Análisis de Blur (PS3, PC, Xbox 360)
Piensa en series conocidas de juegos de carreras. A poco que seas aficionado a los videojuegos seguro que has podido recordar cinco en menos de diez segundos. Es uno de los géneros con más franquicias del mercado. Podía parecer que no había lugar para ninguna más, pero Blur ha demostrado que es posible añadir un carril más en la carretera.
Lo más curioso es que Blur perfila su personalidad utilizando unos elementos poco originales. La comparación más habitual es Mario Kart y su jugabilidad basada en recoger elementos de la pista y lanzarlos al enemigo para estorbarle, o con Burnout y sus choques… Es cierto que bebe de esas fuentes, y de algunas más, pero lo que hace es recomponer esa jugabilidad para adaptarla a otra más ambiciosa y completa, lo que evita que el juego sea una simple copia.
La estrategia y los potenciadores que te convienen varían según tu puesto en la carrera
La base del juego reside en recoger potenciadores que encuentras en la carretera y utilizarlos contra los vehículos rivales. Algunos de ellos son ofensivos, como una mina o una andanada de energía que lanzas hacia el coche que te antecede, y otros tienen carácter defensivo, como un escudo que te evita encontronazos y ataques durante unos valiosos segundos. Esto imprime al juego de un componente estratégico, ya que deberás decidir cuándo y cómo utilizar el potenciador para que te sea lo más beneficioso posible, teniendo en cuenta que sólo puedes almacenar tres a la vez.
Las capacidades de los potenciadores no se limitan a su efecto básico. Algunos puedes lanzarlos en las dos direcciones, de forma que si entras en una curva muy cerrada a mucha velocidad puedes utilizar el nitro para frenar bruscamente y no salirte de la pista, o lanzar una mina como si fuese un misil unos metros por delante tu coche.
Es tan amplio el abanico de posibilidades que ofrecen los potenciadores que consiguen que nunca des una carrera por perdida, ya que todo puede dar un vuelco de forma repentina y es posible pasar del último puesto a la cabeza de carrera en una curva en la que se haya producido una debacle potenciadora. Si estás el último puedes lanzar un rayo que frene el avance de toda la carrera y te permita alcanzar a los demás rivales. Cuando estás en el centro del meollo, un buen empujón limpiará la pista. Si ocupas el primer puesto te protegerás con el escudo y dejarás minas para los que te siguen. A la hora de coger el potenciador que te interese, deberás estar vivo para usar un nitro que te permita adelantarte a los demás coches o empujar a alguno para arrebatárselo en el momento exacto.
Es el mejor antídoto contra la frustración que suele producir el género cuando ves que los demás desaparecen de tu vista. En Blur no das ninguna carrera por perdida. De igual forma, ocupar la primera posición y llevar ventaja a tus perseguidores no te permitirá relajarte lo más mínimo. Deberás tener siempre el ojo puesto en el retrovisor porque no hay tregua.
La profundidad de Blur es, simplemente, extraordinaria. Además de utilizar los potenciadores de diversas maneras, puedes modificar tu vehículo y conseguir, por ejemplo, que todos los modificadores sean explosivos o que no sea necesario pasar sobre ellos para cogerlos.
Dime con qué coche corres y te diré si vas a superar la prueba
Cabría esperar que la conducción fuese un apartado poco cuidado a favor de unos potenciadores tan completos, pero estamos hablando de Bizarre (Project Gotham Racing), de forma que es importante tu habilidad sobre la pista –lo que te permitirá, por ejemplo, evitar una bola de energía dando un volantazo en el momento adecuado- y, sobre todo, elegir el vehículo adecuado para cada carrera teniendo en cuenta el estado de la pista y el trazado.
De hecho, lo que constituye uno de los puntos más destacables del título es también una de sus debilidades, al menos en el modo en solitario. Si no conduces el vehículo adecuado, tienes pocas probabilidades de terminar la prueba en uno de los tres primeros puestos, requisito necesario para superar la carrera.
Pero Blur es más complejo todavía que combinar unos potenciadores y la conducción. Para avanzar en el juego necesitas subirte al pódium y desbloquear competiciones, pero también debes conseguir fans, lo que te permitirá obtener nuevos vehículos. El sistema de fans remite directamente a los kudos de PGR. Los consigues con buenos detalles en la conducción o cumpliendo requisitos específicos.
Por si tuvieras poco de qué ocuparte durante la carrera con los potenciadores y tu conducción, en un lugar determinado aparecerá un desafío de fans; si lo activas, debes pasar bajo unos portales tan rápido como puedas para obtener más fans. Bizarre consigue que seas capaz de hacer las tres cosas a la vez y además disfrutarlo.
En el modo para un jugador deberás luchar contra nueve jefes, cada uno de ellos te pide unos requisitos para aceptar enfrentarse a ti en una carrera uno contra uno. La curva de dificultad es un tanto abrupta en algunos sitios y, aunque el control del juego es exquisito y apto para cualquier tipo de jugador, llegar hasta cada jefe no es ningún paseo; la progresión es exigente.
No obstante, avanzar por Blur es agradable y divertido. Los distintos tipos de carreras aportan la variedad suficiente: carreras con potenciadores, de destrucción en las que sólo tienes proyectiles y debes eliminar a los rivales para añadir segundos al cronómetro, de puntos de control en los que combinas nitro y la recogida de cronómetros para llegar al final o uno contra uno en las peleas contra jefes finales.
Un multijugador variado, rico y consistente
Si el modo para un jugador constituye una grata experiencia, como se trata de un juego en el que hay que poner zancadillas al contrario, los mejores momentos llegan del multijugador. Pueden jugar hasta cuatro personas a pantalla partida, y el juego demuestra que puede hacerlo sin pestañear.
En las carreras online compiten hasta 20 jugadores. Call of Duty: Modern Warfare marcó un antes y un después en la competición online, estableciendo una serie de normas que se han universalizado. En Autoescuela compites con gente de nivel parecido al tuyo, y vas desbloqueando nuevos tipos de carreras según vayas logrando más nivel, algo que sucede gracias a los fans, y tienes hasta modos cooperativos y en equipo. Interesante es especialmente el modo Motomasacre, individual o por equipos.
Blur se suma también a una característica que está cobrando cada vez más popularidad en los videojuegos, la de compartir con tus amigos, ya sea enviándoles un desafío personalizado o subiendo a Facebook o Twitter algunos de los momentos o fotos que hayas conseguido durante el juego.
Bizarre logra plasmar tanta variedad y profundidad con una facilidad de uso de la que deberían aprender muchas empresas. Pocos juegos hay tan intuitivos y con una interfaz tan agradable y útil.
Los circuitos están tomados de lugares reales -como Barcelona, que cuenta con varios circuitos- que plasma de forma muy realista, un empeño que también se ve reflejado en los alrededor de 50 vehículos licenciados.
Bizarre se ha consolidado más que nunca como estudio especializado en juegos de conducción. Blur es una propuesta atractiva, intensa, emocionante y rápida; el armazón sobre el que está construido es sólido y tiene potencial, y la profundidad del juego es más que satisfactoria. Únicamente necesita reafirmar su personalidad y efectuar algún pequeño reequilibrado.