Análisis de LEGO Rock Band (PS3, NDS, Xbox 360, Wii)
Hace ya varios años que Lego, una de las marcas de juguetes más conocidas del planeta, entró a formar parte del mundo de los videojuegos experimentando una serie de obras de lo más carismáticas y dotando a sus propias piezas de una caracterización especial. Hablamos, sin ir más lejos, de Lego Star Wars o Indiana Jones, obras que simulan las producciones de la gran pantalla pero bajo el atrezzo de las piezas danesas. ¿El resultado? Todo un éxito tanto para los pequeños y no tan pequeños, proponiendo aventuras cooperativas de lo más gratificantes con un humor de lo más sencillo y divertido. Sin embargo, la fórmula comienza a perder fuerza, y eso se nota tras el segundo Lego Indiana Jones, que no sólo repite el esquema del título predecesor, sino que además no aporta la frescura del original.
Es por eso que la desarrolladora, Telltale Games, ha formado una estupenda alianza con MTV Games y Harmonix para ofrecer a los jugadores toda la frescura de Rock Band bajo el inmenso yugo de las piezas Lego, dando lugar a un título musical de lo más característico que no sólo aporta nuevas piezas rítmicas al mercado, sino que lo pincela con ese humor característico que sólo las piezas amarillas tienen.
Comenzamos
Lego Rock Band sigue los mismos pasos que cualquier título musical que se precie, hablando con clara referencia a Guitar Hero y Rock Band, las dos series referencias del género. Después de una introducción de lo más elocuente donde podemos ver personajes del mundo musical transformados en auténticos monigotes amarillos, el juego da paso a una selección de menús donde podremos seleccionar cualquier modo de juego a nuestra disposición.
Contamos con un buen número de pruebas que superar, empezando por el típico modo historia donde tendremos que ir escalando puestos y construyendo nuestra propia banda a medida que vayamos superando las canciones que nos proponen, todo esto tintado de unas secuencias entre escenarios de lo más divertidas. Sin embargo, uno de los grandes problemas que le podemos encontrar a este Lego Rock Band es la falta de modo online de la que hace referencia el juego. Contamos, eso sí, con un estupendo modo multijugador local, pero no tiene ningún tipo de excusa que el reto online se haya caído del cartel, y menos cuando el primer título de la franquicia ya disponía de él.
Dejando a un lado el juego multijugador, el juego propone los típicos modos de juego de siempre. Ya hemos hablado del modo historia, aunque también hay que explicarlo con más detenimiento, puesto que no estamos ante un Rock Band de la vieja escuela, sino que tenemos a nuestra disposición multitud de elementos a configurar en función de nuestra personalidad. La sala de ensayo, nuestro vehículo para irnos de gira e incluso los miembros de la banda podrán ser completamente configurables a medida que vayamos ganando piezas de juego, una clara referencia de que no estamos ante un Rock Band más, sino que nos centramos mucho más en la personalización y en nuevas posibilidades que en ofrecer otro juego de la serie numérica -o centrado en otra banda, como ocurrió con el excelente juego de The Beatles-.
La jugabilidad del juego no ha cambiado ni un ápice con respecto a los anteriores títulos. Nos encontraremos con una interfaz marcada donde tendremos que pulsar a tempo una serie de botones en función del instrumento que queramos simular... a excepción de la voz, evidentemente, cuya interfaz es muy similar a las que podemos encontrar en Singstar o Lips. Cuantas más notas seguidas tengamos mayor puntuación obtendremos, lo que equivale a nuevas piezas y más dinero para conseguir material exclusivo en la tienda del videojuego. También hay que comentar uno de los detalles más significativos del título, y es que Lego Rock Band se ha ideado para los jugadores menos exigentes. Este hecho no implica que el juego no sea difícil, ni mucho menos, sino que la desarrolladora ha incluído un modo de juego denominado "Super fácil", donde podremos jugar sin ningún tipo de miedo ya que aunque fallemos a la hora de coordinar el tempo, la máquina nos recompensará. También hay que aclarar que es el primer Rock Band donde es imposible morir, sino que en vez de terminar la canción y obligarnos a recomenzarla, el propio título comenzará un modo de construcción para rellenar la vida de nuestro personaje, volviendo de nuevo al escenario pasados unos segundos.
Como decíamos, Lego Rock Band ha sido pensado para el público menos exigente que quiera pasar un buen rato simulando ser un músico de verdad, puesto que tanto la dificultado como el nivel de las canciones ha descendido considerablemente con respecto a títulos anteriores. De hecho, la lista de melodías que podemos encontrar en el título se nos antojará algo escasa con respecto a otros exponentes del género, puesto que sólo tendremos 45 melodías completamente distintas -y originales, todo sea dicho- para disputar, frente a los casi 100 temas que cuenta Guitar Hero 5 o Rock Band 2. Y si a esto le sumamos que las canciones no son, precisamente, dedicadas al mundo del rock, podemos ver como los jugadores más experimentados acabarán bostezando mientras cantan "So What" de Pink. Eso sí, la lista tiene el orgullo de ser una de las más variadas de cualquier juego del género, puesto que nos encontraremos desde las canciones de rock más conocidas del momento (como Song 2, de Blur) hasta piezas completamente fuera de lugar, como el tema de los Cazafantasmas. Divertido e inusual a partes iguales.
No es lo mismo
De todos es buen sabido que Rock Band siempre ha sido sinónimo de diversión y espectáculo sin igual. La representación de los componentes de la banda en función del escenario donde nos encontremos dará lugar a un frenesí que nos hará sentir -casi- como si estuviéramos en la vida real encima de un escenario y delante de más de 1000 personas. La realidad es que en Lego Rock Band, eso se ha perdido. En gran parte por la simpleza de los personajes a la hora de representarlos dentro de una banda, puesto que ni las cámaras ni los movimientos de los personajes hacen sombra a lo que antaño se representó en la franquicia. Eso sí, diversas situaciones viviremos -mientras estemos tocando- que serán dignas de admiración, pues afectarán en la "historia" en función de lo bien o mal que interpretemos la partitura. Situaciones tan carismáticas como el ataque de un pulpo pueden hacer que el jugador suelte el instrumento y comience a reírse sin ni siquiera un motivo aparente. Demasiado hilarante para un título de música.
Como comentábamos con anterioridad, la selección de temas puede gustar a todos aquellos jugadores quienes no sean unos experimentados del rock, puesto que existen muchas piezas que no pegan en absoluto con una banda de rock ni con un título que hace apología de la guitarra como pieza maestra. La parte positiva de la obra es que atraerá, sin ningún tipo de duda, a todos aquellos usuarios dubitativos a los que los acordes más frenéticos y rápidos no les hacen sentir nada... pero que una buena canción de pop de discoteca sí que les llena. Podríamos decir, incluso, que Lego Rock Band está ideado para abrir fronteras con un nuevo target específico, tanto para los no iniciados como para aquellos quienes reniegan del rock.
El último bis
Lego Rock Band es un buen título del género musical, aunque quizá se quede corto para los jugadores que disfrutaron sobremanera de Rock Band 2 o The Beatles: Rock Band. La dificultad y la calidad de los temas han descendido considerablemente al estar ideado para otro tipo de jugador, por lo que los más seguidores de la franquicia pueden llegar a sentirse incluso en un segundo plano con respecto a los nuevos jugadores -algo muy frecuente en la nueva generación-. Por suerte, y esto sí que puede gustar a los más experimentados, podremos transferir las canciones de Lego Rock Band a Rock Band 2 por un módico precio, lo que hará que podamos disponer de una variedad musical que no encontraremos en ningún otro exponente del género.