Análisis de Killzone HD PSN (PS3)
Killzone pronto cumplirá su octavo cumpleaños. Casi ocho años han pasado desde que el juego de Guerrilla se estrenase en PlayStation 2, con bondades suficientes para sentar las sólidas bases de la saga que estaba aún por llegar. No muchos juegos pueden rejugarse ocho años después y que aún transmitan las sensaciones del principio, aun con un lavado de cara para ponerse al día con las tecnologías actuales. Este lavado de cara es clave en muchos títulos, y experiencias sobresalientes se han visto mermadas por el mal hacer de los estudios encargados de éstas, como hemos visto recientemente en algunos HD Collection.
Las revisiones en alta definición parten de un esquema casi obligatorio, al menos en PlayStation 3. Esto es, 1080p, 60 imágenes por segundo, trofeos, y una más que posible compatibilidad con 3D o PlayStation Move.
Esto es, por supuesto, el estándar canónico a seguir, aunque ya os adelantamos que Killzone HD, por desgracia, se aleja de este patrón, eso sí, sin arruinar la experiencia de juego original de la predecesora de la actual consola de sobremesa de Sony.
Una mera actualización...
De todas las características que hemos mencionado anteriormente, sólo se salvan los trofeos (algunos traducidos bastante mal, dicho sea de paso). Exceptuando unas texturas sin compresión y con más detalle, el juego se limita a aumentar la resolución a 720p y a añadir un filtro MSAA para suavizar los bordes de sierra y... ya está. El juego no ofrece adiciones más allá de las que mencionamos al título original, y de hecho presenta problemas de rendimiento puntuales, quedándose congelado durante unas décimas de segundo o reduciendo ligeramente el número de imágenes por segundo de manera puntual sin razón aparente.
Bien es cierto que se han corregido algunos errores del juego original, sobre todo los de detección de elementos, pero otros siguen presentes. Es posible ver algunas texturas temblorosas o que desaparecen, y sobre todo, en los escenarios más abiertos, la generación de elementos en pantalla se hace bastante palpable. Por supuesto, son problemas muy leves y que estaban presentes en Killzone, pero puestos a solucionar fallos pensamos que se podría haber invertido ese tiempo y trabajo en solucionar otras cosas que le diesen un aspecto más digno de la actual generación.
...para un juego difícil de mejorar
Como podéis ver, todas las quejas que achacamos a la revisión en alta definición son, en su conjunto, visuales. Nos parece que a la hora de dar el salto a PlayStation 3 se puede exprimir mucho más un juego de PlayStation 2, pero aún así, el juego se mantiene a muy buen nivel gráfico. Al principio, los escenarios más básicos nos recuerdan en exceso a la época de los llamados 128 bits, por su naturaleza simple y austera, pero más adelante Killzone HD se guarda algunos grandes momentos que aún consiguen sorprender casi una década después.
En lo que respecta a efectos visuales, los efectos de partículas –el humo, la niebla volumétrica– siguen estando a muy buen nivel; de hecho, hay algunos que no desentonarían en juegos de la actual generación. Las animaciones están algo más desfasadas, pero si somos un poco tolerantes nos volverán a satisfacer como ataño. Queremos que quede claro que el juego se mantiene a un buen nivel visual, haciéndonos revivir la aventura como cabía esperar, pero que éste podría haberse lucido mucho más en su nueva plataforma si los desarrolladores hubiesen puesto un poco más de ambición y ganas.
Killzone en 2012
Los gráficos evolucionan cada día, y es imposible mantenerse siempre a la última. Pero un juego implica mucho más, y ahí es donde Killzone HD se hace ver. Su jugabilidad sigue estando viva, aunque con un desarrollo más pausado de lo que esta generación nos tiene acostumbrados. Killzone buscaba dar más humanidad a los personajes, y evitar que nos identificásemos con un rifle volador que dispara a objetivos móviles. Es cierto que esta sensación sigue presente, y que, aunque la inteligencia artificial progresa rápidamente, nos enfrentamos a enemigos razonablemente inteligentes.
El diseño de personajes y escenarios tiene poco que envidiar a los de los episodios de PlayStation 3 (salvando siempre las diferencias a causa de las posibilidades técnicas de cada plataforma). Los niveles que recorremos nos llevarán por variopintos parajes que nos mantendrán siempre queriendo ver el siguiente, y, aunque potencialmente lineales, siempre contamos con trazados interesantes con algún margen de exploración. El conjunto lo remata la posibilidad de reajustar los controles, una poderosa historia que los aficionados a la saga tienen que conocer, y un doblaje al castellano que ha perdido algo de fuerza desde el 2004, pero que sigue siendo un detallazo a la hora de jugar.
Conclusiones
Realizar una adaptación de un juego de PlayStation 2 a la alta definición en PlayStation 3 no parece complejo en exceso. Es difícil destrozar una gran obra simplemente restaurándola –ejem– y Killzone HD parte de la sensacional base del juego original. Nos encontramos frente a una revisión correcta que podría haber dado mucho más de sí, pero que por suerte nos permite volver a disfrutar el primer episodio de esta exitosa saga cumpliendo lo mínimo de los estándares actuales.
Aunque se antoje pobre por las escasas mejoras en resolución y adiciones, sigue siendo la mejor manera de revivir los orígenes de Killzone. Aunque recomendamos remitirse al análisis del juego original si queréis más información sobre éste, podemos resumirlo como un juego sólido y sobrio, que ofrece bastantes horas de juego únicamente para un sólo jugador, y que aún ocho años después se muestra variado y bien construido, e imprescindible para los aficionados de la saga.