Análisis de Double Dragon: Neon PSN (PS3, PC, Xbox 360)
No hay que irse demasiado atrás para encontrar aficionados, y jugadores, que se estremezcan o sonrían al escuchar o leer las palabras "Double Dragon". Significan mucho para varias generaciones de fanáticos a los videojuegos. Usuarios y videojugadores que han crecido entre recreativas y acertadas conversiones a consolas. Jugadores que disfrutaban ante la directa y adictiva jugabilidad, que se resumía en darle una buena tunda de catárticas hostias y patadas a todo aquel enemigo que se nos cruzara por delante en las desoladas -aunque demasiado transitadas a altas horas de la noche- calles y lúgubres ciudades que protagonizaban los diferentes juegos de la franquicia. No se podía más. Simplemente, que fueran juegos entretenidos, divertidos, bien hechos y rejugables a solas o en compañía de un amigo o familiar. Eran otros tiempos.
El mundo cambia, y los juegos, se adaptan a los imperiosos ritmos del mercado. Franquicias, secuelas, adaptaciones... Todo a la orden del día. Pese a que desde estas líneas nos podemos quejar de la "secuelitis" de la industria, o de la más que visibles políticas conservadoras de muchas editoras y desarrolladoras, lo cierto es que dichas estrategias, acaban funcionando. La originalidad es algo difícil de conseguir, y desgraciadamente, no cuenta la mayoría de las veces con el amparo o el apoyo del público en general. Double Dragon nació de la mano de Taito justo al antes del éxito de otras propuestas -entre ellas la de Capcom, Final Fight, creada poco después o Golden Axe-, pero supo sobrevivir en las consolas domésticas y portátiles -donde en 2002 encontró un remake del primer juego exclusivo para Game Boy Advance- creciendo en mitología y cariño por los usuarios década tras década -recordemos que la franquicia lleva en pie desde finales de los ochenta-.
Ahora, varios años después y con algunos intentos fallidos tras sus espaldas -como aquella inefable película de los noventa-, Double Dragon revive en nuestras consolas -concretamente en PlayStation 3 y Xbox 360-, bajo la forma de un juego arcade de distribución digital. ¿Buenas noticias? No del todo. Desgraciadamente, el cambio jugable y gráfico no parece haberle sentado demasiado bien... De todas formas, relájate, y ponte los guantes de pelear, que nos vamos a tomar el aire fresco a la calle. Veinticinco años después, volvernos a partirnos la cara por las aceras de medio mundo.
Luces de neón
No daremos demasiados rodeos: desde el primer momento en el que se anunció un juego como Double Dragon Neon para las plataformas digitales de las consolas de sobremesa de Sony y Microsoft, muchos comenzaron a desconfiar del resultado final. Y no era para menos. Double Dragon Neon intenta acercarse lo máximo a su homólogo original, y verdaderamente no lo hace nada mal. Su desarrollo es muy parecido, y su esquema jugable es casi idéntico. Pero antes de entrar en liza, debemos dejar los conceptos muy claros: Double Dragon Neon no es un remake -en el sentido más literal de la palabra- del primer juego de la franquicia. Es más bien un tributo, o una reinterpretación de los elementos que hicieron grande al título que lo inició todo hace más de veinte años.
No está de más decirlo, ya que muchos lo tomarán como un seguimiento milimétrico de los personajes, lugares, enemigos y momentos que se mostraron en la primera entrega del 1987, y eso no será así. Claro que toma referencias y secuencias, niveles y protagonistas, pero los entremezcla y muestra a su manera. Double Dragon Neon, comienza como siempre: los hermanos Lee -Jimmy y Billy- se ven envueltos en el misterioso secuestro de su amiga Marian por los malvados hombres del peligroso líder Skullmageddon, obligándonos a abrirnos pasos hasta sus instalaciones a golpe de puñetazo y patada. En un guiño a los momentos iniciales del juego fundacional, veremos como muchas de estas secuencias y diálogos -como decíamos antes- son homólogas a las originales -algo que los fanáticos más acérrimos disfrutarán-. A su vez, nos encontraremos con cameos de enemigos por doquier, algunas fases parecidas -o muy parecidas- y demás mitología varia esparcida por el juego -como las cintas de cassette que nos ayudarán a tener más poder y nivel en los ataques de nuestros personajes, o las tiendas-.
Jugablemente, Double Dragon Neon, no necesita de excesivas explicaciones. Es un juego directo, al estilo de los beat´em up más clásicos y nostálgicos. Golpes y avances sin demasiadas "florituras". Para los más novatos, o aquellos que tengan que refrescar su memoria, les diremos que Double Dragon Neon nos invita a avanzar por diferentes niveles y escenarios -gracias al scroll lateral de una perspectiva en 2D- mientras golpeamos y derrotamos a cientos de enemigos hasta que llegamos a un jefe final. Todo ello sin caer o morir, ya que si lo hacemos, como mandan los cánones, volveremos a comenzar desde el principio, repitiendo todo el nivel en dicha situación. Nuestros dos luchadores, tendrán decenas de golpes, desde los más básicos, a las típicas habilidades especiales y movimientos normales en el género, como los saltos imposibles y los agarres.
