Análisis de Sonic the Hedgehog 4: Episode II PSN (PS3, Android, iPhone, Xbox 360, PC)

En 2009 se dio a conocer Project Needlemouse, la que sería la cuarta entrega de Sonic que volvía a las plataformas en dos dimensiones para alegría de sus seguidores, continuando las geniales aventuras de los años noventa en Mega Drive. Se anunció para las plataformas digitales de descarga y en formato episódico, algo que ya no gustó tanto a los fans, que cuando pudieron poner sus manos sobre Sonic the Hedgehog 4 Episode I descubrieron que ese no era el erizo azul que recordaban, con un extraño control y sobre todo físicas, que hacía que se quedara clavado en los saltos y corriendo, sin inercia, lo que tiraba por tierra la sensación de estar jugando un Sonic 2D.

Aunque se ha hecho demasiado de rogar, la espera a nadie le ha importado demasiado gracias a dos grandes títulos de la saga como Sonic Colours y Sonic Generations, y dos años después se continúa esta cuarta entrega con un segundo episodio, que viene con la lección bien aprendida y dispuesto a hacer las cosas mucho mejor.

Se incorpora Tails a la aventura, el simpático zorro de dos colas, lo que conlleva nuevos movimientos, un modo multijugador para dos jugadores tanto local como a través de internet, y sobre todo una rectificación en el movimiento de Sonic, que por fin tiene inercia.

Este pequeño pero importante detalle hace que la jugabilidad se sienta bastante diferente, mucho mejor que en el primer episodio, y que sea muy disfrutable. Siguen sin ser unas físicas y movimientos tan buenos como en las entregas clásicas, o incluso Generations, pero la mejora respecto al episodio 1 es muy grande. Un Sonic que es de los menos rápidos que recordamos, un tanto pesado, como si le "pesara el culo", poco ágil, y que paradójicamente se queda como flotando en los saltos. Hay camino que recorrer y mejorar para un posible tercer episodio, pero nos gusta bastante lo que se ha logrado aquí, tras el mal sabor de boca que dejó el anterior, y nada de esto impide que disfrutes y te diviertas bastante jugando.

El otro gran añadido a la jugabilidad es la compañía de Tails, que si jugamos solos lo maneja la CPU, como en Sonic 2 de Mega Drive, entrega a la que se homenajea de muy diversas maneras. En un "amago" de retomar un jefe de aquel juego, un detalle que entenderéis cuando veáis, algunos enemigos, las fases de bonus, y sobre todo, una fase en la que Sonic va surcando el cielo sobre una avioneta que pilota Tails, al igual que en el tramo final Sonic the Hedgehog 2 de 1992.

La incorporación de Tails se nota más de lo que lo hizo en el juego de los 90, ya que permite nuevos movimientos combinados con Sonic, que toman bastante protagonismo en la jugabilidad. No todos están disponibles cuando empezamos a jugar, y se van incorporando a la aventura poco a poco. Tenemos un botón para pedir su ayuda, y depende dónde lo hagamos, tendremos diferentes resultados. Si lo hacemos en el aire, Tails nos agarrará en el llamado combo cóptero, y nos llevará volando un rato hasta que se canse, lo que nos puede salvar de alguna caída o llevar a lugares inaccesibles con las habilidades de Sonic. Si pedimos su colaboración debajo del agua, tendremos el combo submarino, con el que también nos agarra y permite movernos más rápido dentro de este elemento –que tiene bastante protagonismo en varias fases-, ya sea para superar obstáculos y trampas o para salir a la superficie, ya que si pasamos demasiado tiempo sin oxígeno –y no respiramos de las burbujas-, Sonic se puede ahogar, con la cuenta atrás clásica.

Y si sobre tierra usamos la ayuda de Tails, haremos el combo giratorio, con el que Sonic y Tails se unen en una mortífera y rápida bola que arrasa con todo lo que pilla, que solo se mueve en un sentido, y que acaba al tercer golpe. Estos movimientos combinados los podemos usar a nuestro antojo una vez están disponibles, pero también el juego nos plantea situaciones en las que estamos obligados a usarlos, algo que indican en unas pantallas en el escenario, representando la acción. Esto de poder volar y llegar a cualquier lugar puede sonar a que rompe demasiado el juego y lo hace muy fácil, pero no es así, y el diseño de niveles está bien pensado para que no abusemos de estas acciones, que apenas sirven en ciertas fases.

