Análisis de Dynasty Warriors 7 Empires (PS3)
Nueva entrega de Dynasty Warriors en nuestras manos, en esta ocasión perteneciente a la subsaga Empires. Dynasty Warriors 7 Empires es otra expansión –o mejor dicho, revisión, pues no necesita el original- de Dynasty Warriors 7 tras Xtreme Legends, lanzado en 2011. Empires añade un toque político y táctico que lo diferencia de la saga principal y que hace tan importante el campo de batalla como las decisiones previas, porque la guerra no se libra únicamente con el filo metálico de la espada.
El punto de partida de Dynasty Warriors 7 Empires es el contenido visto anteriormente –incluso el que se había lanzado de manera descargable- al que se añade un nuevo personaje –sumando ya 66-, más armas y escenarios.
En la lucha las bases son más o menos las de siempre: acción masiva contra oleadas de enemigos en un gran mapa en el que vamos avanzando y liquidando los grupos de guerreros con nuestro superhombre –o supermujer- capaz de acabar con ejércitos enteros con un par de giros del arma hasta dominar con nuestras huestes la mayor superficie.
Pero en Empires la tarea de reunificar los Tres Reinos no es tan simple como parece. Y es que esta entrega añade elementos suficientes para que muchas de las críticas que la saga arrastra desde sus orígenes en 128 bits si bien no desaparezcan, al menos se reduzcan: que si es repetitivo, que si sólo consiste en machacar un botón o que existe poca profundidad jugable. Aspectos que hay quien toma como algo positivo –y de ahí el éxito de la saga, al menos en Japón-, pues a veces se necesita algo así, nada más que para liberar tensiones sin complicarse la vida. Pero está claro que quienes no han disfrutado de las batallas en Dynasty Warriors no van a encontrar grandes diferencias en Empires –el combate sigue siendo el núcleo principal de juego-, lo que sucede es que ahora está rodeado de muchas otras opciones que añaden la parte cerebral que toda guerra esconde en la trastienda.
El modo principal nos ofrece participar en uno de los escenarios históricos de China más uno llamado "A Gathering of Heroes" –"una reunión de héroes", con reinos de personajes creados en el modo edición-. En las batallas tomamos papel activo según el perfil que elegimos, que cambia drásticamente la forma de vivir los acontecimientos. El valor de fama (valor, amabilidad, orden, sabio, prosperidad o maldad) se gana según las acciones y afecta al cargo de nuestro personaje: soberano, mariscal, estratega, prefecto, oficial, teniente, vagabundo y oficial libre. Todos ellos tienen roles asignados de lo que pueden o no pueden hacer, de manera que los rangos más poderosos son capaces de tomar decisiones en los consejos de guerra por sí mismos o formar alianzas entre reinos –otra forma de extender tus fronteras-, mientras que los más independientes se pueden mover por cualquier territorio o servir al reino que decidan.
Toda la vertiente estratégica es bastante más compleja de la descrita aquí, y hay muchas opciones que se toman mostrando objeciones a los planes del soberano –el único que toma la decisión final-, llegando a acuerdos, calumniando a enemigos o mejorando relaciones con otros personajes hasta el punto de conseguir hermanos de sangre o una esposa/marido -el género opuesto a tu avatar- que afectará al crecimiento de los reinos y la batalla misma. Y si tú eres el soberano, puedes escuchar las propuestas alternativas de tus subordinados para mejorar el nivel de amistad con ellos. También hay gestión de recursos –dinero, alimentos y comida- en la fase de planificación, dentro de un desarrollo del tiempo que se realiza por turnos –cada uno representado por un mes- en los que puede pasar de todo, incluyendo la amenaza de invasión de territorios que ya teníamos conquistados. La parte estratégica está bastante cuidada si estás acostumbrado únicamente a la saga principal de Dynasty Warriors.
Uno de los fallos de esta entrega viene dado por el idioma en el que nos llega: textos en inglés y voces en japonés. Podría ser irrelevante en títulos exclusivamente de acción, y por ejemplo no tenemos grandes quejas del sonido –aunque lo deseable habría sido ofrecer un selector japonés/inglés-. Lo que sí acaba por convertirse en un lastre para la experiencia de la gestión política es la cantidad de textos que debemos comprender, y no se trata únicamente de los menús, es por ejemplo la elección de tácticas que ofrecemos o nos comunican. Conocer el idioma al menos de forma básica es uno de los requisitos para disfrutar por completo del juego, y más de un seguidor de Dynasty Warriors va a encontrarse con esta barrera.
