Análisis de Ultra Street Fighter IV (PS3, Xbox 360, PC)

La estrategia de Capcom con Street Fighter es la de lanzar una secuela en cada generación y exprimirla al máximo con múltiples retoques. Sucedió en anteriores juegos y Street Fighter IV no ha sido una excepción, desde su salida en 2009 tres grandes actualizaciones, en especial la Super, han evolucionado la plantilla y el sistema de juego para que cada año mantenga una base de usuarios fiel muy constante. La competencia ha ofrecido otros títulos más espectaculares, con cruces muy llamativos –el mismo de Street Fighter y Tekken- o con licencias muy conocidas, pero no se puede negar que la producción de Yoshinori Ono sigue siendo una de las preferidas del sector por méritos propios, y quizás su actividad no decaiga hasta el próximo Street Fighter V.

Os recomendamos leer el análisis de las anteriores versiones, en las que os explicamos la base de Street Fighter IV, los grandes cambios de Super y los ajustes –algunos polémicos- de la Arcade Edition. Ultra Street Fighter IV es en principio el SF IV definitivo, esa vez parece que ya en serio, y trae varias novedades entre las que se incluye el pertinente ajuste a la plantilla para equilibrarla aún más. Muchos de estos cambios apenas serán perceptibles para los más jugones –afectan a cuestión de frames de invencibilidad y detalles de ese tipo-, pero siempre es una buena señal que se esté trabajando para hacer los combates más justos independientemente del personaje que utilices.

Y esto es posible gracias a esa constante renovación del juego con actualizaciones, a la cantidad de torneos, comentarios y datos que Capcom ha recopilado a lo largo de los años, que probablemente no tenga comparación con lo visto en otra saga de lucha. ¿En la práctica? Lo veremos, no es algo que se pueda confirmar a la ligera, se necesitan muchos meses de juego para ver los efectos de cada cambio. Es muy probable que aún queden pequeños parches para afinar más la igualdad, pero ya no hablamos de actualizaciones de pago.

Una de las novedades más importantes es la selección de cinco luchadores extra que vienen a redondear un catálogo de caras muy variado. Así como a la versión original se le podía achacar que 25 luchadores era un número algo escaso -teniendo en cuenta las cifras que manejan otros títulos-, ahora disponemos casi del doble, 44, con más retornos clásicos y otros completamente nuevos. Es una cantidad respetable que hace de Ultra Street Fighter IV el más completo en este aspecto, si bien seguro que quedan muchos en el tintero que merecerían tener su aparición aquí –Skullomania, Sean, Q, Urien y tantos otros-.

Cuatro son invitados de Street Fighter x Tekken: la accesible Poison, el lento y poco dado a combos Hugo, el retorno de Elena de Street Fighter III y Rolento, con muchos recursos para desconcertar al oponente. Son por tanto una novedad a medias para los jugadores del juego de lucha lanzado en 2012 que no llegó a calar tanto como la saga que no s ocupa, aunque eso no quita que para Street Fighter IV si sean nuevos y que el control se haya adaptado para no desentonar con la jugabilidad de este juego.

Mucho más ha dado que hablar Decapre, una doll de aspecto similar a Cammy que oficialmente sí es la primera vez que aparece jugable en Street Fighter, y con la que Capcom ha jugado a las adivinanzas durante muchos meses hasta desvelar su identidad. No podemos esconder, como la mayoría de jugadores, que fue una ligera decepción descubrir que su apariencia tampoco huele completamente a originalidad, aunque esa impresión cambia ligeramente cuando nos ponemos a jugar con ella y comprobamos que, aunque a ratos recuerda a los movimientos de Vega, Oni y naturalmente Cammy, en la práctica es un personaje con muchos recursos que tardaremos en aprender, combos aéreos incluidos; mira más allá de su uniforme y encontrarás una nueva pieza de este puzle para aprender durante decenas, quizás centenares de horas. Creemos que el quinteto contentará a todo tipo de gustos.

