Análisis de Birds of Steel (PS3, Xbox 360)
Desde el inicio de los tiempos, el hombre se ha sentido atraído por alzarse del suelo. Por volar y planear como los pájaros que lo rodeaban. Dada la imposibilidad de hacerlo por métodos naturales, y debido a su condición física, tuvo que aprovechar su ingenio y su intelecto para desarrollar y crear otros medios con los que surcar los cielos. Del deseo, se pasó a la necesidad. Y en tiempos difíciles y de conflicto, cuando la pólvora y la metralla se convertían en nubarrones de tormenta, los aviones y los medios aéreos se convirtieron en una pieza más en el ajedrez de la guerra.
Hace unos años, Gaijin Entertainment nos sorprendió a propios y extraños con un título que se salía de la tónica imperante en los juegos de aviones destinados a consola. IL-2 Sturmovik: Birds of Prey nos arrojó de lleno a una simulación aérea realista, pero a la vez consciente de su naturaleza y directa derivada de su concepción para consolas, y eso, nos encandiló. Su fórmula no podía ser más llevadera y entretenida (sabía darle a cada usuario su ración de dificultad exacta), consiguiendo que los más variados jugadores se rindieran a sus bondades. Ahora, tres años después, Konami nos trae de nuevo a la Segunda Guerra Mundial, nos vuelve a invitar a tomar con fuerza y decisión los mandos de un caza y nos propone combatir en los cielos del Pacífico, donde se libraron las más emocionantes y peligrosas batallas aeronavales de la historia.
La batalla por el Pacífico
Birds of Steel es la secuela directa del galardonado y exitoso Birds of Prey (2009), ambos desarrollados por el estudio ruso Gaijin Entertainment, expertos en la simulación aérea, y con algunos títulos reputados bajo su haber. No obstante, son un grupo desarrollador con muchísima experiencia, y eso se nota en cada píxel y situación del presente juego. En esta ocasión, y en contra de la habitual (y ya usada hasta la saciedad) ambientación meramente europea, Birds of Steel nos propondrá combatir por los cielos azules y los ambientes paradisiacos del Pacífico, rememorando las diferentes campañas, batallas y misiones que acontecieron en la otra parte del mundo. Para ello, Gaijin Entertainment ha querido dotar a su juego de un mimo inusitado en cuanto a la ambientación y localización histórica, esforzándose por mostrarnos unas completas introducciones en blanco y negro con imágenes de archivo antes de cada misión, que nos ayudarán a comprender el contexto en el que se desarrollará el juego, y la importancia del papel que podremos jugar en esa precisa contienda.
Birds of Steel comenzará en los meses previos al ataque japonés a Pearl Harbor. Al comienzo encarnaremos a un anónimo piloto, que aprenderá a manejarse con el avión que le servirá de arma en un futuro. En estos primeros compases del juego, que servirán de toma de contacto con el control y con las mecánicas jugables (que os explicaremos más adelante), veremos las directrices básicas a seguir en combate, los movimientos más útiles en caso de contienda y las nociones primordiales a la hora de disparar o aterrizar en tierra o en los portaaviones de turno. En pocos minutos, y gracias a un tutorial condensado y a la altura del pormenorizado control (aunque muy accesible), aprenderemos a surcar el aire como un piloto de reputada y contrastada experiencia.
Estos minutos de aprendizaje sobre la isla de Hawái, son primordiales en el devenir del juego, ya que aparte de ser un cúmulo de nociones esenciales para sobrevivir en las misiones posteriores, también nos ayudarán a tomar consciencia de las complicaciones que derivan de los pequeños detalles o descuidos. ¿Por qué hacemos hincapié en esto? Pues porque pasaremos de estar volando en círculos y aprendiendo a aterrizar o despegar sin quemar o forzar el motor de nuestro aeroplano, a blandirnos las alas en unos atestados cielos llenos de japoneses y baterías antiaéreas.
