Análisis de Outland PSN (PS3, PC, Xbox 360)
Existen juegos sobre los que es realmente complicado empezar a escribir y Outland es uno de ellos. Son muchas las cosas que merece la pena contaros y las ideas, tras probarlo intensamente durante unos días, se amontonan sin orden como si quisieran salir todas juntas a intentar explicar sus virtudes. ¿Hablar de su espectacular diseño, o de su contagiosa adictividad, antes que de su extraño argumento o su completo cooperativo? Aunque no es lo habitual, y para que os animéis a seguir leyendo tenemos que deciros que estáis ante uno de los mejores juegos descargables lanzados este año. Os contamos el porqué.
Ya desde el principio notamos que Outland va a ser distinto, y es que por ejemplo, nos llega bajo el sello de una gran distribuidora, Ubisoft, hecho poco frecuente en juegos descargables. Seguimos con buen camino al conocer a sus creadores. Housemarque, es un pequeño estudio independiente finlandés especializado en juegos descargables, y con pocos, pero muy notables juegos en su curriculum entre los que podemos citar el remake del clásico Super Stardust, o el más reciente Dead Nation.
La eterna lucha entre el bien y el mal, el orden y el caos
Outland nos mete en la piel de un anónimo guerrero ancestral que desde tiempos inmemoriales tiene el objetivo de mantener el equilibrio entre el orden y el caos. Su lucha es tan cruel y continua que sufre continuas pesadillas que en realidad son nuevas aventuras en otros tiempos. Sus aventuras datan de hace más de 30.000 años y sus rivales son tan extraños como difíciles y entre los que se encuentran las hermanas gemelas que simbolizan el espíritu del bien y del mal.
Bajo este extraño argumento, que realmente es anecdótico y sobre él poco volveremos a saber durante el transcurso del juego, nos encontramos con un juego que mezcla plataformas y acción basándose en el típico scroll lateral en dos dimensiones. Un estilo de sobra conocido por todos, y que gracias a los juegos descargables, vuelve a estar plenamente de moda con excelentes títulos como Limbo, Bionic Comando 2, etc.
Nuestro guerrero está dotado de unas características atléticas de primer nivel, y como es habitual, podrá correr, saltar entre paredes, agarrarse a salientes, agacharse o rodar por estrechos pasillos. De inicio, estará armado con una espectacular espada ninja aunque más adelante podrá ir adquiriendo nuevas y potentes armas, un golpe más fuerte, y un haz de energía, que eso sí solo podremos usar durante breves segundos. Su salud depende de unos corazones verdes que podemos ir recogiendo por el escenario, y que afortunadamente, casi siempre aparecerán en los momentos más necesarios.
El objetivo como también es habitual, es ir recorriendo el escenario superando trampas, y plataformas, eliminando enemigos, abriendo puertas, recogiendo dinero, y otros objetos valiosos en busca del final de nivel, que por supuesto, estará custodiado por un peligroso jefe final. Durante la aventura iremos adquiriendo nuevas mejoras, como un incremento de velocidad, más corazones de salud, o nuevos movimientos que serán necesarios seguramente pocos segundos después. En este sentido no tendremos la habitual tienda de mejoras y objetos, sino que las encontraremos dentro de la aventura.
Azul y rojo, dos colores enfrentados
La confrontación entre el bien y el mal, la luz y la oscuridad es una constante durante toda la aventura, y nuestro héroe pasará de un bando a otro continuamente según lo que le interese más. El cómo se produce este cambio es uno de los factores más interesantes del juego y está basado en el color. De inicio, nuestro héroe, es una sombra negra con adornos amarillos al que afectarán todas las trampas y enemigos que podemos encontrar. Según avancemos en la aventura, adquiriremos la habilidad de poder transformarnos en un espíritu de la luz, convirtiéndonos en un guerrero azul, o en un espíritu oscuro, transformándonos en una sombra de color roja, pudiendo ir alternando entre los mismos simplemente pulsando un botón.
Más allá del simple cambio de color, el encarnar un espíritu u otro, hace que nos afecten o no las trampas, las plataformas y los enemigos de cada color, haciendo que tengamos que cambiar entre espíritus, a veces incluso durante un salto, para conseguir que se active la siguiente plataforma. De hecho, este sistema nos plantea una curiosa dualidad. Hablando claro, sí estamos de azul, no nos afectarán ninguna de las trampas ni disparos de ese color, y a la vez nuestros golpes sólo afectarán a los enemigos rojos. En un mundo ideal las fases serían de un mismo color, pero en Outland los cambios entre ambos, tanto para salvar plataformas, como para acabar con enemigos, son continuos y frenéticos.
