Análisis Ace Combat 7, acción, drama y espectáculo aéreo (PS4, Switch, PC, Xbox One)

Ace Combat es una de las pocas sagas de videojuegos que puede presumir de haber mantenido siempre el listón bien alto en casi todas sus entregas, una hazaña gigantesca si tenemos en cuenta que estamos hablando de una serie con más de un cuarto de siglo a sus espaldas. Ahora, tras una buena temporada desaparecida en combate, vuelve a desplegar sus alas con su séptimo juego numerado, título con el que la icónica licencia de Bandai Namco ha conseguido volar más alto que nunca y ofrecernos el que es, sin ninguna duda, el primer gran lanzamiento del año.

El oscuro cielo de la guerra

Como siempre, volvemos a encontrarnos ante un juego de acción de corte arcade a bordo de aviones en el que tendremos que librar infinidad de batallas mientras cumplimos misiones de todo tipo y avanzamos en una compleja y elaborada historia repleta de momentos épicos e inolvidables.

Esta vez, regresaremos al mundo ficticio de Strangereal (muy similar al nuestro, pero con otra geografía y naciones) donde una nueva guerra ha estallado en el continente de Usea entre Osea y el reino de Erusea, sumiendo al mundo en un caos que tendremos que detener encarnando a Trigger, uno de los mejores pilotos de las fuerzas aéreas de Osea.

Tal y como ya hemos comentado, la trama es apasionante y está repleta de sorpresas e inesperados giros de guion, lo que le confiere un ritmo trepidante con el que consigue mantener nuestro interés en todo momento, invitándonos a seguir jugando para descubrir lo que va a ocurrir a continuación.

El mundo está muy bien construido y cuenta con un entramado político complejo y creíble que nos obliga a estar atentos para no perder detalle, los personajes tienen muchísimo carisma, evolucionan y empatizaremos con ellos casi sin darnos cuenta, y su cuidadísima narrativa sabe contarnos lo que quiere con un estilo muy japonés y personal.

Acción de altos vuelos

Si tuviésemos que usar dos adjetivos para describir Ace Combat 7, no dudaríamos ni un segundo en mencionar "intenso" y "épico", algo que se extiende a todos los apartados del juego, no solo a la historia.

A nivel jugable es justo lo que podríamos esperar de él, un simulador de combates de aviones muy arcade que respeta las bases de la serie para ofrecernos una experiencia "pura" y sin aditivos de ningún tipo. Así pues, tendremos que pilotar nuestro caza y realizar todo tipo de maniobras aéreas mientras intentamos fijar a nuestros enemigos y blancos para "saludarles" amablemente con nuestros misiles, metralletas y armas especiales.

El control es realmente bueno e intuitivo, dándonos la opción de escoger entre una configuración más sencilla y accesible para girar fácilmente, y otra un tanto más realista y tradicional que nos obligará a virar primero para poder hacer los giros. Ambas funcionan de maravilla y se adaptan a las necesidades de cada jugador, lo que es de agradecer y ayuda a romper esa barrera de entrada que suele tener el género de cara a los nuevos fans.

Una vez a los mandos, no tardaremos ni cinco minutos en pillarle el punto al juego y antes de que nos demos cuenta ya estaremos realizando todo tipo de acrobacias en el aire y librando dogfights como auténticos veteranos. Esto es importante, ya que los duelos son de gran intensidad y si queremos posicionarnos con ventaja frente al rival para ponerlos en nuestro punto de mira, vamos a tener que "currárnoslo" y volar como auténticos ases.

Aquí todas las batallas las libraremos pilotando de forma manual y sin los automatismos experimentales que tan poco gustaron de Ace Combat: Assault Horizon, así que el resultado de los enfrentamientos dependerá única y exclusivamente de nuestra habilidad con el mando, consiguiendo que cada combate sea una experiencia tremendamente satisfactoria y divertida, además de una valiosa lección que nos ayudará a mejorar y a pulir nuestra técnica.