Los controles habilitados por Gaijin Entertainment en este Birds of Steel están perfectamente indicados para cualquier tipo de jugador, desde los más neófitos y novatos en los juegos de aviación, a los que buscan una experiencia más completa, llena de detalles y por consiguiente, más realista. A priori, tendremos tres opciones de juego diferentes, herederas del anterior título de la saga, y que nos marcarán un estilo u otro a la hora de jugar y pilotar. La versión más básica se llamara "Simplificado", donde apenas arañaremos la superficie de la simulación, pero que proporcionará una experiencia bastante rica y completa si solo queremos pilotar y combatir. Como término medio, tenemos el control "Realista", mucho más completo que el anterior, ya que introduce mecánicas como un control de daños más realista, ciertos ajustes en el cuidado del motor y una serie de cambios en las fases de aterrizaje y despegue, que se convertirán en verdaderas proezas para el jugador. Por último, y como categoría dedicada únicamente a los usuarios más exigentes, tenemos la opción "Simulador", un compendio de detalles apto para aquellos jugadores que quieran invertir horas en el juego, y que prefieran sentir con más realismo la sensación de pilotar un avión en medio del combate.
Cabe destacar, que si por algún casual queremos buscar una experiencia totalmente personalizada, con Birds of Steel también podemos. Y es que se ha procurado crear una especie de control personalizable, donde el jugador marca los parámetros a activar o eliminar, ayudando y mucho, a crear un sistema de juego y control donde el usuario se sienta lo más cómodo posible.
Como extra a las configuraciones existentes, Gaijin Entertainment también ha querido introducir una utilísima opción a la hora de desactivar o habilitar el consumo de combustible y munición en las partidas. Aunque pueda resultar o parece baladí, dicha posibilidad, facilitará las cosas en esas misiones donde debido a la ingente cantidad de cazas Zero enemigos, tendremos que realizar maniobras y piruetas bruscas para evitar que se peguen a nuestra cola, y donde cada bala puede ser de vital importancia. En caso de activar la opción de consumo de combustible y de munición, deberemos repostar cada cierto tiempo en cualquiera de las bases aéreas o portaaviones del escenario. Y bajo fuego enemigo, repetimos, es algo tan difícil como estresante. Pero divertido, al fin y al cabo.
El modo campaña de Birds of Steel es bastante extenso, completo y variado. Gaijin Entertainment ha sabido conjugar con maestría varios momentos álgidos de la campaña del Pacífico con otras batallas y misiones menos conocidas, ayudándonos a intercalar niveles como el citado ataque a Pearl Harbor, con otras como la resistencia de la isla de Wake (una de nuestras misiones preferidas) o la sangrienta y longeva batalla de Guadalcanal. Por si fuera poco, Midway también contará con su propia serie de misiones, en un espectáculo bélico pocas veces visto en consola, con decenas de aeronaves surcando los cielos y con varios buques, destructores y barcos acorazados batiéndose abajo en los mares. Las tres campañas están excelentemente planteadas, ofreciéndonos en cada misión, una curva de dificultad muy ajustada, desbloqueándose la siguiente "estación" a superar conforme vamos logrando los objetivos. Las misiones son bastante variadas, con objetivos distintos y bien adecuados a la campaña o batalla que estemos jugando en concreto.
Lo mismo estaremos dirigiendo a un jovencísimo escuadrón de aviones en una misión de reconocimiento, que bombardeando posiciones en tierra del enemigo o afrontando una defensa en abrumadora minoría.
Además, cabe hacer mención a la duración variable de cada una de ellas, donde el jugador, tendrá un papel determinante. Y es que, descontando los objetivos secundarios que encontraremos en multitud de ellas, una vez logremos el objetivo principal marcado, tendremos la opción de continuar con ella o dar por terminada nuestra misión. Si decidimos seguir, podremos acceder a una serie de misiones secundarias que nos bonificarán con experiencia extra (con la que desbloquear nuevos aviones de combate), y que irán desde acompañar a tierra firme a un compañero tocado en la contienda hasta otras en las que se nos proporcionará la posibilidad de aterrizar encima de uno de los mastodónticos portaaviones (aunque nos parecerán pequeños cuando veamos que nos falta pista para frenar). Otro añadido que hará que la duración de la campaña aumente considerablemente, es la posibilidad de jugar con ambos bandos, japonés y americano, ayudándonos a tomar varias perspectivas del conflicto.
