Análisis de OutRun Online Arcade PSN (PS3, Xbox 360)
Hubo una época en la que los salones recreativos se llenaban de jóvenes dispuestos a gastarse la paga semanal jugando a títulos que nunca verían la luz en sus videoconsolas. Juegos de pelea callejera, de tiroteos y conducción reinaban el ambiente, ambiente que por desgracia no aguanto el tipo contra la expansión de los videoconsolas caseras, cerrando muchos locales y negocios dedicados al entretenimiento digital.
No obstante, muchas de las joyas que pudimos ver en los salones del barrio han ido apareciendo paulatinamente a las videoconsolas de hoy en día, ya sea mediante una recopilación al más puro estilo Namco Collection o empleando los nuevos sistemas de descarga a través de la red. Sea como fuere, en los salones se concibió uno de los videojuegos arcades más vistosos, adictivos y frenéticos que existen en el mundillo: Out Run, cuyas ediciones posteriores se lanzaron tanto para Xbox como para Playstation 2, Playstation Portable e incluso compatibles. Por suerte la cosa no acaba ahí, sino que gracias a los métodos de descarga, los usuarios de Playstation 3 y Xbox 360 pueden disfrutar de uno de los juegos más divertidos y adictivos de lo que llevamos de año: OutRun Online Arcade.
Misma misión. Misma chica
Si bien es cierto que OutRun carece de una historia clara, la misión -para los despistados- es de lo más sencilla: impresionar a nuestra chica. El cómo hacerlo es la base para ofrecer el grado de diversión justa que mantiene enganchado al jugador hasta que termina la carrera, es decir, conduciendo a lo loco por la costa estadounidense intentando sortear los obstáculos que se nos presentarán en carreteras. La cosa no será nada fácil, pues aparte de la trepidante aventura de conducir alocadamente tendremos que ir contra el tiempo, sino no tendría gracia, claro está.
Para llevar a cabo nuestro cometido tendremos que conducir uno de los diez Ferrari que tenemos a nuestra disposición desde el primer momento, cuyos motores no tardarán en llevarnos a velocidades vertiginosas incluso cuando estemos derrapando. La distinción entre coches no va más allá de la estética visual y el color que nosotros escojamos para nuestra "bestia", por lo que todos los vehículos parten con la misma ventaja.
Una jugabilidad endiablada
La baza fundamental por la que ha apostado la desarrolladora en esta novísima versión de la serie es exactamente la misma con la que debutó en los ochenta: su jugabilidad. Aprender a llevar nuestro super coche no nos costará más de unos minutos, aunque controlarlo en su totalidad, así como hacer unos tiempos imposibles será una tarea que pocos jugadores conseguirán. Controlaremos el coche con el stick analógico de la consola, dejando los botones frontales del mando para cambiar la cámara o cambiar de marcha -en el caso de que seleccionemos la transmisión automática- y acelerando y frenando con los gatillos correspondientes.
De esta manera de lo único que tenemos que preocuparnos será de conseguir velocidad y aguantar sin chocarnos o desestabilizarnos, en cuyo caso rebotaremos de tal manera que en apenas un segundo volveremos a la pista, sin perder demasiado tiempo ni atrapándonos de manera que tengamos que reiniciar la partida.
Por otra parte no bastará con dominar el pedal del acelerador, sino que tendremos que ir, a medida que vayamos practicando, controlando el sistema de derrapes y rebufos el cual ya se implementó de manera perfecta en su versión original. Será vital controlar los derrapes, pues los tramos de pista por los que pasaremos estarán repletos de curvas y giros imposibles que, debido a la velocidad de nuestro bólido, tendremos que sortear como mejor podamos. Para realizar un rebufo tan solo tendremos que frenar un poco y girar la palanca de control, controlando el ángulo de giro y aguantándolo hasta que termine la pista, sumando puntos adicionales en el marcador y ganando esas décimas que siempre faltan al final de la competición.
La jugabilidad es sencilla, clara y concisa. No existen errores en el esquema jugable de Sumo Digital -encargados de la versión-, de la misma manera que no existía en anteriores entregas. Estamos ante uno de los títulos más directos que existen, por lo que si somos jugadores puristas, que disfrutan conduciendo de manera técnica y esquemática aquí no serán bienvenidos. Hay que hacer hincapié en el detalle de las partidas cortas debido a que el juego es un sin fin de continuaciones y nuevas propuestas -en forma de carriles alternativos-, pues en definitiva estamos ante una ampliación de un juego basado en una recreativa. Es decir, a medida que vayamos gastando gasolina tendremos la posibilidad de escoger entre diferentes bifurcaciones -unas más fáciles que otras- que generan el mapa de la aventura, ya que, pese a que siempre comenzaremos desde el mismo punto de partida, el resultado final de la partida -y la secuencia final- variarán en función del lugar en en el que nos encontremos. Hay que olvidarse de intentar abarcar el juego en su totalidad en las primeras partidas, pues debido al gran número de alternativas direccionales -incluyendo bosques, costa, playas, etc- será imposible hacerlo de manera rápida.
