Análisis de Virtua Fighter 4 Evolution (PS2)
Virtua Fighter 4 puede considerarse el juego más representativo de la conversión de Sega a third party, cuando poco tiempo después del fallecimiento prematuro de Dreamcast la compañía anunció que la esperada versión consola de uno de sus juegos insignia sería exclusivo para PlayStation 2. Ha pasado tiempo desde aquello, y VF4, pese a lo poco conocida que es la saga en occidente, obtuvo bastante éxito gracias a su extraordinaria calidad. Un año después, desembarca en Europa la versión "definitiva" del juego, mientras sus fans esperan a una quinta entrega de la que todavía no se sabe nada. Virtua Fighter 4 Evolution es una perfecta evolución: Corrige las debilidades de VF4 y aporta novedades, siendo la más notable sus dos nuevos personajes.
Aunque dos pueda parecer un número bajo, añadir personajes en el juego de lucha de AM2 es siempre algo complicado. Virtua Fighter es un juego de lucha, por decirlo de alguna manera, matemático. Los movimientos hacen un daño determinado, durán una determinada cantidad de frames y tienen otra cantidad de frames de reposo.
Todos los personajes y sus respectivos movimientos están equilibrados para que ninguno de ellos tenga ventaja sobre los demás, para que solo cuente la habilidad del jugador, su habilidad para pensar en qué movimiento es el más apropiado, para anticiparse al adversario y su dominio de un personaje que tiene unos pros y contras que se equilibran a su contrincante. Por lo tanto, la introducción de dos "elementos extraños" en esta complicada ecuación no es un trabajo fácil.
Sus nombres son Goh Hinogami y Brad Burns, y hacen un total de quince luchadores. Hinogami es el típico personaje con aspecto raro y cara de malo, y su estilo de lucha es el Judo. Burns, en cambio, es el típico kickboxer, con el pantalon corto de color rojo. Los otros trece son los personajes de Virtua Fighter 4 aunque, eso sí, con alguna que otra novedad. Algunos tienen más movimientos nuevos que otros, pero sin duda la que más destaca es Pai, cuyo estilo de lucha se ha diferenciado del de Lau, su padre en la historia del juego.
La otra novedad importante de esta Evolución la constituye el nuevo modo Quest, que sustituye al Kumite del juego original. El Kumite había sido una gran idea, al proporcionar un modo de juego para un jugador con una impresionante duración; si recordáis, en él nos enfrentábamos a una serie de oponentes con una personalidad propia, gracias al sistema de inteligencia artificial diseñado por AM2, donde estaban los más famosos jugadores de VF.Net, el sistema de rankings japonés del juego.
En esta ocasión, la evolución del modo Kumite es el Quest, que básicamente consiste en lo mismo, en luchar contra otros jugadores japoneses con su estilo de lucha traducido a patrones de inteligencia artificial, pero que ha sido rediseñado para que esté estructurado de una manera organizada y vistosa. Iremos por los arcades de Tokio batiendo a nuestros oponentes, según las reglas de cada salón recreativo, para lograr clasificarnos para el torneo local; si lo ganamos, podremos acceder al siguiente recreativo, para poder participar finalmente en el gran torneo organizado por Sega.
De nuevo nuestro jugador estará clasificado según una especie de escalera de niveles, siendo los inferiores los kyu (de 10 a 1, iremos ascendiendo a través de ellos ganando experiencia, es decir, ganando combates), y los superiores los Dan, que dan paso luego a clasificaciones especiales como "Champion". La forma de conseguir los niveles Dan ya es más complicada, y responden a rachas de victorias consecutivas contra adversarios de nivel superior. También podremos perder un nivel Dan si perdemos varios combates consecutivos. Este modo Quest le da al juego una increible duración para un solo jugador, gracias a la variedad de oponentes a los que nos enfrentaremos, con todo tipo de condiciones y reglas. Con el dinero que consigamos en este modo podremos comprar cosas como vídeos de la saga, los modelos del Virtua Fighter original y nuevos objetos para ponerle a nuestro luchador. También conseguiremos objetos y emblemas derrotando a oponentes en los numerosos arcades. Como siempre, las posibilidades de configurar a nuestro luchador son muy numerosas, como demostrarán algunos de los contrincantes que tendremos a lo largo de este modo.