Así pues, tenemos un botón para puñetazo, otro para patada y uno de salto, uno para esquivar enemigos, uno más para correr, otro para lanzar ataques especiales, y por último, uno de agarre -que también servirá para coger los objetos del suelo y las armas-. Fácil de entender, ¿verdad? ¿Demasiados controles para el nivel actual de "machacabotones"? Podría ser, pero Double Dragon Neon es un heredero directo de los juegos "old school". Double Dragon Neon se ofrece como un título de mecánicas jugables simples, directas y sencillas de comprender o habituarse a ellas, pero todo bajo el prisma clásico de un juego perteneciente al género beat´em up. Hasta aquí, bien. Desgraciadamente, todo el buen hacer a la hora de ceñirse al planteamiento original del juego, desaparece al poco tiempo de jugar, cuando vemos la multitud de errores jugables y técnicos implementados en el desarrollo final.
Double Dragon Neon, no es un juego fácil -en el sentido más básico del significado de dificultad-, ni uno extremadamente difícil. Es un juego frustrante. No por la curva de dificultad de los enemigos, y tampoco por las fases planteadas o por la falta de práctica a un juego de estas características. Lo es por una mala planificación de la jugabilidad y el movimiento y el timing de respuesta de los personajes, que lo hace poco o nada preciso en multitud de ocasiones. En multitud de momentos, nos encontraremos vendidos por las toscas respuestas de nuestro luchador, quedándonos fuera de plano -los personajes y enemigos se mueven adelante y hacia atrás, además de en varios planos desde el mismo fondo del escenario-, y dejándonos a merced de enemigos o jefes finales de lo más peligroso y eficientes en los combates.
¿Qué cómo nos afectan estos fallos? Pues que no solo estamos hablando de ejecutar mal un salto en una de las fases o secciones de plataformas -escasas, gracias a Dios- que hay por todo el juego. Estamos hablando de que a veces, los puñetazos y golpes que intentemos encajar, no irán a sus destinatarios, convirtiendo los combates en algo muy poco gratificante. Estos fallos pueden significar empezar un nivel desde cero, y cuando no es culpa nuestra, no hace demasiada gracia. A estos problemas de control, hay que sumarle la corta duración del título.
Sí, empezaremos en más de una ocasión desde el principio las fases en las que seamos capaces de caer redondos al suelo, pero aún así, cualquier jugador más o menos avezado será capaz de completar el título al completo en menos de dos horas.
Tened en cuenta además, que el juego puede jugarse en cooperativo con otro jugador -desgraciadamente, Double Dragon Neon no permite el juego cooperativo online, y deberemos hacerlo en una misma consola a nivel local y con un segundo mando-, con lo que si nos ponemos a repartir tollinas a diestro y siniestro con un amigo, lo más seguro es que tardemos todavía menos en terminar el juego. No es algo especialmente malo, pero si buscáis un juego de golpes -tanto para jugar solos, como para hacerlo acompañado- variado y largo, quizás deberíais tener dicho detalle en cuenta -aunque todo hay que decirlo, Double Dragon Neon atesora algo de rejugabilidad en sus carnes-.
A nivel artístico, Double Dragon Neon nos deja una extraña sensación de desconcierto. Por un lado, entendemos y somos capaces de alabar la intenciones de realizar un homenaje a los juegos en 2D originales, pero adaptándolos a las nuevas tecnologías y reclamos visuales. Pero por otra, no comprendemos que se haya utilizado un estilo artístico tan, tan feo. O más bien, horrible. Hay momentos en los que la fusión de elementos propios del pixel art y las consolas o recreativas tradicionales se mezclan con efectos y trucos gráficos más propios de la época actual con poco o ningún atino, en lo que suponemos, un intento de entrecruzar lo mejor de ambos mundos y edades. Y no, no funcionan. Se ha intentado respetar la apariencia "ochentera" de los personajes principales -como los hermanos Lee- y los enemigos -poco variados, dicho sea de paso- o escenarios, pero nada parece tener demasiada coherencia o calidad a nivel global. Sí, se han aumentado la complejidad de los modelados, los escenarios y demás elementos, pero no terminan de cuajar, ni ser tan funcionales como los gráficos originales -¿tanto habría costado una remasterización en HD?-. De hecho, las animaciones nos parecen considerablemente peores que las anteriores, con transiciones toscas -que agravan el problema de respuesta que decíamos con respecto a los controles- y poco fluidas o trabajadas. Y ojo, que quede claro que en este agravio comparativo con respecto al pasado, no hablamos ni nos sentimos atrapados por la nostalgia -que puede algo de ella quede también en nuestros pulgares y recuerdos-. Hablamos de comodidad. De ser prácticos respecto al jugador. Y Double Dragon Neon, a nivel gráfico, no lo es. Es confuso. La banda sonora -que intercala temas de rock y techno-, por su parte, nos ha dejado absolutamente maravillados. Contundente, fiel a la época y muy disfrutable a nivel general -y más y cuando, tiene un componente jugable y estratégico directo en la jugabilidad-
Conclusiones finales
Double Dragon Neon es, a todas luces, un juego mediocre. De aprobado raspado, raspado. Su duración es muy, muy justa, y adolece de ciertas fallas jugables que pueden chafar y lastrar la experiencia a todos aquellos jugadores que quieran revivir las sensaciones disfrutadas con cualquiera de las entregas anteriores. Ofrece momentos entretenidos de cara al cooperativo con otro jugador en la misma consola, y una rejugabilidad que puede ser interesante para más de un usuario de consola ávido de emociones y experiencias clásicas, pero no creemos que así se compensen los problemas que arrastra -a menos que se sea un verdadero fanático de la franquicia-. Y es que Double Dragon Neon, atesora algunas luces de neón y un montón de sombras fluorescentes.