Análisis de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte Parte 1 (PS3, PC, Wii, NDS, Xbox 360)

Que Harry Potter es un fenómeno mundial no lo duda nadie. Que al menos consigue que gente que no ha cogido un libro en su vida se dedique a pasar los ojos por las páginas de un libro es hecho sabido. Y que entre libros, películas y videojuegos mueve millones resulta obvio. Así que eso nos lleva a lo que tantas veces sucede en la industria: ¿Por qué no se ha apostado por la calidad? Que también puede verse desde la perspectiva de para qué hacerlo.

Harry Potter y las Reliquias de la Muerte es la adaptación de la película -que no del libro-, y por eso se presenta en dos partes, para subirse a la cosa ésta de exprimir un poco más la gallina de los huevos de oro. Claro que con un poco de suerte resucita, que comenta la escritora que igual cambia de opinión y le da por recuperar al personaje que la ha hecho millonaria, algo que, sin duda, será del agrado de muchísimo lectores de todas las edades, y de un buen puñado de ejecutivos en la industria del libro, el cine, los videojuegos, y los juguetes de plástico de baja calidad.

EA Bright Light es el estudio encargado de dar vida a la aventura más oscura, terrible y llena de intensidad y acción de Harry Potter, así que los cambios en la orientación de su planteamiento jugable eran más que lógicos. Sin embargo, ha resultado en una serie de torpezas poco o nada justificables.

La historia, curiosamente, se mantiene poco fiel al argumento de la película, en la medida en que quizás añade demasiado elementos externos que dilatan la tensión y no acaban de funcionar a nivel narrativo como deberían. La historia es la misma sí, pero está peor contada. Sabe aportar algo más, pero no siempre cuando hace falta, pero debemos dejar claro que en líneas generales resulta fiel a la trama que se desarrolla en esta primera parte del final. No desvelaremos ninguna clave de la historia, pero está claro que tras el trágico desenlace de la anterior aventura, iba a haber cambios importantes en el devenir del trío protagonista: Hermione, Ron, y el propio Harry.

Voldemort es el enemigo a batir, lo que suele ser difícil debido a su fea costumbre de mantener la inmortalidad, pero esto es algo que puede ser cambiado. Pero Voldemort acapara poder, es cada vez más peligroso, y es la hora de plantarle cara de una vez por todas.



Para ellos, nos movemos en una doble vertiente de primera persona y sigilo que representa una variación interesante para el planteamiento jugable habitual de la saga, gracias a la capa de invisibilidad del aprendiz de mago. A eso se suma la acción en tercera persona. Pero ninguna de las dos vertientes jugables está bien hecha ni es divertida en realidad.



Tiene el factor siempre interesante de ir sumando conjuros para congelar enemigos, provocar explosiones, algunos de ellos muy espectaculares, pero lo cierto es que el rendimiento se le saca a los más básicos, lo que hace que su implicación jugable sea limitada. Y es que al final lo que nos encontramos es que este Harry Potter se parece más a un juego de disparos en tercera persona que a otra cosa. Si al menos la acción estuviese bien conseguida no habría problemas, pero lo cierto es que no ha cuajado en absoluto.



El control, por ejemplo, está lejos de ser óptimo, y da muchos problemas. Cuesta cubrirse y usar conjuros de manera eficiente, lo que resulta en una serie de momentos en los que uno se siente torpe. Y definitivamente no lo es, es tan sólo que no se ha evaluado bien la respuesta al mando, la inclusión de la cobertura en función a la magia (o viceversa), y eso, al final, hace que el control y sus resultados sean absurdos en el mejor de los casos.

A eso hay que sumarle que la cámara sólo sirve para dar disgustos. No es que se haya encontrado (y eso que hace ya unos cuantos años que la industria se mueve en mundos poligonales) la cámara perfecta, pero es que la torpeza de ésta te hace creer que estás controlando la insulsa perspectiva de un juego de hace diez años, o más. Cuando te pones a cubierto, de la manera más estúpida posible, cierra el ángulo y se acerca, por ejemplo, por lo que limita por completo la perspectiva. En realidad es fuente de disgustos constantes, y punto.

El control muestra sus mayores inconvenientes vinculados también al sistema de coberturas que uno no sabe si se ha metido con calzador cuando faltaban dos días para terminar el desarrollo o qué ha pasado, pero desde luego el juego no se merece esto. Y el jugador, menos.



La acción, al menos, tiene por lo general un buen ritmo, aunque se basa en la mayoría de las ocasiones en la reaparición sistemática de los enemigos, por lo que habrá veces que nos permitirá jugar y machacar enemigos sin piedad, pero en otras ocasiones resulta en algo que entorpece y nos hace avanzar a trompicones. Habrá gente que prefiera este sistema de generación de enemigos, pero no deja de ser discutible y tener inconvenientes.



Las misiones de sigilo, por su parte, se van salpicando a lo largo del desarrollo, pero son también poco satisfactorias. La ventaja es que son la alternativa al desarrollo estándar del juego, y eso les da cierta frescura, pero pronto uno se da cuenta de que es impostura. El paso a primera persona puede parecer interesante, pero resulta obvio que el diseño de niveles no se ha hecho teniendo este elemento en cuenta, por lo que la visión es inapropiada para la jugabilidad propuesta. Por ejemplo, no hay visión periférica, ni opción de asomarse, y esto, recordemos, es un momento de juego de sigilo.



La capa de invisibilidad necesita recargarse, pues -lógicamente- no está activa todo el rato, y para eso nos detenemos. Es un buen recurso casi todo el rato, y aporta cierto factor estratégico de agradecer. Pero son repetitivas, algo tediosas, y carentes de atractivo real una vez has superado un par de ellas.

En cuanto a contenidos, los usuarios de Xbox 360 con Kinect pueden disfrutar de algunos contenidos exclusivos en forma de niveles adicionales, muy cortitos, que van sobre raíles. Nos movemos y hacemos conjuros. No aporta mucho, pero es un detalle a tener en cuenta si tenemos varios sistemas en casa. Eso sí, le falta algo depurar el control, como en todo el juego.

A nivel visual, los modelados de los personajes están bastante bien, y el filtro aplicado a la imagen genera un efecto sucio, pero no molesto, que le da ese toque más oscuro y siniestro que lo caracteriza. Algunos personajes contrastan, pues se perciben menos trabajados, tanto en caracterización como en diseño, pero cumplen con lo que se espera de ellos. La sincronización labial, sin embargo, brilla por su ausencia. La música está bien, y los diálogos suenan bien, pero las voces en las secciones jugables y los efectos son repetitivos y algo machacones.

Conclusiones

El cambio a la acción le podría haber sentado muy bien a Harry Potter. Era una oportunidad para renovar la saga de videojuegos, sacarle lustre, y adaptarse mejor a la trama propuesta en la recta final de las aventuras del personaje. Pero los cambios se han ejecutado con poco tacto, y eso resulta en fallos jugables difíciles de perdonar. Cuesta entender que una producción de este calibre tenga fallos tan obvios y graves en su concepción jugable, pero está claro que, de todas maneras, se va a vender muy bien en la campaña navideña porque, con todo, habrá quien no se pueda resistir a la magia.