Un detalle que nos ha llamado muchísimo la atención es lo genialmente realizadas que están las físicas para que sintamos el peso de nuestros cazas y el impacto de las diversas condiciones atmosféricas a las que nos tenemos que enfrentar. Introducirse en una nube en plena tormenta y con fuertes vientos, por ejemplo, dificultará considerablemente el manejo del vehículo, mientras que ascender a un punto muy elevado y con bajísimas temperaturas podría provocar que el avión comenzase a congelarse, algo que evidentemente repercutirá de forma negativa en los controles.

Todo está cuidado al extremo para transmitir a los mandos de la mejor forma posible lo que vemos en pantalla, y hasta el más nimio de los detalles demuestra el amor y mimo que ha puesto el equipo de desarrollo para crear el mejor juego posible.

Otro de sus puntos fuertes lo tenemos en su diseño de misiones, simplemente espectacular. La variedad de objetivos que nos tocará cumplir a lo largo de la historia es enorme y no hay dos fases iguales, obligándonos a que nos adaptemos a todos los cambios de rumbo e imprevistos que irán sucediendo durante su desarrollo. Hay misiones de escolta, de defensa, de puro combate, de infiltración, duelos contra escuadrones y pilotos especiales que nos pondrán contra las cuerdas en un abrir y cerrar de ojos, de conseguir una cantidad de puntos específica antes de que se acabe el tiempo, de derribar ciertos objetivos antes de que lleguen a un punto crítico, etcétera. Y siempre en condiciones ambientales y horarias distintas, y en escenarios únicos.

Como decimos, la campaña es una sorpresa tras otra y si hay algo que caracteriza a todas las misiones es la intensidad de la acción. No hay ni un solo segundo de respiro y no pararán de requerir nuestra asistencia en múltiples puntos del mapa mientras los enemigos nos asedian desde todas las direcciones posibles. Por momentos, puede llegar a resultar incluso agobiante, pero siempre tendremos la sensación de estar sumergidos en un auténtico conflicto bélico de gran magnitud.

La dificultad también está muy bien medida y en normal nos harán sudar y esforzarnos para llegar hasta el final. Aquí la victoria no se regala y hay que ganársela, y la IA de los pilotos enemigos no se andará con remilgos a la hora de buscarnos la cola y acribillarnos con todo lo que tengan en su mano con tal de acabar con nosotros.

En total, completar el juego nos llevará una media de doce horas, algo que evidentemente es muy variable dependiendo del nivel de dificultad y de nuestra habilidad pilotando cazas, aunque la campaña es tan divertida y desafiante que resulta muy rejugable, por no hablar de que sacar las mayores puntuaciones y rangos de cada misión es un reto muy estimulante y solo apto para los mejores.

Dogfights multijugador

Más allá de la historia, el título incluye un adictivo modo multijugador competitivo online con el que podremos disfrutar de sus fantásticas dogfights contra otros jugadores en batallas por equipo o todos contra todos con un máximo de ocho pilotos por partida. Los combates son tan divertidos y frenéticos como podríais imaginar, aunque nos ha decepcionado un poco lo escaso que resulta en cuanto a modos, opciones y contenidos, aspectos en los que se queda bastante corto. Eso sí, el sistema de búsqueda de salas funciona realmente bien y el lag es prácticamente inapreciable.

El potencial de la realidad virtual

Finalmente, una de las novedades de esta entrega que más expectación ha generado entre los fans es su compatibilidad con PlayStation VR en la versión de PlayStation 4, permitiéndonos disfrutar así de la fantástica jugabilidad de la saga desde la cabina de los cazas como nunca antes lo habíamos hecho.

