Análisis de Spider-Man: Edge of Time (PS3, Wii, Nintendo 3DS, Xbox 360)
Spider-Man es algo más que un simple personaje de cómic. Sus redes han atrapado a millones de personas alrededor del mundo, y su influyente imagen, así como sus aventuras, ha inspirado a adaptar sus peripecias a los más variados formatos. Y es que el personaje de Stan Lee y Steve Ditko, ha saltado de las viñetas y el papel, abandonando su concepción de creación del mundo del cómic, y se ha acabado convirtiendo en uno más. Sin permanecer lejos de los videojuegos, es quizás el cine, el formato que más ha hecho por trasladar el sentimiento y la vida de Peter Parker y la enorme carga de sus poderes arácnidos. Si Sam Raimi consiguió mantener el pulso, durante al menos, dos de sus tres películas protagonizadas por Tobey Maguire (los aficionados coincidirán con nosotros si aceptamos olvidar la nefasta y ridícula tercera entrega), no esperamos menos de Mark Webb, el próximo director escogido para semejante tarea. Su pasión por el personaje, la elección de un actor más joven (Andrew Gardfield es más acorde con el Peter Parker de las últimas versiones del universo de Spidey) y las ganas del público de ver de nuevo al trepamuros en la pantalla grande, son sus mayores bazas.
Pero centrémonos en el videojuego. Spider-Man, adaptaciones de las películas aparte, ha contado con un variado plantel de entregas para el mundo del ocio electrónico. Con diferentes perspectivas, hemos abordado mil y una historias con el superhéroe y sus villanos como protagonistas. Los resultados, como os podéis imaginar, han sido más bien dispares. Los diversos estudios que han ido contando y narrando sus acrobáticas peripecias sobre los cielos de Nueva York, no han sabido plasmar con demasiado atino aquello que lo diferencia de los demás héroes de Marvel. Spider-Man fue dando tumbos (casi a juego por año), hasta que a finales del año pasado, Beenox dio con la clave.
¿Por qué no contar una historia que enlace las más variadas versiones del personaje arácnido? Así nació Spider-Man: Shattered Dimensions, uno de los mejores juegos de Spidey en los últimos tiempos, y una grandísima aventura que apostaba por la acción y el sigilo según nos movíamos por los varios universos que contenía (Clásico, Ultimate, 2099 y Noir). El juego gozó de gran popularidad, y se llevó una excelente nota por nuestra parte. Cuando se anunció el presente Spider-Man: Edge of Time por parte de Activision, nos invadió una sensación de sorpresa. ¿Será tan bueno como el anterior? ¿Volverán a usar un argumento tan interesante? El punto de partida parecía prometedor, pero desgraciadamente, y como reza el subtítulo del juego, "el tiempo", o la falta del mismo para un desarrollo más pausado, ha acabado con gran parte de las esperanzas depositadas en esta nueva entrega.
El tiempo en sus manos
Spider-Man: Edge of Time, arranca in media-res, ofreciéndonos un suceso tan perturbador como traumático: la muerte de Peter Parker ante las manos de un Eddie Brock (convertido en Anti-Venom) desatado y más fuerte que nunca. Miguel O´Hara, el Spider-Man del año 2099, asistirá a semejante evento a través de un portal temporal. Intentará evitar el suceso con todas sus fuerzas, pero se verá desbordado por la situación, llegando demasiado tarde. Pero el argumento de Spider-Man: Edge of Time, va mucho más allá, coqueteando con las paradojas temporales y los futuros y pasados alternativos. El guión de Spider-Man: Edge of Time, gira alrededor de las ambiciones de Walker Sloan, un científico peligroso y locuaz, que trabaja para Alchamex, la corporación con la que el Spider-Man del futuro lucha día a día. Los objetivos de este científico son claros: pretende alterar el pasado, para fundar Alchamex por sí mismo, controlar al Peter Parker y cambiar para siempre la línea temporal. Miguel O´Hara se dará cuenta de esto, y se aliará con Parker para intentar evitar semejante debacle, que no solo pondría el futuro de Spider-Man en peligro, también el del mundo entero. La historia, casi la mayor virtud del juego, se irá desvelando en ambas líneas temporales, narrándonos los hechos de manera cinematográfica y espectacular, y afectando estas características argumentales a la jugabilidad del título. Al menos, en teoría.
