Análisis de Racquet Sports (PS3, Wii)
Las comparaciones son inevitables. Con el lanzamiento de Wii, Nintendo dejó claro que la industria del videojuego es impredecible, y lo que en principio parecía una evolución considerable -como los gráficos o la alta definición- ha sido, entre comillas, olvidado para dejar paso a un control mucho más apurado y preciso, con nuevos mandos de control para hacer sentir al jugador una experiencia de juego mucho más gratificante que con un mando convencional. Lo vimos con el lanzamiento de Wii: multitud de títulos de todo tipo en los que las desarrolladoras proponían al jugador adaptarse cómodamente a nuevos patrones de videojuegos, como los deportes, anclados anteriormente a una consecución de botones que quizá no era lo más intuitivo posible. Y gracias al movimiento de Nintendo, hoy tenemos en el mercado PlayStation Move -y en un futuro, Kinect, de Microsoft-, que acaba de ser lanzado al mercado junto con una serie de títulos que pretenden enseñarle al jugador ocasional lo que es estar dentro de un videojuego.
Los deportes, como comentábamos, no están extensos de protagonismo. Y en este caso ha sido Ubisoft la que ha decidido lanzar un título aprovechando la ergonomía y las posibilidades de Move, y que, de hecho, se trata de una obra que ya apareció en su día para la consola de Nintendo. Racket Sports propone una serie de deportes de raqueta en el que el jugador es el protagonista, obligándole a levantarse del sofá para realizar los más perfectos lanzamientos de pelota. Viendo las capacidades de Move, y lo aprendido hasta el momento con la máquina de Nintendo, el resultado esperado debería ser, cuanto menos, igual -sino superior- al de la experiencia ofrecida en la consola pionera de los controladores por movimiento. Sin embargo, la realidad es completamente distinta, puesto que Racket Sports es uno de esos títulos que, si bien es cierto cuentan con una idea configurada como muy prometedora, no logran el resultado deseado, con una jugabilidad que dista mucho de lo que debería ser jugar al tenis, bádminton o los diferentes deportes que ofrece la compilación.
Similar a lo que en un día fue Wii Sports, Racket Sports pretende que los jugadores ser armen de valor y se planteen la posibilidad de jugar, en el propio salón de su casa, a juegos que requieren cierto entrenamiento y unas disposiciones que quizá no cuajan con el estilo de vida del usuario. Tenis, bádminton, ping-pong, squash y tenis de playa son los deportes que se han escogido para la ocasión, cada uno con sus propias reglas -que podremos consultar en cualquier momento en el menú de pausa, para aquellos quienes tengan dudas- y jugabilidad. Eso sí, los deportes escogidos son tan parecidos entre sí que apenas habrá distinción para el jugador que quiera pasar un rato jugando con la videoconsola sin demasiadas complicaciones.
Nada más comenzar, la obra propone calzarnos las botas de uno de los diez personajes disponibles, teniendo a la entrenadora profesional -que nos dará consejos de vez en cuando- bloqueada hasta que cumplamos una serie de retos. Dichos personajes no tienen atributos especiales que designen nuestro modo de juego, sino que lo único que cambiará -y cambiaremos de ellos durante el transcurso de las partidas- será el vestuario y si estamos delante de un hombre o mujer. El juego no permite la caracterización de nuestro propio corredor, un detalle algo fuera de lugar teniendo en cuenta la cantidad de modos de juego que ofrece el título y de que tendremos un modo Carrera en el que potenciar a nuestros participantes.
Donde mejor parado queda este Racket Sports es en su cantidad de modos de juego. Además del típico modo exhibición donde podremos jugar una serie de partidos del deporte escogido, tendremos acceso al modo carrera, ideal para llevar a nuestro personaje a lo más alto; el modo fiesta, perfecto para jugar partidas alocadas en compañía; y algunos modos amistosos para evitar piques y practicar un poco nuestro tiro. Por suerte, el videojuego cuenta con un -más que recomendado- modo entrenamiento para aprender las bases de cada deporte, así como algunos retos divertidos en los que tendremos que dirigir la pelota a un lugar determinado para ganar puntos y perfeccionar nuestra técnica.