Luego además Sonic mantiene sus clásicos ataques como el torbellino –las "españolización" del más conocido como Spin Dash-, o el ataque teledirigido -Homing Attack-, con mucho peso en la jugabilidad de Sonic 4. Recogemos anillos, hay puesto de estrella que hacen las veces de checkpoint, y cajas con diversos ítems, como los 10 anillos, los superzapatos, el escudo que nos protege -al menos un toque- de enemigos y trampas, la invencibilidad, y la vida extra, que se consigue también y como siempre obteniendo 100 anillos. Vamos, todos los elementos clásicos. Luego hay un ítem nuevo, que se ve muy poco, la combinación especial. Sonic y Tails rebotan por todo el escenario, a lo loco, destruyendo a los enemigos con los que se cruzan, y nosotros tenemos que machacar un botón mientras, consiguiendo un gran número de puntos y anillos. Una novedad que no aporta nada a la jugabilidad, una simple curiosidad.

Empezamos con un mundo disponible, Zona Sylvania Castle, con naturaleza y ruinas, con una segunda fase acuática y un tercer acto precioso, por la noche. Tres pantallas y un jefe, que en esta ocasión son unos enfrentamientos finales elaborados, bastante espectaculares y algo complicados, exigiéndonos un poco, a diferencia de los del episodio 1. Tras esto desbloqueamos otros dos mundos, White Park y Oil Desert. El primero nieve y un parque de atracciones, y donde nos enfrentaremos a Metal Sonic por primera vez en una frenética carrera, siendo otra de las novedades, la aparición y protagonismo de este personaje. La segunda zona es de arena y petróleo, en uno de los mundos que quizás menos nos han gustado, un poco feo por momentos.

Superados estos tres mundos podemos jugar en Sky Fortress, con algunos de los mejores momentos de todo el juego, y donde aparecen Tails y su clásica avioneta, en una fase muy divertida. Tras superar sus tres actos y el jefe, llegaremos a Death Egg mk.II, con una de las pantallas de "las de correr" que más nos han gustado en Sonic alguno, y el jefe final. Por tanto y recopilando, tenemos cuatro mundos con tres fases y un jefe cada uno, más un mundo final con una fase y un jefe. Una duración mayor que la del episodio 1 y que podría estar casi a la altura de la de un Sonic clásico.

Tiene fases peores y mejores, como es lógico, todas bastante largas, y algún momento puntual complicado y que corta bastante el ritmo, con secciones 100% plataformeras que impiden que muchos de los niveles te los puedas pasar del tirón corriendo. Estas situaciones aportan variedad, y no vienen mal, pero disgustarán a los que les gusta la faceta esprínter del erizo. También a algunos les molestarán los momentos acuáticos, un poco abundantes, aunque es algo muy subjetivo. Cada pantalla tiene escondido un anillo estrella roja, difícil de encontrar o recoger, y siempre podemos rejugar las fases en el modo contrarreloj, intentando superarlas en el menor tiempo posible para escalar puestos en los marcadores en línea, que se irán "calentando" poco a poco. Y además, nos quedarían las fases de bonus.

Si llegamos al final del nivel con al menos 50 anillos aparecerá uno enorme especial al lado del cartel de Robotnik, como en el primer Sonic de toda la saga, o el episodio 1 de esta cuarta entrega. Si lo atravesamos, llegaremos a las fases especiales, que homenajean o mejor dicho copian directamente las fases de bonus del Sonic 2 de Mega Drive. Avanzaremos hacia delante por un camino circular controlando a Sonic o Tails –o ambos en el multijugador- recogiendo el mayor número de anillos posibles, para poder pasar los puntos de control. El primero puede pedir 100, el segundo 200 y el tercero 300, y al final la recompensa será una Chaos Emerald. Hay siete de estas fases especiales, una por esmeralda, y se van complicando poco a poco bastante, con trampas y otras tretas, convirtiéndose en algo en lo que importa casi más memorizarlas que nuestra habilidad.