Spider-Man: Edge of Time se vendió como una continuación mejorada de lo logrado en Shattered Dimensions. En aquél juego, los diferentes Spider-Man, conjugaban sus obligaciones para salvar su propio destino y el de sus otras encarnaciones. En Edge of Time, se introduce una variable, interesante a priori, que permite que ambos protagonistas (Peter Parker y Miguel O´Hara) interactúen en el presente del otro. Es decir, que las acciones del Spider-Man clásico, tengan una repercusión directa en el futuro de 2099. ¿Un ejemplo? Destruye ese centinela gigante para que luego, en el futuro, Miguel O´Hara no tenga que preocuparse por ello. Suena bien, ¿verdad? Pues esto se traduce, lamentablemente, en momentos demasiado encorsetados y marcados por la dirección del juego, evitándonos una mayor libertad en pos de la espectacularidad y el sentido de alta producción que intenta destilar el título la mayor parte del juego. Es una lástima, pues de haber puesto una mayor atención a este elemento, tendríamos verdaderas variables jugables en la historia del otro personaje seleccionable, con todo lo que ello significa.
El sentimiento de "oportunidad desaprovechada" también se hace patente en la jugabilidad y el control de este Spider-Man: Edge of Time. El control básico de ambos Spider-Man es prácticamente el mismo al visto en la anterior entrega de la saga, el citado Shattered Dimensions. Es decir, aunque hay ciertas innovaciones que hacen el sistema de combate ligeramente más accesible, tanto los combos, como las opciones disponibles, emanan una gran sensación de "reciclaje". Está claro, que si algo funciona, no hay motivos para cambiarlo demasiado, pero creemos que Beenox podría haber adaptado de una forma más específica la impresionante variedad de posturas, movimientos y acciones de las que es capaz de realizar el superhéroe arácnido a un título de estas características. Spider-Man y Spider-Man 2099, se comportarán en gran medida de forma idéntica a sus homólogos en el juego anterior, con un botón para realizar ataques fuertes, otros para empujar a nuestros enemigos y un último para usar las redes de la más variada forma. Los dos Spider-Man tienen habilidades diferentes, aunque en la práctica, no se diferencia demasiado el uno del otro. Los combates así, se acaban convirtiéndose en una rutina demasiado repetitiva, limitándonos a pulsar una y otra vez los botones necesarios para despegarnos de cualquier amenaza (si se pueden llamar así, más y cuando contamos con una inteligencia artificial un tanto limitada) que se nos cruce en los niveles.
Haciendo hincapié en esto último, y relacionado en parte con la misma historia de la que se hace gala en Spider-Man: Edge of Time, tenemos que destacar la cantidad de misiones y escenarios por visitar. Pero antes de que comencemos a aplaudir dicha variedad de fases por realizar y secretos (las arañas doradas ocultan vuelven para aumentar y mejorar nuestras habilidades o desbloquear trajes), debemos decir que Spider-Man: Edge of Time vuelve a fracasar, ya que nos plantea una serie de escenarios demasiado parecidos entre sí, y limitados en su exploración, que repiten descaradamente el mismo patrón visto en Shattered Dimensions: destruir a todos los enemigos para conseguir la siguiente llave o clave para avanzar, realizar un par de acrobacias y repetir acción hasta llegar al eventual jefe final.
