Análisis de Ar Tonelico Qoga (PS3)
Los juegos de rol japonés no abundan en consolas domésticas. Es un hecho. Por eso de vez en cuando se lanza un título de estas características en Europa y nos llama la atención, que además desprende ese aroma 100% del gusto nipón. Siempre hacen algo de ruido entre los jugadores que aún esperan una grata sorpresa de este género para sumar una incorporación más a su colección, y si se trata de una serie conocida –al menos entre los habituados a estos juegos-, como Ar Tonelico, se sigue su pista.
El problema es que Ar Tonelico Qoga: Knell of Ar Ciel para PlayStation 3 es el ejemplo perfecto de los motivos de lenta desaparición de este tipo de RPG en occidente. El juego desarrollado por Gust es muy japonés, hasta sus últimas consecuencias, y seguro que aún encuentra un grupo de incondicionales que busca precisamente todas las características de este juego.
Pero para la gran mayoría, es posible que sólo resalten las muchas ideas que toma prestadas de diversos otros juegos y que une sin demasiada coherencia, para dar como resultado un juego por momentos visualmente atractivo, pero completamente desactualizado técnicamente, y con una mecánica que no ha evolucionado un ápice desde hace casi dos décadas.
Qoga no es un juego que se tome en serio a sí mismo y es quizás ese uno de los motivos que nos mantiene la curiosidad para seguir avanzando en su historia, tan absurda como insustancial. Está ambientado en Sol Cluster, y continúa la historia de Ar Tonelico 2. Esta región se encuentra en una de las torres del mundo de Ar Ciel. La mitología de este juego se hace algo liosa sin conocer anteriores entregas, y en cualquier caso el argumento principal está casi en segundo plano, las situaciones en su lugar están generadas por las aventuras que pasan los protagonistas, que en este caso comienza con Aoto, un joven que se cruza con una chica atacada por tropas de un país rival, Clustania. Saki, la chica, resulta que no es normal, se trata de un proyecto creado en un centro de investigación y que podría tener un gran impacto en el mundo del juego. Ha huido antes de ser ejecutada y Aoto decidirá entonces protegerla junto con alguno de sus amigos. El juego no ha sido traducido al castellano, y muchos de los diálogos se pierden en información poco trascendente del universo Ar Tonelico, así que seguir con atención la historia por momentos se hace difícil –o poco interesante-.
Que el juego es casi una parodia de sí mismo es algo visible desde el inicio. Uno de los primeros enemigos del juego es un gran hombretón vestido como colegiala, y por cuestiones difíciles de explicar, las Reyvateil como Saki tienden a perder la ropa con mucha facilidad, de hecho, cuanta más piel muestran en los combates, más poder ganan; en otro momento, Saki vende la mayor parte de su ropa para ganar dinero. Como vemos, la "disculpa" para mostrar ropa interior a veces ni siquiera está bien trabajada. Estos ejemplos y otros muchos demuestran que a Qoga no se puede jugar con la misma mentalidad que a otros juegos más épicos o trascendentes. Sabiendo esto, podremos disfrutar más del juego sin esperar demasiado de este apartado.
Este tercer Ar Tonelico se inspira en muchas ideas diversas, no todas buenas, que influyen tanto en los gráficos como en la jugabilidad. Comenzamos por la exploración: interiores y ciudades están realizados como ilustraciones o renders –puede que un poco de ambas- estáticas a la vieja usanza, tal y como la mayoría de RPG en 32 bits. Quizás sea algo un poco chocante a estas alturas, pero al final resultan muy bonitos y casi frescos a estas alturas. El juego hace zoom según la distancia, se mueve muy fluido y la dirección artística es preciosa –que nos guste o no es otro tema-, así que es un lujo ver algunos de estos paisajes en alta definición. Los personajes no están del todo bien integrados, pero no vamos a ser excesivamente exigentes en este sentido.
Pero aquí vienen algunas de las otras características tomadas y mezcladas sin demasiado criterio: por ejemplo, los diálogos con otros personajes pueden ser tanto con el sistema clásico –y algo pobre- de retratos a toda pantalla con un par de gestos según los estados de ánimo, u optar por animaciones. No queda muy claro por qué han elegido en unos momentos una opción u otro, o quizás sí: los diálogos más largos mediante imágenes casi estáticas, las cinemáticas para las secuencias breves. Otra cosa que nos sorprende: de los juegos de rol estratégico toma la exploración de ciudades por medio de menús, lo cual nos desconcierta; decides que zona visitar, llegas y exploras una pantalla –estática- con gente y algunos lugares en los que entrar, pero si quieres ir a otra parte de la ciudad, vuelta al menú. Resultado: se pierde completamente la sensación de explorar una ciudad, sólo ves una serie de fondos por los que caminas, sin demasiado que hacer. No ayuda mucho la poca vida que desprenden estos lugares, con personajes –poligonales- que ni se mueven.
Sin embargo, la exploración fuera de las ciudades se realiza en entornos tridimensionales con cámaras fijas que realizan desplazamientos, con algún camino opcional que esconde un cofre o similar, pero muy lineal en esencia. Gráficamente en estos momentos el juego no está a la altura de la generación, Final Fantasy X –sí, la décima entrega de PlayStation 2- en alta definición daría mucha mejor impresión que Ar Tonelico Qoga. La ventaja es que la nitidez y fluidez a 60 imágenes por segundo se notan, algo lógico cuando PlayStation 3 va tan sobrada con este juego. Esta exploración en entornos poligonales esconde pocas ideas novedosas, básicamente es ir de un sitio a otro, con algún ocasional desnivel que tenemos que saltar; por cierto, ¿para qué se incluye un botón de salto si no hay necesidad ni secciones reales de plataformas? Algunas decisiones son desconcertantes.
