muchas alternativas mejores en el género comenzando por el mismo The Banner Saga. Quizás no se puede pedir más a un proyecto con esta ambición; no olvidemos que se financió en Kickstarter y detrás no hay un equipo muy experimentado. Si ya has disfrutado de otras opciones del género y buscas algo más, que no necesariamente mejor, Ash of Gods es un aceptable sucedáneo de la obra de Stoic Studio.
Hemos realizado este análisis en su versión de PS4 Pro con un código que nos ha proporcionado Koch Media.