Análisis de The Guided Fate Paradox (PS3)

Si decimos rol táctico japonés la mayoría de los jugadores pensarán en Nippon Ichi y probablemente con razón. El estudio es muy conocido por la saga Disgaea, que además recibe nuevas entregas de mucha calidad periódicamente, por ejemplo el aún muy reciente D2, pero de vez en cuando también desarrolla otros títulos completamente nuevos –casi todos, eso sí, relacionados con el rol-. El último en llegar a Occidente es The Guided Fate Paradox, un juego que se aleja un poco de las aventuras de Laharl, Etna y los prinny para ofrecer un título más cercano a Z.H.P Unlosing Ranger Vs. Darkdeath Evilman de PSP, del cual se considera secuela espiritual.

The Guided Fate Paradox parte de una premisa completamente delirante. Renya, un joven normal y corriente con mala suerte para los juegos de azar, participa con desgana en una pequeña lotería de un centro comercial. Contra todo pronóstico gana el premio, que resulta ser nada más y nada menos que convertirse en Dios, viajar a Celestia y empezar a trabajar en las divinas tareas que le son encomendadas, ayudado por una serie de ángeles entre los que destaca su asistenta personal, Lilliel. Pero ser Dios no es una tarea sencilla, hay que escuchar las peticiones de los fieles -¡de toda clase!- y cumplir aquellas seleccionadas por una máquina que filtra las más adecuadas para nuestro nivel. ¿Y cómo hacerlo? Pues eliminando todos los obstáculos de su destino, es decir, luchando contra monstruos en una réplica del mundo conectada a la versión virtual hasta que el sujeto elimina sus dudas y problemas internos.

El argumento –que más tarde nos presenta a los villanos- es surrealista y por momentos recuerda mucho al tipo de humor delirante de las producciones de NIS, aunque no todo el juego es así. El tono, aunque no abandona las situaciones extrañas, es un poco más serio que el visto en Disgaea, no se toma tan a broma a sí mismo, los problemas de los personajes tienen mensaje y de vez en cuando aparece lenguaje un poco más fuerte de lo habitual para NIS. Renya tampoco es la alegría de la huerta, y aunque tiene su explicación por la extraña situación en la que ha acabado de rebote, no da pie al humor constante. El juego nos llega en inglés; puede ser jugado perfectamente sin entender el guión, pero se perdería parte del sentido, puesto que tiene un poco más de presencia que en otros juegos de la compañía y explica el sentido de cada misión.

En cuanto al sistema de juego, es similar al de Z.H.P. en su sistema de mazmorras generadas aleatoriamente a lo largo de varios pisos con forma de laberinto, un estilo roguelike que han usado muchos títulos como Pokémon Mystery Dungeon. Mezcla exploración libre con combate por turnos, por tanto, no es un juego de estrategia en la línea de Disgaea o Tactics Ogre a pesar de contar con algunas similitudes, como una superficie dividida en un tablero que indica el campo de visión de cada unidad; entrar en una zona de los monstruos significa que irán a por ti, y dada la dimensión de los pasillos y superficies suspendidas en el aire, será complicado evitar muchos de los combates. La parte estratégica viene porque los enemigos sólo se desplazan o atacan cuando tú lo haces, de manera que se puede jugar de manera pausada, sin mentalidad de rol de acción –y los reflejos no influyen en la dificultad-.

A diferencia de Z.H.P. ahora no entramos en estas mazmorras en solitario –aunque directamente sólo controlamos a Renya-, y eso da más posibilidades de formar nuestra pareja atacante, ya que los personajes están repletos de posibilidades de configuración, con diferentes accesorios y armas que modifican el daño, la apariencia o la distancia de ataque –medido por las casillas del terreno-, desde armas tipo espadas a pistolas. Luego, como en la mayoría de SRPG, tenemos combos, ataques especiales y un combate más profundo de lo que aparenta a simple vista. El objetivo principal es llegar hasta el punto que nos lleva al siguiente piso, lo que recuerda un poco al Item World en Disgaea, sin olvidar ganar experiencia o conseguir recompensas por el camino. Por si fuera poco, hay mazmorras opcionales fuera del argumento principal de una dificultad mayor.

Nuestro protagonista tiene varias barras claves en su perfil. La de magia –que se regenera por tiempo- y de salud no necesitan explicación, pero hay otra de energía que se consume realizando tareas físicas, como mover obstáculos pesados o simplemente caminar, y que necesita ser mantenida mediante alimentos; de no hacerlo, la vitalidad empezará a decaer. Ya que moriremos en numerosas ocasiones, el sistema mantiene los parámetros mejorados al combatir aunque al salir del Fate Revolution Circuit volvamos al primer nivel, lo que hace que repetir sucesivamente un mismo capítulo sea cada vez más fácil; eso sí, perderemos dinero y equipo recogido en esa partida.

