Análisis de Heavy Rain (PS3, PC)

Heavy Rain llega a PlayStation 3 como una apuesta de Sony y Quantic Dream por crear un juego diferente, una aventura gráfica que revolucione el género por su narrativa, expresividad y libertad de acción, pero sobre todo con el intento de que un género tan de capa caída en PC y prácticamente inexistente en consola pueda dar lugar a un juego estrella, uno de esos títulos al que todos los jugadores, no solo los aficionados al género, se acerquen con interés. Las expectativas son muy altas, sobre todo por las altísimas aspiraciones de los creadores del juego, tan innovadores en todo lo que hacen como enemistados con las tablas de ventas.

Heavy Rain es un juego impredecible en cierto modo, algo que no tiene precio en el mundo del videojuego. Nuestro objetivo es claro y la historia de cada personaje está vinculada a una serie de sucesos que van a ocurrir tarde o temprano, de una forma u otra, pero el camino hasta ellos cambia cada vez que juguemos, y ésa es una virtud casi inexistente y que tardamos muy poco tiempo en apreciar. Por ejemplo, en la típica situación en la que morimos, o sale algo mal, o se cuelga la consola, y recargamos una partida guardada, comprobaremos sorprendidos cómo las cosas entre el último guardado y cuando dejamos de jugar son iguales pero diferentes.

La historia del juego cambia por tanto dinámicamente, haciendo que no nos demos cuenta al principio, pero dotándole al juego de una libertad sin precedentes... aunque no siempre tendremos el control de esa "libertad". Muchas veces decisiones que tomemos en un momento, acciones en las que no tengamos éxito, tendrán consecuencias en la historia del juego, que a veces ni podremos imaginar. Estamos ante una historia interactiva, por así decirlo, ajustada a ciertos ejes y esquemas, pero donde nosotros tenemos la última palabra. Y muchas veces, como se dice, seremos esclavos de ella.

En Heavy Rain nos enfrentamos a un misterio, el del asesino del Origami, a través de las historias de cuatro personajes que son independientes pero que se entrecruzan en ocasiones. El juego intenta contar una historia y transmitirla desde varios puntos de vista, como piezas de un puzle, y de hecho si morirmos con uno de los personajes podemos continuar las otras historias, aunque nos perderíamos ese punto de vista del prisma. Aunque el juego comienza lento, con un tutorial que puede desesperar a aquellos que se acercan a Heavy Rain en busca de secuencias de acción interactiva, éste par de horas de introducción nos ayuda a familiarizarnos con el peculiar control del juego y con los personajes, y luego empieza lo bueno: la historia comienza a desenvolverse, y pasan cosas que nos harán estar pegados a la pantalla durante horas. Como los buenos libros, el juego intercala bien las situaciones, dejándonos a veces en ascuas, y la acción está bien compenetrada con la cinemática pura, la exploración o los momentos calmados.

El sistema de control de Heavy Rain es también muy diferente a lo que estamos acostumbrados a ver. Movemos a nuestro personaje con el stick analógico izquierdo, caminamos pulsando R2, pero más allá de eso las acciones van surgiendo dinámicamente y para realizarlas tendremos que pulsar los botones que nos indiquen en cada momento, realizar los movimientos del joystick adecuados, todo con cierta relación con el tipo de acción que tenemos que hacer. A veces estas acciones serán algo complicadas, como mover el SixAxis en una dirección o con cierto ritmo, o trazar un movimiento de cierta complicación lentamente con el joystick. Es un sistema de control que a veces puede darnos sorpresas desagradables, pero que funciona bien a la hora de contextualizar todavía más lo que hacemos. De hecho, es una lástima que los sistemas de detección de movimiento todavía no estén listos para PlayStation 3 en el momento del lanzamiento del juego, porque sería una forma idónea de demostrar cómo pueden ayudar a hacer la acción más inmersiva.

