Análisis de Turok (PS3, Xbox 360)
Para los jugadores más clásicos el nombre de Turok siempre será sinónimo de gran aventura, matanza de dinosaurios y máximo exponente técnico de su época. En cambio para los que comenzaron su andadura en la pasada generación significara algo totalmente distinto, un juego al que se le podían atribuir todos los sinónimos de fiasco, un producto defectuoso que nunca debió salir de la imaginación de alguien. Para ponerle remedio nos llega ahora esta nueva revisión del mayor depredador de dinosaurios.
Tras la desaparición de Acclaim, creadores originales del juego, Buena Vista Games adquirió los derechos de Turok y, con el desarrollo de Propaganda Games, decidió relanzar la saga.
Por métodos de marketing, o tal vez porque todo lo que tiene que ver con los animales del jurasico y cretácico siempre han tenido mucho tirón, Turok llega con grandes expectativas, lo que se dice vulgarmente de que el marketing ha hecho que nos entre por la vista y sintamos ganas de probarlo, aunque ya se sabe que no es oro todo lo que reluce.
Las escenas cinematográficas con el motor del juego combinan planos sencillos y atrayentes con otros terribles que se ven secundados por un doblaje que va y viene como elgGuadiana, el primer contacto podría decirse que no es muy halagüeño y aun mas si cabe recordando su anterior entrega, pero como esto es Turok y queremos ver las armas de cuerpo a cuerpo junto con el arco no podemos sino esforzarnos en ver qué tal es su jugabilidad y seguir dándole una oportunidad. Por suerte al rato el juego va atrayéndonos un poco más, aunque no holgadamente.
Resulta muy probable que el handicap radique en su falta de personalidad, como ya hemos mencionado muchos de los detalles del gran juego de Epic se ven reflejados en mayor o menor medida, pero sin llegar por asomo a la supremacía mostrada por el juego protagonizado por Marcus Fénix. Obviando que utiliza el omnipresente Unreal Engine 3, el protagonista puede usar cuatro armas que se seleccionan de la misma manera, el diseño no hace sino recordarnos los enormes trajes, no hay barra de vida sino que la pantalla se va volviendo roja y borrosa y cuando llevamos oyendo un rato a nuestro compañero Slade nos damos cuenta de que es idéntico a Cole Train.
Pero sin duda alguna esta selva no es como la del Far Cry, por poner un ejemplo. Salvo en determinados momentos donde la luz frontal de la mañana o la iluminación calida del atardecer nos da un momento de relax, estaremos sufriendo unos tonos verdosos y azulados que varían con los escenarios que terminan cansando un poco, digamos que acaban convirtiendo en poco gustosa lo que en buena manera se podría llamar ambientación, pero tal vez desmedida. Aún así no deja de ser algo casi anecdótico y por regla general el entorno presenta un diseño bastante claro hacia la salida y solo alguna vez podremos elegir entre dos caminos para acabar llegando al mismo sitio. Al igual que la serie Halo tenemos siempre a nuestra disposición un icono que nos va señalando por dónde se encuentra nuestro destino.
Clavar a un enemigo en la pared con el arco es de lo mas divertido- tanto que se ha convertido en un logro de 10G en la versión Xbox 360- así como ajusticiar a modo de carnicería a los soldados o a los dinosaurios, dependiendo de cómo les pillemos se activaran una de las escenas de muerte pero solo ocurrirá si atacamos en el momento justo. Otra seña de identidad es que cuando seamos atacados por sorpresa pasaremos a una vista desde el suelo donde nos veremos las piernas al haber sido volteados, aunque en ciertas ocasiones para poder volver a ponernos en pie tendremos que realizar previamente el machacamiento de botones que se nos indique y así desembarazarnos del depredador que nos quería hincar el diente.
El juego intenta dejarnos siempre la opción de aparecer por detrás y hacer de nuestras armas blancas un gran valuarte pero el control no lo pone fácil, y aún mas con la sensibilidad tan extraña al apuntar, mucho peor de todo lo vista últimamente. No obstante al igual que con los dinosaurios no hay nada más confortante que con un solo movimiento dejar en el suelo a los soldados, aunque siempre nos lo pondrán un poco mas fácil ya que su inteligencia artificial renquea mucho más que la de los dinosaurios.
Todos los detalles de la música y el sonido son más que correctos y ayudan bastante a provocar un relativo desasosiego caminando por la selva pero tal vez le falte pegada en efectos como el viento cuando se mueve el follaje. La pena es que se vean claramente empañados por un doblaje problemático y aunque no es lo que se dice malo sí lo es su implementación y es que entre que empieza a sonar la voz y empieza a gesticular el personaje a veces podríamos ir a la cocina y volver, el problema es que esto ocurre en sitios donde la historia debería engancharnos y termina siendo lo contrario.
Hay momentos buenos en el juego, tanto en términos jugables como gráficos, la sensación de la hierba alta moviéndose a merced del viento nos recuerda a la famosa escena de los velocirraptores en Parque Jurasico 2: El Mundo Perdido, y la violencia al acabar con los dinosaurios son puntos fuertes, como cuando empezamos a repartir tiros estando rodeados y nos voltean una y otra vez hasta que los vamos liquidando. Es una pena que ciertos detalles empañen un titulo bastante interesante en ciertos apartados, al que más que probablemente le quedasen algunos meses de desarrollo para que pudiésemos hablar de un juego mucho mas indispensable. La situación en la que ha quedado no es del todo mala, y es que al fin y al cabo ciertos juegos que apuntan maneras y no llegar a cuajar del todo hace que valoremos mucho más esas obras maestras a las que estos juegos quieren parecerse pero no consiguen llegar.