Si por algún casual, nos cansamos de la campaña o terminamos pronto con ella, nos queda la opción de las misiones individuales, su potente y completo editor, y el multijugador online. Muchas de las misiones individuales en este Birds of Steel, difieren en ambientación con respecto a la campaña principal, y aparte de las cálidas aguas del Pacífico, volveremos a volar por los cielos de Europa en algunas batallas y misiones del frente oriental y occidental. La batalla del río Ruhr (una de las mayores catástrofes del ejército alemán, donde la aviación aliada consiguió acabar con gran parte de las industrias y elementos de abastecimiento del eje, como presas o fábricas de armamento) o el sitio de la isla Malta (donde la RAF británica abatió más de ochocientas aviones alemanes, y donde la Luftwaffe demostró su superioridad y gran resistencia aérea), estarán incluidas como principales reclamos, contando cada una de ellas con varias misiones en su campaña. Una vez más, y gracias a las ingentes opciones de personalización disponibles, en Birds of Steel podremos elegir bando, modificar los años (algo que dependerá de si hemos superado misiones anteriores o hemos desbloqueado los aviones necesarios en concreto) o si así lo queremos, convertirla en una partida online en la que jugar dicha campaña dinámica con otros amigos mediante internet.
El modo multijugador permite hasta 16 combatientes al mismo tiempo, cifra nada despreciable, y que nos deparará más de una tarde o noche realmente divertida. Los modos de juegos disponibles en el modo multijugador no son demasiado complejos, (todos contra todos, control y dominación de escenarios o zonas) pero son lo suficientemente buenos, como para tenernos en más de una ocasión pegados a la pantalla hasta que la partida o el último combatiente quede en pie. Íntimamente relacionado con el modo online, Konami y Gaijin Entertainment, han desarrollado una serie de eventos online diseñados pensando en el multijugador de forma exclusiva, donde se recrearán misiones distintas cada semana, variándonos los retos, los bandos escogidos o la ambientación. Es bastante parecido al visto en juegos de conducción como Gran Turismo, donde cada semana, se incluyen nuevos retos o eventos con los que pasar el rato. Variedad. Y al gusto del jugador (o piloto).
El "Gran Turismo" de los cielos
Si habéis continuado leyendo hasta aquí, y habéis seguido el análisis pormenorizado de algunos de los aspectos como la jugabilidad o la posibilidad de elegir misiones o modos de juego a nuestro antojo, os habréis dado cuenta de que el denominado común de Birds of Steel es el detalle.
Pues bien, si ambos aspectos eran primordiales en la base de un título como este, ¿qué nos decís de los aviones? Gaijin y Konami han querido dotar a su juego de una abrumadora cantidad de aeroplanos de diferentes tamaños y modelos, rozando la mágica cifra de los cien aviones distintos, que se irán desbloqueando conforme ganemos experiencia y cumplamos misiones. A priori, podemos decir que el Hangar mostrado por Birds of Steel es uno de los mayores catálogos de aeronaves jamás vistos en consola alguna, contando con un desglose pormenorizado de variantes de cazas, bombardaderos o cazabombarderos realmente detallados. Da igual el bando que observemos (Reino Unido, Estados Unidos, Unión Soviética, Japón o Alemania), ya que en cada uno de ellos, tendremos las máquinas más míticas o los pájaros de acero más emblemáticos y conocidos.
De los "Stuka" alemanes (Junkers), a los "Sturmovik" rusos, pasando por los "Spitfire" estadounidenses o los "Zero" japoneses, cada modelo contará con sus variantes, modelos equivalentes o superiores. Todo ello ordenado y recreado con una pasión casi enfermiza. Si los modelos en tres dimensiones del exterior son absolutamente perfectos, lo mismo se puede decir de las cabinas interiores. Casi todos los modelos de avión (menos determinados bombarderos) cuentan con un diseño exquisito de la cabina interior, mostrándonos un trabajo de modelado y texturizado digno de alabar en consola. Además, cabe destacar que el manejo de cada uno de ellos es diferente, contando una mayor o menor amplitud de maniobra en los cielos. Así, nos daremos cuenta de que hay aviones más indicados para las incursiones rápidas y directas, y otros diseñados para aguantar los envites de un enemigo furioso. El jugador notará el peso del aeroplano en el control (sobre todo en los niveles de jugabilidad más profesional o realista), y eso es una delicia.