Similar al Shadowgram de Z.H.P, The Guided Fate Paradox cuenta con su propia forma de mejorar los parámetros de los personajes, el Divinigram. Con el uso, las armas y armaduras van perdiendo su efectividad hasta que son evolucionadas en la herrería, lo que es una forma de hacer que el jugador vaya probando todo el catálogo. Con este sistema, al alcanzar el estado Burst obtenemos potenciadores de efectos para el protagonista y los ángeles en ataque, defensa, rapidez y puntería. Estas ventajas no se pierden al perder o salir de una mazmorra.

Hay varias particularidades respecto al rol estratégico más clásico, por ejemplo los mapas incluyen plataformas móviles, trampas y hasta mundos cúbicos. El hecho de utilizar un generador aleatorio hace que el recorrido, en cuanto a variedad gráfica, caiga fácilmente en la monotonía, pero a cambio cada partida es siempre diferente y las posibilidades de juego son muchas. Quizás, por ejemplo, prefieras evitar los peligros en lugar de enfrentarte a ellos cuando sea posible, o explorar un poco el área antes de ir al próximo reto mientras buscas ítems de todo y equipo.

La jugabilidad estratégica gustará a los seguidores de Z.H.P., pero es verdad que a algunos usuarios les puede parecer una mezcla extraña, que no llega a ser tan rápido y accesible como sería de tratarse de rol de acción con vista isométrica ni tan cerebral como el rol estratégico de tablero, en el que tienes a tu disposición la visión de todo el mapa y puedes anticipar los movimientos mentalmente –en The Guided Fate Paradox los pasillos intermedios quedan con visibilidad reducida y en no pocas ocasiones encontramos enfrentamientos imprevistos-. Es una variante del rol estratégico un poco más ligera que el habitual en cuanto al planteamiento de avance, pero en evolución de personajes es tan profundo como cualquiera de las series más veteranas. Luego hay aspectos a los que hemos tardado en acostumbrarnos, como el desplazamiento con la cruceta direccional que nos ha confundido en no pocas ocasiones al decidir la dirección a tomar.

Técnicamente el juego está a la par con Disgaea 4 o D2, animaciones 2D de alta resolución –quizás un poco menos detalladas que en los citados juegos- y entornos poligonales básicos que podemos rotar a nuestro antojo. El hecho de ser mazmorras aleatorias juega un poco en su contra, porque no tiene un decorado controlado al milímetro, pero muestra grandes cantidades de enemigos en pantalla. En cualquier caso se trata de un juego que apenas explota la potencia del sistema y el comprador de este juego sabe lo que puede esperar de NIS. En cuanto al diseño de personajes contar con Noizi Ito (La Melancolía de Haruhi Suzumiya) es un buen punto a favor y se agradece para las escenas de diálogos con los retratos de los interlocutores escuetamente animados, aunque por alguna razón al mundo del juego le falta la chispa de Disgaea, mucho más original que el elenco de ángeles vestidas de criadas que encontramos en The Guided Fate Paradox.

La banda sonora recuerda mucho, y tenemos que mencionarlo otra vez, a Disgaea. A fin de cuentas, The Guided Fate Paradox es también un enfrentamiento contra demonios –llamados aberraciones- y el tema religioso está en todos los rincones, cambiando inframundo por un reflejo del mundo de cada personaje. Muchos coros, música de órgano y melodías con violín, quizás le falte un poco de garra para tener temas más pegadizos porque la mayoría son puramente ambientales. De hecho, la música funciona casi mejor de manera independiente que durante el juego, donde pasa más desapercibida excepto en los momentos de más tensión. Eso no quiere decir que sea una banda sonora floja; tiene una de las mejores canciones introductorias que hemos oído en mucho tiempo, de estilo power metal japonés.

Conclusiones

NIS vuelve a hacer lo que mejor saben con The Guided Fate Paradox: rol y estrategia de calidad. Teniendo en cuenta que es un género en el que no es necesario un gran despliegue de presupuesto en gráficos y la relativa poca competencia que llega a Occidente parece una decisión lógica. Su último proyecto es un buen respiro para el estudio –y los usuarios-, que al igual que todos los juegos que llegarán en los próximos meses -The Witch and the Hundred Knight, Battle Princess Of Arcadias- demuestra que hay interés por ofrecer más que nuevas entregas de Disgaea.

Las aventuras de Renya no son tan redondas ni impactantes como A Promise Unforgotten o A Brighter Darkness, pero si te gusta el rol estratégico, las mazmorras impredecibles y un nuevo mundo delirante repleto de personajes carismáticos por descubrir, deberías darle una oportunidad. No todos los días te toca ser Dios en una lotería.