La mala noticia es que este modo consiste en tan solo tres misiones muy básicas y cortas, por lo que se parece más a una demo técnica y experimental que a otra cosa. Eso sí, las sensaciones que transmite jugar de esta manera son una auténtica pasada, sin duda de las mejores experiencias que hemos vivido jamás en la realidad virtual, pues la inmersión es total. Además, no marea nada, lo que tiene mucho mérito si consideramos la cantidad de acrobacias aéreas que vamos a tener que realizar. De hecho, nos ha gustado tanto que no podemos esperar a que Bandai Namco se decida a realizar un juego de la saga centrado totalmente en la realidad virtual, pues la base es fantástica.

Un espectáculo audiovisual

En lo que respecta a su apartado gráfico, tenemos un juego de gran nivel. Los modelados de los aviones están detalladísimo, la recreación de los cielos es una maravilla y los escenarios son más complejos y resultones de lo que cabría esperar, aunque, evidentemente, sus texturas no son nada del otro mundo. Probablemente, la mejor parte se la lleven los efectos y la iluminación, capaces de elevar el espectáculo constantemente, aunque no podemos olvidarnos de mencionar también la genial puesta en escena y su gran diseño artístico.

Por último, tal y como viene siendo ya habitual en la saga, tenemos una de las mejores bandas sonoras que hemos escuchado jamás en un videojuego, repleta de temas tremendamente épicos y de una fuerza incomparable que no dudan en experimentar con diversos estilos para crear sonidos únicos y realzar todo lo que vemos en pantalla, haciendo de cada segundo de juego algo sumamente memorable y emocionante que no olvidaremos con facilidad. Probablemente estemos hablando del mejor trabajo musical que nos ha dejado la serie hasta la fecha, lo que no es decir precisamente poco. Y por si no fuese suficiente, también se han rescatado algunos de los mejores temas clásicos de Ace Combat para el modo multijugador.

Los efectos también están a la misma altura, con detalles muy chulos e inmersivos, como el de "oído taponado" cuando atravesamos una nube, y el doblaje nos llega tanto en inglés como en japonés, con grandes interpretaciones en ambos casos. Aquí nos encontramos uno de los grandes problemas que puede tener el juego para el usuario español, ya que a pesar de que los textos están perfectamente traducidos al castellano, la falta de un doblaje en nuestro idioma puede suponer que muchos se pierdan numerosos detalles.

Si no entendéis el inglés (o japonés) de oídas, os podemos asegurar que jugar y leer al mismo tiempo con el desarrollo tan intenso que tienen las misiones es casi imposible, y todo lo que nos dicen por radio es importantísimo, tanto en lo argumental como en lo jugable. Además, los personajes no paran de hablar y si no estamos atentos nos perderemos información crítica para superar las batallas con éxito. De hecho, en nuestro caso tuvimos que cambiarnos las voces a la lengua de Shakespeare para no tener que estar pendientes de los textos, ya que al no enterarnos de lo que decían en japonés nos estaba resultando toda una odisea avanzar. Una pena que esto pueda suponer un punto que limite su disfrute para algunos jugadores.

Conclusiones

Ace Combat 7: Skies Unknown supone el regreso por la puerta grande de una de las sagas más icónicas, veteranas y con más solera de la industria. Con esta entrega, Bandai Namco ha volado a nuevas alturas para ofrecernos una campaña impecable, variada, repleta de acción y con una gran cantidad de momentos épicos e inolvidables que nos tendrán pegados delante de la pantalla de nuestro televisor o monitor desde el principio hasta el final mientras disfrutamos de su absorbente historia. Y todo ello reforzado por un apartado audiovisual espectacular.

Quizá su multijugador, aunque divertido, se nos ha quedado un poco corto, y las misiones de realidad virtual no dejan de ser una breve demo técnica (impresionante como pocas, eso sí) de lo que se puede llegar a conseguir con esta tecnología, pero eso no quita que estemos ante el primer gran juego de este prometedor 2019 que acaba de empezar, así que no dudéis en desplegar vuestras alas y en surcar los cielos de la guerra una vez más.

Hemos realizado este análisis gracias a un código de descarga para PS4 que nos ha facilitado Bandai Namco.