Si nos sorprende la mezcla de entornos estáticos con tridimensionales y ciudades con menús, aún tiene otro elemento rolero clásico que habría sido mejor enterrar: combates aleatorios. Esos molestos cambios a combate cuando estás caminando tranquilamente por una cueva totalmente vacía –de enemigos y de detalle general- son otra característica que nos lleva décadas atrás. Al menos se ha incluido un medidor que avisa cuándo estamos muy cerca de ser atacados. Pero por suerte, encontramos en los combates el único punto algo interesante de todo Qoga, porque a pesar de lo que podría esperarse tras ver el funcionamiento de la exploración, no utiliza combates por turnos –que habría sido la puntilla a este fallido homenaje en toda regla al rol de los años 90-.
Las batallas se basan en las Reyvateil, las chicas que utilizan magia cantando durante el combate, ofreciendo poder a los combatientes del equipo para aumentar sus habilidades. La jugabilidad se centra en sincronizar los ataques que realizamos en la lucha en tiempo real con la canción. La Reyvateil está físicamente en la zona de combate –un área circular no demasiado amplio-, así que debemos luchar contra los enemigos y mantener un ojo en ella para que no sea atacada, porque está indefensa. Sincronizando los ataques según una gráfica de su canto, podemos conseguir "purgar" a la joven, que, oh sorpresa, significa que pierde algo de ropa, pero gana más magia. Esto se puede repetir en más ocasiones dependiendo de la relación de Aoto con las chicas –que se decide según algunas preguntas en diálogos- para conseguir más poder y ver más ropa interior.
La mecánica de las batallas es quizás lo único algo original del juego. Vigilando la gráfica del canto, si atacamos en las notas altas, vamos haciendo que el corazón de la Reyvateil aumente y pueda usar magia. Cuando alcanza un tamaño, utilizamos la purga, que se realiza agitando el mando y pulsando con uno de los gatillos del pad, según el cual se mejora la defensa, el ataque o la velocidad, por ejemplo. Hay varias cantantes en el juego, cada una con diferentes características en magias, así que conviene tener una buena relación con ellas. Luego tenemos también ataques especiales para los personajes y el uso de objetos de nuestro inventario, y la posibilidad de cambiar de personaje controlado –el resto los maneja la inteligencia artificial-.
Hay otra opción típica del rol en Qoga, la creación de armas, objetos en las posadas y zonas de descanso, mediante los ítems conseguidos en cofres, vendedores y las batallas. Se necesitan los ingredientes y a una Reyvateil, que hará de cocinera del producto.
Ar Tonelico 3 es un juego muy lineal, no ya por la limitada exploración, también por la inexistencia de misiones alternativas a la historia principal, exceptuando la posibilidad de "navegar" dentro de las chicas. Esta es otra de las formas de conocer mejor a las jóvenes y mejorar la relación con ellas en minipuzles y test, y supone que gracias a una máquina, podemos entrar y ver aspectos de su subconsciente para descubrir las inquietudes o problemas de las Reyvateil. Son lugares muy extraños y absurdos, en los que utilizamos una serie de puntos por cada acción que realizamos; si se agotan, se termina la conexión. Hay diferentes niveles dentro de cada chica, descubriendo aspectos de la personalidad.
No es un juego especialmente difícil, aunque durará en torno a 30 horas. Tiene tres niveles de dificultad, y jugando en el nivel normal encontraremos combates que duran poquísimos segundos, menos tiempo que todo el proceso de carga de escenario, presentación y recuento de puntos obtenidos. Las cargas tampoco son molestas, pero mencionar que el Qoga tiene una instalación obligatoria de más de 5 Gb, un tamaño que nos parece excesivo.
En definitiva, Qoga recoge muchas ideas del género, algunas de las cuales nunca nos han gustado demasiado, otras que sencillamente no han sido bien ejecutadas y sólo presenta alguna interesante. Podemos pasar por alto el bajo nivel técnico –porque en los escenarios estáticos llega a ser muy bonito- ya que carece de grandes defectos, y la historia sencillamente se orienta a un público muy específico, pero la sensación general es la de ver un montón de elementos reciclados de muchísimos juegos, con un aceptable sistema de combate que recuerda en parte a Star Ocean.
El juego va acompañado de su banda sonora, y es este sin duda el apartado más sobresaliente de Ar Tonelico 3, así como lo ha sido de toda la saga. Las canciones con coros son magníficas, no podía ser de otra manera centrando el argumento e incluso la jugabilidad en el poder de las canciones. Los temas para la exploración y música ambiental no son tan llamativos, aunque mantienen un buen nivel. Las voces son de estética anime, apropiadas para el estilo de personajes y situaciones desenfadadas.
Conclusiones
Es difícil valorar un juego que está tan centrado en un espectro reducido de jugadores porque hay muchos defectos que son propios del público al que se dirige. La débil historia, los estereotipados personajes y ligeras situaciones eróticas hacen un flaco favor a una jugabiliad extremadamente limitada que como puntos positivos está el sistema de combate, tampoco demasiado original, y los elementos de interacción con las chicas para mejorar en las batallas. Los coloridos gráficos disimulan aunque no totalmente las carencias técnicas.
Ar Tonelico Qoga: Knell of Ar Ciel no es un mal juego pero realmente esperábamos algo más. Posiblemente los más incondicionales del JRPG encuentren en lo último de Gust un digno representante del género, en lo bueno y lo malo, pero que más allá de llegar en un momento "difícil" para el rol japonés, no ofrece nada nuevo ni notable.