En cuanto al combate propiamente dicho, sigue a grandes rasgos la jugabilidad habitual de la saga. No vamos a adentrar mucho en este aspecto: hay que prepararse para el combate con un buen equipo y jugar bien nuestras cartas. Por suerte no todo es golpear a diestro y siniestro, tenemos una nueva habilidad, las estratagemas; utilizadas en la fase del consejo de guerra sirven para conseguir negociaciones diplomáticas más fructíferas con los superiores, es algo así como tener a Iñaki Urdangarín de nuestro lado. Pero durante el combate podemos utilizar una de las cuatro seleccionadas –o cinco en el rol de estratega- bajo ciertas condiciones que ofrecen ventajas como fortalecer puertas, crear algunos cataclismos, utilizar bestias o fortalecer el ataque de las tropas. Estas técnicas consumen recursos pero pueden decantar la partida a nuestro favor, y por lo menos añaden más variedad a nuestras posibilidades en el campo de batalla.
Otra opción que añade más sensación de control de la guerra la obtenemos con los rangos más altos en el escalafón del reino –soberanos y mariscales-, ya que será posible dar órdenes a nuestros oficiales durante la partida de los emplazamientos que debemos atacar o defender, lo que da una visión más global del conflicto y permite concentrar fuerzas o cortar líneas de suministros, que como cabía esperar, tiene un gran peso en Empires como parte vital para la comunicación del área de influencia de cada bando –muchas estratagemas están orientadas a estrangular al enemigo-. En definitiva, las guerras ahora incluyen nuevas funciones no tan orientadas a mejorar la jugabilidad de la acción como podrían ser más combos o movimientos de nuestro personaje, pero sí para dar profundidad a todo lo que rodea al combate.
Además de los personajes disponibles, Dynasty Warriors 7 Empires dispone de un potente editor con el que configurar a nuestro guerrero en aspectos jugables –armas, ataques- como físicos. Nuestra creación se podrá utilizar en el modo Imperio y ser compartida en Internet –subiendo y descargando personajes de otros jugadores-. Hablando de la red, dos jugadores pueden unir sus fuerzas codo con codo en el combate –no así en el componente estratégico previo- y también de manera local. Es divertido pero queda cojo que en un capítulo tan centrado en las tácticas no podamos vivir toda la historia en compañía, y eso incluye las decisiones políticas. No ha sido explotado tanto como nos gustaría.
Los gráficos del juego siguen sin ser demasiado destacables aún con las mejoras realizadas respecto al anterior lanzamiento. Hay una ingente cantidad de enemigos en pantalla y es razonablemente fluido incluso en los momentos de más carga. Por desgracia aún encontramos escenarios en su mayoría desangelados, ligera niebla, texturas poco detalladas y algo de aparición súbita de objetos como árboles, montañas o los propios soldados. De todas formas, sin entrar en detalles del horizonte del paisaje, sigue cumpliendo sobradamente con su propósito. No hay problemas graves que afecten a la jugabilidad –ni grandes ralentizaciones ni cortes en la pantalla-, que es lo importante. La ambientación sonora y musical en la línea habitual –mezcla de temas étnicos de China con otros de guitarreos más modernos- más el cambio de idioma de las voces –ahora japonés-.
Conclusiones
Dynasty Warriors 7 Empires profundiza en la jugabilidad de la gestión, estrategia y política lo suficiente como para que sea un añadido interesante que justifique su lanzamiento físico y no como un mero contenido descargable para Dynasty Warriors 7. También mejora el combate con la inclusión de nuevas habilidades pero aquí no hay una gran revolución. No obstante, gustará los seguidores de Dynasty Warriors que esperen un nuevo enfoque de la séptima entrega, que se disfruta más a largo plazo y adentrando en los densos debates estratégicos de las altas esferas que como título de acción rápida.
Si por el contrario la saga Empires nunca ha sido tu santo de devoción, Dynasty Warriors 8 –que aún no ha sido confirmado en Occidente-, promete más novedades en el terreno de batalla y menos complicaciones tácticas. Tú decides.