Otra novedad interesante la constituye el "Mission Mode" del modo Arcade. En algunos combates, aparte de tener que derrotar al adversario, el juego nos propondrá retos del estilo "Golpéale 20 veces", "Que sólo te tumbe cuatro veces", "Hazle cinco llaves", etc... No será obligatorio cumplirlos para pasar al siguiente oponente, pero si lo hacemos nos darán regalos. Otro detalle novedoso del modo arcade es que el orden de los adversarios ya no es el mismo siempre.
En el apartado gráfico destaca por encima de todo el uso del antialiasing a pantalla completa, que elimina los bordes dentados o jaggies de la versión original dándole al juego un aspecto mucho mejor, especialmente en los primeros planos al inicio o fin de los combates. También se han mejorado los escenarios, introduciendo más elementos (más pájaros volando, por ejemplo), y haciendo que haya varias versiones de cada uno dependiendo de las condiciones atmosféricas, algo que aunque no influya en la jugabilidad se agradece. Siguen estando esos detalles de calidad como las pisadas en la arena del escenario de Jeffrey, los truenos en el de Sarah o los adoquines rotos en el del monje budista. Ningun punto negativo, aunque poniéndonos quisquillosos podríamos quejarnos de algún slowdown puntual en la introducción de los escenarios (no así en el juego, que corre a 60 cuadros por segundo y además cuenta con el modo de 60 Hz para poder disfrutarlo al máximo), y la escasez de presentaciones del modo Quest y cada uno los torneos de los recreativos.
En el sonido, se han añadido algunos nuevos efectos sonoros, que siguen siendo idóneos para cada tipo de golpe (los sonidos de "contundencia" para los golpes más fuertes son muy acertado). La música sigue la línea de VF4, con melodias electrónicas y de marcado toque oriental. Las voces, escasas (el announcer y alguna que otra frase de antes y después del combate), están en inglés.
El control de los personajes sigue siendo el mismo que el de la versión original (aunque configurable); los botones principales (patada, puño y cubrirse) son los frontales del mando (el de puño se repite, en X y Triángulo). Para los que no les guste pulsar botones a la vez, los L1, L2, R1 y R2 son las combinaciones de los principales, haciendo que podamos ejecutar movimientos complicados en el arcade con bastante facilidad (el botón de P+K+G es extremadamente útil). Como siempre, para ayudarnos a dominar un personaje (los hay asequibles al machacabotones, difíciles de controlar y el término medio), dispondremos de un útil modo entrenamiento en el que podremos aprender las nociones de Virtua Fighter, los movimientos del personaje e intentar superar una serie de pruebas en un nuveo subapartado. Para más detalles sobre el control y la profundidad del juego, que sigue siendo abismal, os remito al análisis de Virtua Fighter 4.
Como conclusión, Virtua Fighter 4 Evolution es, junto con Tekken 4, el mejor juego de lucha de PlayStation 2, como ya lo era el Virtua Fighter 4 original. Más allá de este punto, habrá quien opine que el juego de Namco es mejor y quien se decante por esta evolución del que ya de por sí era un gran juego. Personalmente estoy en el segundo grupo. Virtua Fighter 4 Evolution incluye una buena cantidad de extras y un modo para un solo jugador que debería ser plagiado inmediatamente por el resto de los juegos de lucha; sus mejoras jugables y los nuevos personajes se ven complementadas con un apartado gráfico de sobresaliente. Si ya tienes la versión original, deberías pensarte la adquisición de este juego en función de lo que te haya gustado VF4 y de lo fan que seas de los juegos de lucha y de esta saga. Si por el contrario no tienes VF4, súbele medio punto a la nota; Virtua Fighter 4 Evolution debería ser una de tus opciones preferentes para comprar un juego durante la temporada estival.