También rescatados de Street Fighter x Tekken llegan seis nuevos escenarios. Artísticamente se nota un poco el cambio, son más fantasiosos, urbanos, macarras y en cierto caso concreto –el de la fundición- realizados casi con desgana. Si tenemos que elegir preferimos más el estilo de las localizaciones originales, con una paleta de colores menos contrastada y de ambientes más clásicos. Eso sí, agradecemos, pese a que sea otro reciclaje encubierto, que el contenido de este apartado aumente para engrosar el número de arenas, que sí se hacía un poco escaso.

En el plano jugable se han añadido mecanismos que dan más estrategia a la hora de combatir. Tomemos por ejemplo los Ultra Combo Doubles que nos permiten utilizar los dos ultra combos en lugar de elegir uno al principio del combate. Esta opción se hace a costa de un daño reducido de estos devastadores ataques, que entonces ya no serán tan letales como apostar sólo por uno. Dependiendo del tipo de ataque de los Ultra en algunos casos puede compensar, como en aquellos luchadores que tienen animaciones muy diferenciadas –bola de energía y antiaéreo, por ejemplo-, que se traduce en más oportunidades de cazar al oponente. ¿Prefieres confiar en un único Ultra muy efectivo? En ese caso, prima la potencia sobre la flexibilidad y apuesta por el que más te gusta como hacías hasta ahora.

Esta es sólo una de las nuevas mecánicas para el combate, otras son el Red Focus –versión mejorada del clásico Focus- para absorber daños gastando el indicador Super, o la simple opción de retrasar la incorporación tras caer –complicando al rival que calcule cuándo iniciar un nuevo ataque-. Así a simple vista parecen detalles menores, pero bien estudiados cambian mucho la manera de atacar y defenderse, los más jugones tienen una nueva tarea que es practicar el comportamiento de sus personajes favoritos, descubrir sus nuevos puntos débiles y fuertes.

Hay una serie de prácticas características añadidas, algunas de ellas demandadas desde hace tiempo. En el multijugador, con batalla por equipos se pueden realizar torneos de tres contra tres arrastrando la misma barra de vida entre partidas. Respecto al modo entrenamiento, ahora es posible entrar de manera online mientras esperas una invitación de un amigo, o simular el lag para practicar los combos bajo esas condiciones, muy interesante para aquellos que dedican más tiempo al multijugador online que al local, y grabar los combates offline para subirlos directamente a Youtube -aunque no lo hace en alta definición, es una gran noticia para aquellos que carecen de capturadora de vídeo-

Con tantas ediciones de Street Fighter IV se echaba de menos un selector para elegir nuestra versión favorita de cada luchador. Y eso está disponible en Ultra, permitiendo comparar de manera directa cómo ha ido evolucionando la plantilla desde su estreno en el original, mejorando en algunos casos y empeorando a otros que eran demasiado abusivos –caso de Sagat en SF IV-, todo sin necesidad de cambiar discos o desinstalar actualizaciones. Si quieres competir en torneos lo aconsejable es que te acostumbres a los ajustes de Ultra –por aquello de equilibrar mejor a la plantilla-, pero puedes practicar o luchar offline con las viejas versiones si así lo deseas.

Conclusiones

Está lejos de ser una reinvención del juego, pero Ultra Street Fighter IV tiene un poco para todos: jugones y novatos. Mecánicas que cambian la estrategia de manera más o menos evidente, un puñado de luchadores que suponen más diversión hasta tenerlos dominados, nuevos modos y tres formas de adquirirlo: como actualización, en versión completa digital y física; estas dos últimas incluyen todas las descargas de apariencias.

Por supuesto, podemos sacarle punta con el reciclaje de Street Fighter x Tekken, la ausencia –en el momento del lanzamiento- de retos para los nuevos personajes o que no existan cinemáticas en los duelos rivales del modo arcade para los últimos invitados –sí tienen vídeos de presentación y final-. Poca cosa y nada grave.

Si no es la edición definitiva del mejor juego de lucha de la pasada generación, está cerca.