Análisis de 1942: Joint Strike PSN (PS3, Xbox 360)
Una de las novedades de las consolas de nueva generación, más allá de gráficos en alta definición o nuevos formatos como el Blu-ray o el HD-DVD, es la generalización y masificación del contenido descargable. No solo hay numerosos extras que añadir a los juegos, o contenido relacionado con ellos como fondos de escritorio, sino que a través de Xbox Live o PlayStation Network se ha creado un prometedor mercado de juegos descargables que, aunque lejos todavía de los volúmenes de las tiendas tradicionales, se ha convertido en el escaparate de juegos muy interesantes que muy dudosamente habrían llegado a las tiendas de no existir este nuevo canal de distribución.
Distribuir por las tiendas de todo el mundo un híbrido entre secuela y remake del matamarcianos 1942 habría sido parecido a un suicidio comercial; sin embargo, los sistemas de descargas han permitido que Capcom, una de las compañías que más apuestan por esta iniciativa, se haya puesto manos a la obra para ofrecer a los numerosos fans de este tipo de juegos una experiencia tradicional en lo jugable, pero puesta al día a nivel gráfico.
1942: Joint Strike es un matamarcianos clásico en jugabilidad, con jefes finales gigantescos a los que habrá que destruir por partes, y numerosos enemigos, saliendo de un lado a otro de la pantalla cumpliendo su papel de teloneros, pero al mismo tiempo muestra un apartado gráfico muy vistoso.
Aunque han pasado 25 años desde el lanzamiento del juego original, este remake mantiene la idea y la ambientación, pero cambia todo lo demás. Los niveles se han rehecho, adaptándolos a pantalla panorámica, lo que cambia mucho las cosas. El escenario angosto del juego anterior se convierte ahora en un campo de batalla amplio, donde tenemos más espacio para maniobrar y esquivar, caben más enemigos, y oleadas más largas de ellos, y por supuesto jefes finales de mayor tamaño. También propicia que el juego sea muy divertido, y no tan confuso como podría, a dos jugadores, lo que precisamente da título al juego, Joint Strike.
El modo para dos jugadores de 1942 puede jugarse tanto en la misma consola y habitación como a través de la red, si bien esta última modalidad nos dio algunos problemas que, esperamos, se solucionarán con el tiempo. La dinámica no cambia, tenemos uno de tres aviones a nuestra disposición, con un arma principal que podremos mejorar a medida que cojamos ítems (disparo cuádruple, disparo en varias direcciones, disparo láser, etc…), y un ataque especial de bomba que acaba con todo lo que hay en la pantalla. La diferencia es que con nuestro compañero podremos hacer un ataque conjunto que, bien ejecutado, es tremendamente efectivo contra los enemigos.
Tenemos tres ataques diferentes y todos exigen que los dos jugadores se coordinen para lograr la máxima eficiencia; esta coordinación no llega por supuesto al nivel de juegos de acción tácticos, pero sí requiere cierto posicionamiento inteligente en el escenario para maximizar el poder destructivo del ataque especial. Cuando estemos en solitario no tendremos estos ataques a nuestra disposición, sino misiles, no tan efectivos como los anteriores, y sobre todo no tan entretenidos.
Cada una de las fases está organizada como si de un asalto contra el jefe final se tratase. Generalmente, salvo excepciones en las que tendremos que huir del campo de batalla, perseguidos por el enemigo, la fase terminará con el enfrentamiento contra el jefe final, tras haber combatido antes contra legiones de enemigos, saliendo organizadamente de los lados de la pantalla, o bien atacándonos desde arriba o desde detrás. Aparte de un largo repertorio de aviones de todos los tamaños y fortalezas, tendremos que hacer frente también a fuerzas de superficie como tanques y estructuras defensivas. A veces, el juego entrará en un modo cinemático antes de un enfrentamiento o al cambiar de una zona del escenario a otra.
Con una duración corta, pero intensa, y tremendamente rejugable gracias a la naturaleza arcade del juego y a su divertido multijugador, 1942: Joint Strike es una compra muy interesante para los aficionados a los mata-mata clásicos. No tiene grandes cambios a nivel jugable respecto al original, aunque se haya cambiado todo el escenario, y la novedad del modo para dos jugadores con ataques conjuntos es interesante y resulta divertida, especialmente si jugamos con nuestro compañero al lado. Los que echen de menos un juego de los clásicos tienen en 1942 una buena compra, y además con un apartado gráfico muy vistoso.