Aún así, Heavy Rain es uno de los videojuegos que más logran sumergirnos en lo que pasa en la pantalla, pese a que en ocasiones sea muy sutil. El juego combina esa vida que desprenden todos sus elementos, especialmente los personajes, con una narrativa constante. Quizás no estén pasando muchas cosas, pero siempre nos están contando algo más del personaje que manejamos o de aquellos con los que interactuamos, o de los que están cerca haciendo su rutina normal. En este sentido, Heavy Rain es impresionante. El juego está completamente al servicio de contar una historia, y eso se nota desde el primer minuto, cada cosa que hacemos "jugable" no solo tiene una pequeña implicación en lo que va a pasar a continuación, sino que nos cuenta algo más o pinta un matiz más en el retrato de cada personaje. Es una constante atención al detalle.

Es difícil hablar más de cómo el juego mezcla historia y jugabilidad sin estropearos lo primero; así que centrémosno en lo segundo, y en lo que más ha llamado la atención, que son las secuencias cinemáticas interactivas, sin duda uno de los logros técnicos y jugables del juego. Al contrario que en títulos como God of War, sus múltiples y recientes clones y Shenmue, el inventor de los "Quick Time Events", los de Heavy Rain no son lineales, no son una secuencia de comandos que hay que realizar para ganar, o de lo contrario perdemos. Cada secuencia tiene múltiples derroteros que seguir dependiendo de cómo lo hagamos, acertemos más o menos, haciendo que su resultado sea uno u otro y la historia se vea influida por ellos; pero la historia sigue, lo hagamos mejor o peor, y cada vez que intentemos una secuencia será diferente. Estas secuencias interactivas, menos abundantes de lo que parecen pero aún asi bastante numerosas, se combinan con otras dinámicas de juego que nos llevarán a explorar el escenario, interactuar con objetos y diferentes situaciones, pero sin un toque aventurero demasiado acentuado. Técnicamente es una aventura gráfica, pero no hay puzles demasiado enrevesados, sino mucha interactividad.

A nivel gráfico el juego no despunta como nos tienen acostumbrados los grandes títulos de PlayStation 3, quizás por el largo tiempo de desarrollo, quizás por haber prestado atención a otros detalles. Aunque la dirección artística y cinematográfica, por así decirlo, es impecable, a nivel técnico el juego no está al nivel de los grandes exponentes de la consola. Cuenta con un buen modelado y animación, y buenas expresiones faciales, pero sin llegar a la altura de Uncharted 2, el actual referente gráfico de la consola. Del mismo modo, algunos entornos están realmente conseguidos, mientras que otros no tanto, y a veces se ve alguna textura en baja resolución que desentona. Esto no significa que sea mediocre gráficamente, de hecho está a un nivel muy alto, pero es el apartado menos llamativo de todo el conjunto.

El sonido, en cambio, llama la atención por la variedad de efectos para las miles de situaciones del juego, pero sobre todo por el uso constante de la excelente banda sonora del juego para dotarle de un gran dramatismo y expresividad. El doblaje al castellano es excelente, no solo por Tito Valverde y Michelle Jenner, que colaboran en la promoción del juego. Hay un enorme repertorio de voces que ayudan a dar muchísima credibilidad a las imágenes que vemos en pantalla.

La cuestión de Heavy Rain es que es un juego que todo aficionado a los videojuegos debería probar, jugar, terminar, le guste o no, se le haga aburrido o no, simplemente por interés en el mundo del videojuego y por experimentar uno de los títulos más innovadores de los últimos años. Quantic Dream ha puesto todo al servicio de la historia, una historia en la que el jugador influirá en todo momento con sus acciones, y eso es algo que muy pocas veces se ha visto en el mundo del videojuego, y nunca con semejante despliegue de medios. La cuestión de si el juego logra o no transmitir esas emociones humanas que se plantea como objetivo da un poco igual; lo logre o no, es de lejos el que más cerca está. Un juego especial, que ojalá logre traspasar la barrera de juego de género para llegar a todos los públicos y que así puedan ver lo que puede lograr el videojuego como medio para contar una historia interactiva.