Este especial aliciente le da un toque de novedad a un género muy "trillado" ya, y hace que este juego destaque especialmente. Los escenarios están repletos de enemigos, primero encontraremos arañas y otros insectos, pero enseguida pasaremos a los guardianes, plataformas, y trampas de diseños inverosímiles, algunas tan espectaculares que parecen esas increíbles fuentes de agua. El nivel de zoom es variable, y se ajustará automáticamente en cada pantalla, pudiendo llegar a ser tan alejado que incluso nos cueste distinguir a nuestro carismático guerrero.
Difícil y preciso, como todo buen plataformas
La aventura consta de cinco mundos, basados en la jungla, el inframundo, la ciudad o el cielo, y que constan a su vez de varias fases cada uno, siendo necesario a veces dar varias vueltas entre ellos para buscar llaves o tesoros ocultos. Cada uno de ellos acaba con el habitual jefe final, y donde encontraremos desde enemigos realmente gigantes en cuanto a tamaño, como otros más pequeños pero muchos más hábiles, y que sin duda nos exigirán pensar una estrategia, averiguando sus puntos débiles.
La dificultad, que no es seleccionable, es exigente y como todo buen plataformas existen ciertos momentos, pocos, eso sí afortunadamente, casi exasperantes, en los que tendremos que ajustar de forma milimétrica nuestra precisión y habilidad y repetir multitud de veces diversas salas, enemigos, o trampas. Como es habitual encontraremos "checkpoints" aunque no de forma muy frecuente. También existen ciertos momentos puntuales realmente complicados y en los que incluso será inevitable ser golpeado por un enemigo o una trampa, teniendo que escoger nosotros lo que nos haga perder menos tiempo o salud, por ejemplo.
Aparte del modo historia, tenemos también un modo arcade, disponible únicamente para los mundos que hemos desbloqueado, y que simplemente consiste en repetir el nivel con un tiempo límite, que lo hace realmente complicado. También podremos jugar en modo cooperativo, exclusivamente vía Xbox Live, y en el que podemos escoger entre jugar el modo campaña, el modo arcade, o una serie de desafíos creados exclusivamente para el cooperativo. El poco número de jugadores disponibles hace que se pierde un modo de juego que hubiera sido realmente interesante incluir también como local.
La suma de duración, dificultad y otros modos de juegos, nos da una vida útil realmente larga para este juego en nuestro disco duro, y todo por 800 Microsoft Points.
Arte en pantalla
Hasta ahora no hemos comentado nada del factor que más nos sorprenderá desde que arranquemos el juego por primera vez, su increíble diseño artístico. Este estilo de juego no suele darnos títulos muy espectaculares, por lo que sus desarrolladores tienen que estrujarse las ideas para sorprendernos. Sí el encantador Limbo, nos ofrecía un manejo soberbio de las tonalidades entre el blanco y el negro, Outland recurre al color para ofrecernos un espectáculo continuo en cada pantalla.
Es realmente difícil explicarlo con palabras, pero hay que destacar la sensacional mezcla de las tonalidades de colores escogidos, pasando de los más relucientes brillos a los mates más intensos. Los escenarios que conforman las escenas de fondo están llenos de vida, son realmente espectaculares, y, además, ofrecen una conseguida sensación de profundidad gracias al contraste de tonos. Todo mezclado y salpicado con las continuas sorpresas, nos ofrecen uno de los mejores efectos técnicos que hemos visto en un juego descargable.
La imagen no es nada sin el sonido, y por eso Outland, también nos ofrece una espectacular banda sonora que podemos disfrutar tanto en las pantallas del menú del juego así como un acompañamiento perfecto dentro del mismo.
Como es habitual el juego está en castellano, exceptuando los pocos diálogos que nos cuentan algo del místico argumento, para los que tendremos subtítulos.
Conclusión
Como decíamos al comenzar, Outland, tiene suficientes méritos para que a final de año lo recordemos como uno de los mejores plataformas. Sí te gusta este género, Outland es imprescindible, y aunque no lo seas, deberías darle una oportunidad. Es cierto que aporta pocas novedades a un género en el que hemos visto ya casi de todo, pero el interesante y continuo cambio de "personalidad" que nos exige, secundado, además, por una dirección artística y un nivel técnico tanto gráfico como sonoro de auténtico sobresaliente, lo hace destacar sin duda dentro de la oferta del Bazar de Xbox Live.