En lo que respecta al multijugador, se puede jugar de manera local el modo cooperativo, siendo un jugador Sonic y el otro Tails, o esto mismo a través de internet. Se ha resulto bien, y la experiencia no cambia demasiado, no hay ninguna pantalla partida ni nada raro, simplemente el jugador que va más adelantado va "tirando" del scroll, y si el otro se queda demasiado atrás y se cae de la pantalla, pulsando repetidamente el botón de salto acabará en el lugar del otro. Cada personaje tiene sus habilidades, Tails volar, Sonic el ataque teledirigido, y conviene colaborar claro. Este modo cooperativo es un poco caótico a veces, la cámara hace extraños, pero no deja de ser un buen añadido para quien quiera jugar en compañía. Nos hubiera gustado y mucho un modo competitivo, como aquel de Sonic 2 a pantalla partida que era muy divertido, y no entendemos muy bien por qué se lo han olvidado (¿alguien dijo DLC?).

Quienes compraron Sonic 4 Episode 1 tiene su recompensa, un episodio extra protagonizado por Metal Sonic, del que tampoco os vamos a estropear demasiado la sorpresa, pero básicamente consiste en rejugar el primer episodio con este personaje, de una manera un poco más complicada. Muchos pedían un enlace mayor entre ambos episodios, por ejemplo que se pudieran jugar del tirón como un único juego, pero al menos algo es algo, y han tenido un pequeño detalle para los que tienen los dos episodios.

El apartado gráfico es fantástico, se mueve super fluido, con una tasa de imágenes estable como una roca, incluso más que en Sonic Generations, entrega respecto a la que es muy continuista técnicamente. El diseño artístico es más o menos acertado dependiendo del mundo, con efectos muy buenos y unos entornos con mucho detalle, y hay dos o tres fases con algunos de los escenarios, o más bien fondos, más bonitos que hemos visto en un Sonic. En cambio de la música tenemos que decir todo lo contrario, es horrible. Entendemos lo que han pretendido, crear melodías retro, similares a las de las entregas de Mega Drive, pero no pueden estar más lejos de conseguirlo. Hay dos o tres temas buenos, o más bien pegadizos, pero hay otros que no se salvan, que sientes que de un momento a otro te van a sangrar los oídos (ya, es un poco exagerado, permitidnos la licencia).

En especial destacar negativamente la música de los jefes, enfrentamientos bastante largos que pueden llegar a dura hasta cinco minutos, en los que tenemos que estar soportando una melodía de muy mal gusto. A otro juego se lo perdonaríamos, pero si algo siempre fue bueno en los Sonic fue la música, y es una pena que no se haya cuidado más este aspecto, un tirón de orejas para el que dio el visto bueno a esta banda sonora.

Un buen Sonic en dos dimensiones

Como seguidores de la saga y el personaje lo hemos disfrutado mucho, y evidentemente, lo recomendamos encarecidamente a todos los fans del erizo azul de Sega. Puede que no esté a la altura de las entregas de Sonic en Mega Drive, o que no iguale la brillantez de algunos de los momentos 2D de Sonic Generations, pero eso no quita que sea un gran Sonic, muy divertido. No vamos a entrar a valorar en si es caro o no (13 euros), es algo subjetivo y que va en el bolsillo de cada uno, y al fin y al cabo en su día, en los tiempos de Mega Drive, se pagaba cuatro veces más por títulos de una duración similar.

Nos gusta cómo Sega ha escuchado a los seguidores del personaje y ha corregido en gran medida los errores cometidos en el anterior episodio, y se disfruta mucho más que aquel, sin duda alguna. Los aficionados al personaje no deberían perdérselo, ya sea a precio de lanzamiento o dentro de un tiempo rebajado, y a quienes simplemente les gusten las plataformas, están aquí ante un buen título descargable. Lleva Sonic una buena racha con sus últimos títulos en la que nos está dando más alegrías que disgustos, y esperamos que continúe está línea ascendente y siga recuperando a base de buenos juegos la fama y el prestigio de sus mejores años, que nunca debería haber perdido.