¿Cansado del arcade?
Además de contar con el modo arcade, ideal para recordar nuestras mejores partidas en la recreativa, Sumo Digital ha provisto a esta nueva versión del título algunos modos de juego para completar el producto. De este modo contaremos con el ya conocido modo contrareloj, en el que tendremos que superar una y otra vez nuestras mejores marcas para convertirnos en el rey de la carretera, ayudándonos, como no, del conductor fantasma.
Sin embargo, el mejor modo para un solo jugador es el modo ataque al corazón, en el que nuestra querida e insaciable novia nos propondrá una serie de objetivos a cumplir en medio de la carretera, como puede ser adelantar un coche específico, romper la barrera ficticia que hay entre dos coches, recoger las monedas repartidas por los carriles, etcétera. A medida que vayamos cumpliendo sus exigencias iremos ganándonos su "amor", y, si no queremos que la partida termine prematuramente, más nos vale tenerla contenta.
Como novedad palpable, y elemento que dota de subtitulo a la obra, el componente online hace aparición con el fin de llevarnos hasta las carreteras del infierno acompañado de varios amigos. Sin embargo no es oro todo lo que reluce, pues el juego en línea cuenta con algunos detalles que dejarán frío a los seguidores más dedicados. Para empezar todo el tráfico existente en las carreteras de los modos para un jugador se evapora para dejarnos carretera libre en una mayor dedicación en la carrera. Esto es bueno y malo a su vez, más que nada por el hecho de contar con seis corredores en un mapa que, al no ser un circuito cerrado, puede ser la perdición para los "piques" entre colegas. Puede ocurrir que en los primeros minutos de juego los corredores se encuentren cercanos, pero si seleccionan bifurcaciones distintas o existe mucha distancia entre éstos la sensación de estar compitiendo -o simplemente de estar acompañado- desaparece por completo.
Además, el juego carece de rankings o tablas de clasificación en su vertiente online, lo que nos deja con la sensación de lo que podría haber sido y no fue, sobre todo si tenemos en cuenta que el modo online pasa a ser un modo importante desde el primer momento en el que el juego se vende como tal.
Más de lo mismo
Claro está que OutRun Online Arcade no llega al techo gráfico que otros exponentes del género sí han rozado, aunque tampoco lo pretende. El modelado de los coches, personajes y escenarios está lo suficientemente detallado como para contentar al jugador, así como la paleta de colores tan alegre y vistosa. Lo que funciona a las mil maravillas es el motor gráfico, que consigue aguantar el tipo en todo momento, evitando ralentizaciones o molestias jugables que mermen la experiencia de juego. Quizá en alguna ocasión haya una pequeñísima -y casi imperceptible- bajada de imágenes por segundo en el modo de ataque al corazón, pero nada lo suficientemente grave como para hacernos perder la partida o tiempo.
Por otro lado la selección musical del título no será nada del otro mundo. Tendremos las melodías que han acompañado a la serie durante todas sus versiones, como son Splash Wave o Magical Sound Shower entre otras. Cierto es que la selección de música es algo limitada con los tiempos que corren (sobre todo si la comparamos con otros exponentes del género), pero ésta cuenta con la suficiente calidad como para no importarnos repetirlas una y otra vez. Además, el juego es ideal para jugarlo en partidas rápidas y cortas, por lo que carecería de sentido proveer a la obra con una lista interminable de temas que posiblemente no llegaríamos a oír en su totalidad. El juego nos ha llegado en perfecto castellano, tanto los textos como las -pobres- voces que nos irán indicando algunos parámetros del juego, como los míticos check point (punto para añadir tiempo al marcador) o el aviso de fin de partida.
Si no tienes un Ferrari es porque quieres
OutRun Online Arcade se presenta como uno de los títulos imprescindibles dentro del mercado de descargas digitales. Gracias a su increíble apartado jugable, a su vertiente online tan adictiva -aunque mal aprovechada- y a sus características, que se mantiene intacta desde los años ochenta, podemos afirmar que estamos ante uno de los juegos de conducción arcade mejor llevados hasta la fecha. Además, por si eso fuera poco, la obra ha salido a un precio más que interesante y asequible, costando 800 Microsoft Points en Xbox 360 y 9,99€ en la máquina de Sony. Todo un lujo a un precio completamente ridículo.