Análisis de Ultimate Spider-Man (PS2, PC, Game Boy Advance, NDS, GameCube, Xbox)
Los superhéroes están de moda, gracias a la exitosa nueva hornada de películas basadas en tebeos, encabezadas por los X-Men y Spider-Man. Este último, el hombre araña, es uno de los superhéroes más prolíficos del mundo del videojuego, y en los últimos cinco o seis años ha protagonizado bastantes juegos, todos ellos de acción / plataformas y con un notable éxito, ya fuesen basados en las películas o no. Activision es consciente de ello, y un año después de lanzar Spider-Man 2, basado en la película del mismo nombre, nos ofrece el videojuego basado en la nueva línea de comics protagonizados por el trepamuros: Ultimate Spider-Man.
Ultimate Spider-Man es una nueva colección que nos vuelve a contar, desde el principio y de otro modo, la historia de Peter Parker y su transformación el hombre araña. Cuenta también con un novedoso estilo gráfico, cercano al manga, y cambia ciertas partes de la historia para que algunos personajes salgan antes –tal es el caso de Mary Jane o Eddie Brock, alias veneno-. Además del toque manga, también hay cierta modificación futurista o gigantista. Veneno es ahora mucho más grande y grotesco, y villanos como Rhino tienen más de robots que de hombres.
Desarrollado por Treyarch, autores de la segunda parte, este Ultimate sigue las líneas marcadas por ésta, ofreciéndonos la ciudad de Nueva York con la posibilidad de balancearnos por ella con total libertad de movimiento, y esta vez no solo estaremos limitados a la isla de Manhattan y ciertos añadidos, sino que tendremos la posibilidad de, cruzando puentes y túneles, visitar otras zonas de la Gran Manzana, como Queens, el hogar de Peter Parker, donde de hecho comienza la aventura.
Esta aventura está protagonizada no solo por Spider-Man sino también por Veneno (Venom), el monstruo en el que se convierte Eddie Brock después de fusionarse con el simbionte diseñado por el padre de éste y de Parker (esto es nuevo en Ultimate Spider-Man, el traje ya no procede de la saga Secret Wars, ni lo lleva primero Spider-Man). Como decíamos, ambos, héroe y antihéroe, compartirán protagonismo, alternándose sus misiones a lo largo del juego, y se controlan de forma muy diferente. Mientras que Spider-Man se basa en la agilidad, Veneno lo hace en la fuerza bruta. Y además, Veneno se alimenta de seres humanos –de su energía, mejor dicho.
Pese a que comparten protagonismo, la mayor parte del tiempo controlaremos al viejo pero renovado Spider-Man, recorriendo las calles de Nueva York. Tendremos dos tipos de misiones, las que forman parte de la historia, y las "misiones secundarias" que, lamentablemente, son obligatorias. Si en Spider-Man 2 para avanzar por el juego debíamos conseguir cierto número de "puntos de héroe", en esta ocasión este sistema se ha descartado para dejar paso a otro diferente, y desde nuestro punto de vista peor: para poder avanzar por el juego, tendremos que cumplir, entre misión y misión, un número determinado de estas misiones secundarias, divididas en "eventos de la ciudad", "carreras" y "combates".
Los eventos de la ciudad ya estaban en Spider-Man 2, y consisten en sucesos aleatorios que Spidey tendrá que solucionar, como asaltos a personas, atracos a bancos, coches a la fuga o personas a punto de caerse al vacío. Como en el anterior juego, hay una notable variedad de estas misiones, aunque a la larga acaban haciéndose repetitivas; pero menos que las de los otros dos tipos, combate y carreras. En las de combate, como es de esperar, tendremos que hacer frente a una serie de macarras de poca monta distribuidos por los alrededores, como si de una carrera se tratase. En las carreras, tendremos que recorrer una distancia, pasando por unos puntos de control, en un tiempo determinado. Ninguno de estos tres tipos de misiones son implícitamente malos o aburridos, pero lo que ocurre es que acaban haciéndose terriblemente repetitivas, y estamos obligado a cumplirlas para poder seguir avanzando.

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