Siguiendo el hilo del plano técnico, debemos decir que Birds of Steel tiene un aspecto general muy consolidado y trabajado. No habrá ningún momento en el que el apartado gráfico nos saque fuera de la experiencia, más bien al contrario, y es que la fluidez con la que se mueve el juego en la situaciones más difíciles (con aglomeración constantes de aviones y explosiones en pantalla), es digna de destacar. Habrá situaciones que nos parezcan especialmente espectaculares (sobre todo si estamos jugando con la vista interior de la cabina activada), donde el humo proveniente de la batalla ensuciará el cristal, mientras vemos como decenas nuestros camaradas y compañeros del aire, luchan contra interminables enemigos por mantenerse en el cielo. Las dimensiones de Birds of Steel son enormes.
Lo mismo estaremos sobrevolando entre las nubes el amplio océano, que surcando y bordeando los contornos de cualquiera de las cientos de miles de islas que componen los archipiélagos del océano Pacífico. El trabajo es bastante loable en dicho aspecto, y eso facilita mucho las cosas al jugador, que se sentirá parte de la batalla una vez se inmiscuya dentro del juego. Puede que haya defectos, y quizás Birds of Steel se quede algo justo en la recreación de algunas texturas y modelados, y aunque algunos efectos de partículas no queden demasiado bien, teniendo en cuenta la proeza técnica que es trasladar decenas de modelos de naves y aviones de combate a la pantalla, creemos que habría que destacar, en mayor o menor medida, el trabajo del estudio.
A nivel sonoro, Birds of Steel funciona realmente bien. La banda sonora que nos acompañará es lo suficientemente épica y solemne, como para hacernos erizar la piel en más de una ocasión, y servirán como un excelente telón de fondo. Si habéis seguido las composiciones de Hans Zimmer o Michael Kamen para series como "The Pacific" o "Hermanos de Sangre", así como ciertas partituras de John Williams ("Salvar al Soldado Ryan" o "El Imperio del Sol"), notaréis inevitablemente ciertos acordes y momentos similares en las pistas escogidas para la banda sonora.
Por su parte, los efectos multicanales en DTS y Dolby Digital son una auténtica experiencia, con sonidos extraídos directamente de las máquinas que muestran en pantalla, y con una profundidad y una distribución del sonido destacable si tenemos un buen equipo de sonido 5.1. Decir que, a su vez, Birds of Steel está completamente doblado y traducido al castellano, con un doblaje variado y a la altura.
Conclusiones finales
Todavía tenemos nuestra chaqueta de cuero puesta, y hay veces incluso, en las que creemos oler a combustible y hollín. Birds of Steel es un juego realmente absorbente y entretenido, plagado de opciones para todo tipo de jugadores. Da lo mismo si buscas una experiencia más arcade o una más completa y realista. Birds of Steel sabe amoldarse al jugador, y como buen simulador, propone diversas configuraciones de control a las que cualquier usuario puede adaptarse. Quizás su cantidad de opciones pueda abrumar, y su planteamiento sea algo complejo para el más neófito, pero su fondo, su duración y su excelente ambientación, merecen una mera inversión de nuestro tiempo. Si eres un aficionado a la Segunda Guerra Mundial, adoras la aviación y necesitas un juego para tu consola con el que evadirte y disfrutar durante meses gracias a su dinámica creación de misiones y campañas o a su largo y completo modo multijugador, haz como nosotros: ve a tu tienda de ropa más cercana, enfúndate una maravillosa chupa de cuero, cruza los dedos, revisa el combustible y despega hacia la inmensidad del azul. Conviértete en el as de los cielos que siempre quisiste ser.