Esto consigue aumentar la imperante sensación de "cortar y pegar" en la mayoría de las estancias y ambientes que visitemos, que dicho sea de paso, tendrán un aspecto algo descuidado, con lugares demasiado comunes y visualmente idénticos. Quizás la aparición de los nuevos desafíos (unas condiciones especiales y únicas que nos invitarán a cumplir unos objetos antes de cada combate, como no ser heridos o matar a un número determinado de enemigos), otorguen algo de variedad y brillantez a un conjunto jugable, que contra toda lógica, se nos antoja muy por debajo de la entrega anterior.
Apartado técnico: un título honesto
Spider-Man: Edge of Time, se parece mucho a Shattered Dimensions en la mayoría de sus apartados, pero obviamente, sin la maestría o brillantez de aquél. Si el juego anterior combinaba varios estilos visuales y artísticos (hasta cuatro diferentes), Spider-Man: Edge of Time los limita a dos, ofreciendo un marcado sentido realista, alejándose la concepción típica de las viñetas de pasadas adaptaciones. Ahora los gráficos son más maduros, refinados y complejos en cuanto a modelados y animaciones. Esto será patente desde el primer enfrentamiento, que servirá a modo de tutorial, y que nos dejará claras las directrices gráficas seguidas en el nuevo juego de Beenox. Si los modelados de los personajes principales y protagonistas (ambos Spider-Man) están realmente bien, los de los jefes finales, no se quedan atrás. Sin entrar demasiado en el terreno del destripe, os diremos que habrá algunos muy sorprendentes, y que lograrán que los más fanáticos del trepamuros, destapen y suelten alguna que otra sonrisa. No son muchos, no tantos como en el pasado, pero lo cierto es que están tan bien diseñados como recreados, siendo muy fieles a lo visto en las viñetas.
El motor gráfico, en líneas muy generales, luce como debería. Tanto en efectos de luz, texturas en alta definición o animaciones. Quizás se le puede achacar un diseño extremadamente repetitivo en los escenarios, que pierden brillantez conforme se desarrolla la aventura, así como en los enemigos, que se limitarán a repetir un mismo patrón visual. Estos dos fallos, lastran mucho un look que funciona con el personaje, y que representa bastante bien lo que debería ser un juego prototípico de Spider-Man más allá de las habituales y consabidas adaptaciones de películas a los videojuegos.
A nivel sonoro, la banda sonora destaca especialmente, con un par de melodías sinfónicas muy interesantes, y con un doblaje al inglés francamente perfecto (Josh Keaton y Christopher Barnes vuelven a interpretar a los dos Spider-Man protagonistas, y Val Kilmer hace un papel muy destacable como Sloan, el villano de la historia), así como con unos efectos de sonido multicanal lo suficientemente curiosos como para hacerles mención. El juego, por su parte, se presenta con textos en castellano.
Conclusiones finales
Spider-Man: Edge of Time, debía ser un juego mucho mejor de lo que finalmente ha acabado siendo. Y no nos referimos a lo creemos que debería ser, o lo que pensamos que podría haber sido como analistas, redactores o aficionados. No. El juego conforma e intenta transmitir una sensación y una ambición de gran producción, que a efectos prácticos, no se traslada ni traduce en ninguno de sus apartados (más allá de la historia). Edge of Time, podría haber sido, con un mayor cuidado en el sistema jugable y el diseño de escenarios, un juego más redondo que Shattered Dimensions. Lamentablemente, el resultado final acaba revelándose muy mediocre, como si de una pequeña expansión o actualización se tratase.
Beenox no ha conseguido disipar las lacras que afectaban a la entrega anterior, y lo que es peor aún, las ha vuelto a destapar de una forma patente. Spider-Man: Edge of Time es un juego repetitivo, poco original, y algo descuidado. Solo los más fanáticos del personaje, y aquellos que quieran jugar a algo remotamente parecido en muchos aspectos al venerado Shattered Dimensions, sabrán sacarle algo de jugo. Para los demás, puede que Spider-Man haya caído, una vez más, al fondo de la red. Esperemos que en la siguiente entrega, el superhéroe vuelva por mejor camino. Beenox tiene potencial para ello. ¡Nuestro sentido arácnido nos lo anticipa!