Hasta aquí todo parece correcto. La obra propone una serie de deportes similares que perfeccionar y modos de juego para aburrir acondicionados de un nuevo mando de movimiento que promete hacer las delicias de todos los curiosos que se atrevan a jugar con él. Sin embargo, como hemos comentado con anterioridad, la jugabilidad no está bien llevada, y eso se nota desde la primera partida. No es que el mando no responda a las ordenes del jugador, sino que se debe a una mala calibración de los patrones que tenemos que hacer. Por ejemplo, no importa cuan fuerte golpeemos la pelota en el ping-pong, puesto que nuestra pelota no saldrá nunca de la mesa; amen de la cantidad de raquetazos de dudoso ángulo que acaban por colarnos nuestros contrincantes.
Es posible que más de uno se pregunte si la calibración con la PlayStation Eye ha sido la responsable de la mala calibración. La respuesta es no. No importa la cantidad de veces que configuremos el mando -de hecho, cada vez que comenzamos un partido la obra nos "invita" a calibrarlo una y otra vez-, ni la distancia a la que juguemos. Racket Sports juega con sus propias reglas, dejando al jugador una sensación de descontrol frente a otros títulos del género. Otro de los ejemplos es en el tenis, intentando llevar la pelota a un punto en concreto. Es francamente difícil llevar la pelota al lugar deseado, teniendo que marcar el movimiento exageradamente, dando una sensación de anti naturalidad muy poco bien vista.
Pero no sólo el control está descompensado en Racket Sports, sino también los jugadores que aparecen en pantalla. En el ping-pong, sin ir más lejos, nuestra raqueta se moverá de un lado a otro como si estuviésemos realmente jugando al deporte, pese a que nuestro mando esté perfectamente quieto en nuestras manos. Este ínfimo detalle hace que cuando nosotros queremos recibir la pelota, en función de dónde esté la pala nos salga un tiro u otro, aleatoriamente, sin posibilidad de control. Es realmente frustrante que un título de esta envergadura, que invita a los jugadores a practicar nuevos deportes, tenga un control tan deficiente, sobre todo después de haber visto las maravillas que el nuevo mando de Sony puede hacer. Parece ser que Ubisoft se ha limitado únicamente a actualizar el videojuego lanzado en Wii en cuanto a gráficos y añadir un par de movimientos nuevos -que lógicamente no funcionan como el jugador espera- para aprovechar el lanzamiento del juego.
Por otra parte, y este es uno de los elementos que si se hubiese conseguido un buen control hubiese aumentado considerablemente las horas de diversión, la obra propone una serie de desbloqueables para hacer los deportes más competitivos. Diferentes tipos de raqueta y ropa para nuestros jugadores, y modos online para competir con jugadores de todo el mundo prometían, cuanto menos, hacer que el videojuego no cayera olvidado en el olvido tras las primeras semanas de juego. No obstante, el control acaba con toda la sensación de diversión que pudiera ofrecer la obra.
En la parte técnica, Racket Sports cumple sin más. No estamos delante de un videojuego que requiera demasiados efectos o detalles de alta definición, sino que se limita a ofrecer una serie de personajes simpáticos en entornos muy coloridos para aprovechar las peculiaridades de la alta definición. Los deportistas tienen buenas animaciones, aunque no correspondan al movimiento del jugador, y el hecho de que se muevan automáticamente en los deportes que así lo requieran juega a favor del usuario, que no necesitará mandos adicionales o pensar en hacia dónde ir. La música sigue la misma estela de los gráficos, es decir, cumple sin más, con una voz que nos orientará cada vez que marquemos un punto y que nos ayudará de vez en cuando a saber cómo hacer frente a los retos.
En definitiva, Racket Sports dista mucho de lo que por regla general suelen ofrecer los videojuegos. Es cierto que estamos ante un título de primera remesa, que lo único que busca es aprovechar el lanzamiento del periférico de Sony para asegurase un buen número de ventas. Quizá sea por eso y por las prisas que los chicos de Ubisoft no han sabido adaptarse a Move, ofreciendo un control muy por debajo de lo aprobado y desaprovechando una ocasión perfecta para darle a los jugadores una lección de tenis, bádminton y los demás deportes que incluye el disco. Una pena.